LE RESTITUYEN SU IDENTIDAD A UN HIJO DE DESAPARECIDOS
Gabriel recuperó su nombre Después de dos años,
la Justicia autorizó a Gabriel Cevasco a usar su nombre y ratificó
la prisión preventiva de la mujer que lo crió.
Gabriel Matías Cevasco fue secuestrado junto a su madre.
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Gabriel Matías Cevasco al fin va a poder utilizar su verdadero nombre.
La Cámara Federal de San Martín ordenó ayer la restitución
de su identidad porque, insólitamente, Cevasco todavía tenía
su documento con el nombre que le dio el matrimonio que lo recibió de
manos de una policía, pese a que hace dos años conoce cómo
lo llamaron sus padres biológicos. Gabriel, un joven de 26 años
que es pastor adventista, fue secuestrado durante la dictadura militar: era
un bebé de tres meses que iba en los brazos de su madre, María
Delia Leiva, quien continúa desaparecida. La Cámara también
confirmó la prisión preventiva de Margarita Duarte, imputada por
la apropiación de Gabriel.
Gabriel se sentía un mentiroso. Decía que cada vez que hacía
un trámite o iba a votar sentía que estaba mintiendo porque mostraba
un documento en el que no figuraba su nombre verdadero sino Ramiro Hernán
Duarte, como lo llamó el matrimonio que lo anotó como hijo propio.
En 1977, Cevasco fue entregado por una mujer que pertenecía a la Brigada
de San Martín a una pareja de Pergamino que lo anotó como propio.
A los siete años, el matrimonio que lo crió le reveló a
Gabriel que lo habían adoptado y, ya adolescente, le contaron que en
verdad había sido traído por una mujer policía.
Con esos datos, Gabriel comenzó a investigar por su cuenta y así
llegó a la Comisión por el Derecho a la Identidad (Conadi), que
funciona en la Subsecretaría de Derechos Humanos, para que le hicieran
un examen genético. Así se enteró de su verdadera identidad
en octubre de 2000. Ese mismo día se reunió con su padre, Enrique
Cevasco –que vive en Brasil–, con su tía Adriana Leiva –que lo buscaba
desde hacía tiempo– y con toda una legión de tíos y primos.
Gabriel fue el nieto recuperado número 70 por las Abuelas de Plaza de
Mayo.
Sin embargo, el juez de primera instancia que investiga la apropiación
ilegítima no le devolvía su identidad porque sostenía que
mientras no hubiera un juicio con sentencia no podía pedir la anulación
de un documento y otorgar otro. Ayer, la Cámara Federal de San Martín
echó por tierra este argumento de poco sentido común y ordenó
que se libraran los oficios a los registros correspondientes para que se confeccionaran
nuevos documentos de identidad a nombre de Gabriel Matías Cevasco.
La resolución aclara que la decisión no implica prejuzgamiento
en cuanto a la causa penal. Por eso también confirmó la prisión
de Margarita Duarte, detenida en San Martín. Su esposo Roberto Duarte
está en Estados Unidos, con pedido de captura. A Gabriel le gusta aclarar
que tiene buena relación con la mujer que lo crió, a quien visita
periódicamente, y que su principal anhelo era recuperar su verdadero
nombre, cuestión que quedó resuelta.
No obstante, Alberto Pedroncini, uno de los abogados impulsores de las investigaciones
por el robo sistemático de bebés durante la dictadura, adelantó
que aprovecharán que sigue abierta la investigación para pedir
que se cite de nuevo al médico que testificó el nacimiento del
bebé Duarte, que continúa en libertad. También de la mujer
policía que entregó a Gabriel al matrimonio Duarte, quien argumentó
problemas de memoria para no ir a declarar.
Por otro lado, el abogado explicó que el caso de Gabriel se sumará
al expediente que investiga el plan para apropiarse de hijos de desaparecidos
que lleva el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, en la que están procesado
once militares, entre ellos, Emilio Massera, Jorge Acosta y Guillermo Suárez
Mason. Este caso puntual es importante porque prueba que los militares y las
fuerzas policiales actuaban en forma conjunta en el robo de bebés y en
la sustitución de su identidad.
Lo curioso es que Gabriel ya declaró en la causa de Canicoba Corral,
en febrero pasado. Allí le relató su periplo en la búsqueda
de su verdadera identidad que culminó en el Banco de Datos Genéticos
de la Conadi, algo de lo que jamás había oído palabra en
su Pergamino adoptivo. Gabriel está casado desde hace dos años
con Mariela y su profunda fe religiosa lo llevó a licenciarse en Teología
en la Universidad Adventista del Plata, en Entre Ríos. Hasta ahora, Gabriel
no había ido a recibir su diploma porque no quería que se lo dieran
con un nombre falso. Ahora podrá hacerlo.