La CORREPI no formó parte de la movilización convocada en la ciudad de La Plata por la Comisión Provincial de la Memoria, ni convocamos ni adherimos. No es que no nos importara el siniestro atentado que sufriera Estela B. de Carlotto, ni que no lo repudiemos, como ya lo manifestamos en el Boletín anterior.
Todo lo contrario. Es que la CORREPI no se mezcla. No se mezcla con los responsables de lo ocurrido.
CORREPI no va a una manifestación que esté encabezada por políticos a quienes cabe el clamor popular del "que se vayan todos". No podemos participar de nada junto al gobernador de la Provincia, responsable de las balas que matan a los hijos de nuestros familiares ni junto a legisladores que se la pasaron ampliando las facultades policiales para que puedan torturar sin condicionamientos legales.
No tenemos reclamos en común con los responsables directos de la sangre del pueblo.
Estamos cansados de sus fingidas caras de compungidos cuando han sido los sempiternos impulsores del terrorismo de Estado, los responsables del dolor, angustia y violencia de nuestro pueblo.
Esos mismos cretinos que ahora se apesadumbran frente al atentado contra las Abuelas mandaron a provocar la muerte de los luchadores Santillán y Kosteki. Los mismos hijos de puta que se muestran consternados ahora cerraban la boca cuando el gobierno aliancista mandaba a la Gendarmería a matar a los correntinos apenas De la Rua asumía en 1999 o cuando para mantenerse en el poder asesinaban a más de 30 compatriotas en las gloriosas jornadas del argentinazo.
CORREPI no puede compartir una expresión de lucha con los asesinos de nuestro compañero Petete.
Porque nosotros sí tenemos Memoria, nos acordamos quiénes son ellos. Y ellos son los culpables. Por eso no fuimos a La Plata. Porque diferenciamos quienes son las víctimas, y quienes los victimarios.
6 de octubre de 2002
Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional
correpi@fibertel.com.ar