Los trabajadores y afiliados del INSSJP asistimos a momentos decisivos y determinantes que pondrán a prueba la subsistencia misma del PAMI, al menos, tal como lo conocimos y conocemos en la actualidad.
Se trata de que el Convenio Colectivo de Trabajo, que la intervención quiere aprobar, legitimará junto a la Ley de Normalización del PAMI (aprobada el pasado 4 de julio), un auténtico genocidio contra los trabajadores y afiliados, al abrirle el juego a las privatizaciones encubiertas de nuestros servicios propios vía gerenciamientos o tercerizaciones, además de dar paso a una explotación negrera en cuanto a nuestras condiciones de trabajo, a partir de una profundización de la ya vigente flexibilización laboral.
En este terreno y plantada así la batalla, los trabajadores en su conjunto debemos oponernos enérgicamente a la firma del CCT y toda maniobra o fraude que trate de imponérnoslo.
La única manera de que se logre nuestro objetivo es en primer lugar, conocer a fondo de que se trata dicho Convenio, y en segundo lugar, no delegar nuestras banderas a manos de los dirigentes gremiales que desde antaño formaron y forman parte conciente del ajuste dentro del PAMI, apoyando políticamente los gobiernos de turno y cuanta intervención pasó por el instituto.
Estos personajes que pululan por doquier, también son responsables del desastre al que arribó la obra social más importante de América Latina, y por lo tanto, no merecen de nuestra parte la más mínima confianza, y mucho menos, que ellos mismos sean los que negocien nuestras condiciones de trabajo. Aquí podemos preguntarnos ¿dónde iríamos a parar si ello se diera así?.
¡¡¡Es hora de participar en forma colectiva, sin divisiones gremiales ni de otro tipo, perdiendo el miedo antes que nos hagan perder el trabajo!!!.
Elijamos paritarios que nos representen, compañeros trabajadores, honestos y probados en la lucha, ajenos al negocio y las prebendas.
Esta será nuestra mejor garantía para que no nos traicionen ni nos mientan.
Esta será nuestra mejor garantía para que de aprobarse un CCT, no nos lesione en nuestros intereses más legítimos como trabajadores.
Los tiempos se acortan a cada paso, participemos todos.

Rosario 10/X/ 2002