La Patagonia existe
No somos noticia por las cosas importantes
Por Carlos Espinosa,
servicio de prensa Perfiles Patagónicos
En las últimas horas el norte de la región patagónica se convirtió en noticia nacional, como consecuencia de las intensas lluvias y el desborde de ríos, con la secuela lamentable de inundaciones y evacuados entre los sectores más pobres en El Bolsón y Bariloche. Hace algunas semanas la imprudencia arrastró una pasarela sobre el río Chubut, colmada de chicos y maestros. Fue a fines del fines del invierno cuando una avalancha de nieve marcó la tragedia en Bariloche.
El país entero pone sus ojos en la Patagonia solamente cuando hay un desastre. El resto del tiempo, es decir cuando no se producen noticias de esa índole, pareciera que no hay motivos para tener en cuenta al territorio austral del país, el que se extiende al sur del río Colorado.
Quizás interesan, de tanto en tanto, la aparición de una ballena muerta en una playa desierta; una extrema temperatura mínima de dos dígitos bajo cero en algún remoto pueblo sureño; la elección de la reina de la nieve y un horrible crimen múltiple.
Pero no hay un seguimiento persistente acerca de los temas centrales, de los problemas estructurales y permanentes de la Patagonia.
¿Qué es lo que se sabe en los grandes centros urbanos del país sobre las asimetrías impositivas que perjudican a los productores y comerciantes patagónicos?.
¿Se tiene conocimiento de la lucha en defensa de tarifas subsidiadas para los servicios de suministro de energía eléctrica, gas y combustibles para los automotores, que se generan en la riqueza del subsuelo patagónico?.
¿Se analizan en algún foro las dificultades que deben enfrentar, como consecuencia de las enormes distancias, los jóvenes patagónicos que se proponen realizar estudios terciarios y universitarios?.
¿Se comprende la urgencia en cuanto a la generación de puestos de trabajo, como apoyo a políticas concretas de poblamiento para ratificar en el territorio patagónico la soberanía nacional argentina?.
La respuesta a cada uno de estos interrogantes es negativa. Nuestros compatriotas sólo se preocupan esporádicamente por los sucesos que ocurren aquí en la Patagonia. Notamos, con dolor, que casi todos los medios de comunicación nacionales carecen de una red de corresponsales patagónicos permanentes, que asuman la responsabilidad de una efectiva difusión integral de esos grandes temas regionales.
Sólo la agencia Telam tiene representantes en todas las ciudades capitales de las provincias patagónicas (Viedma, Neuquen, Rawson, Río Gallegos, Ushuaia) y en otros puntos estratégicos como Comodoro Rivadavia y Bariloche.
Pero el desinterés por la temática patagónica de fondo no se manifiesta únicamente en los medios de comunicación, sino que también es otra de las falencias que se observa en la dirigencia política. Los representantes parlamentarios regionales con bancas nacionales parecen casi siempre más preocupados por justificar obedientemente su inserción en los respectivos bloques que por la defensa de los intereses del pueblo que los votó
Las instituciones que naturalmente debieran ser la caja de resonancia de las preocupaciones de los patagónicos –cámaras, asociaciones, colegios profesionales, concejos deliberantes, legislaturas y otras- sólo parecen inquietarse por cuestiones menudas de la existencia cotidiana. No aparecen grandes iniciativas movilizadoras plasmadas desde las "bases" misma de la población.
El faraónico proyecto del traslado de la Capital a Viedma-Patagones-Guardia Mitre fue una idea autista del expresidente Raúl Alfonsín. A él se le ocurrió y él la impuso.
Ahora está en danza del tema de la fusión entre Nequén y Río Negro, que es una ocurrencia del gobernador Jorge Sobisch, con la tibia complacencia de su colega Pablo Verani. No es una "idea fuerza" nacida en el seno de la gente.
Así estamos, entonces. Sacudidos por catástrofes que nos ponen en la primera plana de todos los diarios y en la cartelera de títulos de los telenoticieros, pero sin protagonizar ningún debate profundo y meduloso. Somos noticias por el dolor de sucesos imprevisibles, no generamos ningún hecho que auspicie procesos de transformación en las cuestiones de fondo de la Patagonia.
Carmen de Patagones-Viedma, 14 de octubre de 2002