Entrevista con Miquel Ortega (experto en deuda ecológica) "Endesa y Repsol tienen una gran deuda ecológica con América Latina"
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Miquel Ortega Cerdá es miembro de la RCADE (Red Ciudadana por la Abolición de la Deuda Externa. Es el coordinador de la comisión de deuda ecológica. Master en física, especialidad Radioactividad Ambiental por la Universidad Autónoma de Barcelona, sostiene que los países del norte están en deuda con los del sur.
La deuda ecológica justamente denuncia que los países más industrializados evitan sus responsabilidades, y los efectos de sus acciones los reciben los países del sur. Y ahí también tienen su responsabilidad las empresas españolas, "como Endesa y Repsol".
¿Por qué los países del Norte están en deuda ecológica con los del Sur?
Hay muchas razones. Uno de ellas, porque los países del Norte utilizan recursos naturales de los países del Sur a sabiendas que no se hacen cargo de los daños ambientales y sociales que provocan durante su extracción.
¿Hay una relación entre la deuda ecológica y la deuda externa? Sí, aunque podrá haber deuda ecológica sin deuda externa. La existencia de la deuda externa favorece que la deuda ecológica aumente. ¿Cómo? Los países con más deuda externa necesitan la entrada de divisas para poder pagar la deuda externa contraída.
¿Qué país sería el más deudor ecológico y el más endeudado? Uno de los países más endeudados sería Estados Unidos. Los países europeos en general se encuentran también entre los países más deudores. En el lado de los acreedores nos encontraríamos con muchos países de Latinoamérica, Ãfrica y Asia.
¿España en qué parámetros se mueve?
Es una deudora ecológica clara. También algunas empresas originarias de España como Endesa, o Repsol en Argentina por ejemplo están adquiriendo una gran deuda ecológica por su comportamiento ambiental irresponsable principalmente en los países de América Latina.
¿Cómo se puede cuantificar esta deuda?
La deuda ecológica no puede cuantificarse monetariamente en su totalidad. Es importante que quede claro que no se pretende poner precio a la naturaleza porque eso no tiene sentido. Pero en cambio sí se pueden poner en términos monetarios algunos aspectos la deuda ecológica, por ejemplo: ¿Cuánto dinero se ha ahorrado la empresa X al obviar las medidas de seguridad y protección ambiental necesarias y extraer petróleo dañando el entorno de la extracción?
¿Pero no es normal que los países más industrializados contaminen más?
Lo que debería ser normal es que cada país se haga responsable de sus actividades. La deuda ecológica justamente denuncia que los países más industrializados evitan sus responsabilidades, y los efectos de sus acciones los reciben los países del Sur.
¿No pagan ya por ello algún tipo de canon por contaminación?
La legislación sobre contaminación es mínima, pero no sólo es ese el problema, sino que el concepto de deuda ecológica les obligaría también a afrontar aspectos básicos de nuestra vida como el consumo excesivo de recursos.
¿El concepto de deuda ecológica persigue la cancelación de la deuda externa?
El hecho que los países del Norte soliciten una deuda a los países del Sur es ridículo. Deberíamos comenzar por reconocer que los países del Norte somos ante todo deudores, por eso es del todo lógico cancelar la solicitud de deuda externa y trabajar seriamente para cambiar nuestras propias economías.
En 1995 ya se decía que el Norte "debería" al Sur unos 70.000 millones de dólares sólo por sobre-emisión de gases de efecto invernadero.¿Ha aumentado esta cifra?
Sí, desgraciadamente no ha dejado de aumentar porque las emisiones de los países del norte han continuado creciendo. Actualmente la deuda por sobre-emisión de gases de efecto invernadero la podemos valorar, con una estimación conservadora, en unos 515.000 millones de dólares. Los efectos no monetarios de esta sobre-emisión de gases invernaderos lo veremos nosotros y nuestros descendientes.
¿Qué porcentaje de la deuda externa supone la cuantía de la deuda ecológica de estos países?
Es variable. Lo que sí está claro es que la deuda ecológica es mucho mayor que la deuda externa, lo que nos plantea la necesidad imperiosa de una reflexión sobre la economía que queremos en los países del Norte y los efectos de las relaciones internacionales que estamos forzando.
Utilizáis el concepto de biopiratería. ¿Es como el derecho de propiedad intelectual pero sobre las reservas naturales?
La biopiratería es la apropiación intelectual de los conocimientos ancestrales relacionados con las semillas, el uso de plantas medicinales y de otras plantas, que han realizado los laboratorios de los países industrializados y la agroindustria moderna, y por la cual además cobran royalties.
¿Pero no puede ser lo mismo la información utilizada para un producto de cosmética, comprado por una multinacional, que el destinado a producir una vacuna, comprada por una organización humanitaria?
Sin duda esta es una pregunta totalmente legitima que pone de manifiesto algunas de las deficiencias claras del mercado, pero aun podíamos ir más allá. Si creemos que la biodiversidad es necesaria a medio-largo plazo para la supervivencia humana, ¿debemos confiar en el mercado para conservarla? ¿Es el mercado el mecanismo con el que hemos de gestionar la supervivencia humana? ¿Debe quedar algo fuera de este mecanismo, si es así donde ponemos las fronteras?