24 de junio del 2003
Hoja de ruta
Ignacio Ramonet
Otra realidad
Recién llegado de Ramala y de haber conversado mucho con Yaser Arafat, un amigo, gran experto en los problemas del Proximo Oriente, me dice que halló al presidente palestino muy deprimido. "Desde hace año y medio no sale de la Mukata, su casona-palacio bombardeada y casi por entero destruida. Para penetrar en ella, aún hoy, tienes que sortear montones de escombros, coches calcinados, ruinas de guerra. Esa atmósfera, ya de por si deprime. Pero además, aunque no lo quiere admitir, su exclusión de la cumbre de Sharm-El-Cheij y del encuentro con Bush y Sharon en Aqaba el 4 de junio pasado le ha causado un duro golpe moral. Sin embargo, los que lo dan por terminado se equivocan. Y los Americanos lo saben. Prueba de ello es que la famosa Hoja de ruta no exige la organización de nuevas elecciones presidenciales. Israelíes y estadounidenses saben que si hubiera un nuevo escrutinio presidencial, Arafat volvería a ganar, y su legitimidad se consolidaría."
Lo que sí parece haber sorprendido, en el entorno de Arafat, después de las cumbres de Sharm- El-Cheij y de Aqaba, es la determinación de Washington de avanzar hacia una resolución del conflicto entre Israel y los palestinos. Sorprende, porque Bush está rodeado de halcones -Donald Rumsfeld, Richar Perle, Paul Wolfowicz, etc- aliados absolutos de Israel y feroces partidarios del Likud. Ellos fueron los que mas empujaron a una guerra contra Irak y el régimen de Sadam Husein con el objetivo de aliviar la presión sobre Israel y dar luz verde al general Sharon para solucionar el problema palestino a su manera. Es decir con la brutalidad que le caracteriza. Algunos hasta habían vaticinado una expulsión masiva de los palestinos de Cisjordania…
Por lo que se ve, Colin Powell y Condoleeza Rice han conseguido recordarle al presidente Bush las promesas hechas a los dirigentes árabes. Estos, en la cumbre de Sharm-El-Cheij, le han repetido al presidente norteamericano dos cosas: que Yaser Arafat sigue siendo el líder legítimo de los palestinos, y sobre todo que no habrá paz en la región sin un estado palestino soberano y viable.
En el encuentro de Aqaba, el 4 de junio pasado, con el primer ministro palestino Mahmud Abbas y Ariel Sharon, Bush se declaró favorable a la creación a mas tardar en 2005 de un estado palestino independiente y "dotado de un territorio continuo". Expresión que significa su hostilidad al proyecto de los extremistas israelíes de crear una Palestina-bantustan con un territorio- archipiélago constituido por "islas independientes rodeadas de un mar israelí". Sharon había admitido días antes que Cisjordania y Gaza eran "territorios ocupados", y se comprometió a mandar desmantelar las "colonias salvajes" construidas por ultraortodoxos judíos en tierras palestinas. Por su parte, Mahmud Abbas prometio acabar la Intifada armada y con el terrorismo.
Nada de todo esto será fácil. La organización violenta Hamas ya le ha dicho a Abbas que proseguirá sus acciones y lo demostró con el atentado del 8 de junio en Gaza. Los ultraortodoxos judíos también protestan contra el desmantelamiento de sus "colonias salvajes" y le recuerdan a Sharon que ningún gobierno de Israel consiguió destruirlas nunca. Además se ven apoyados por la reciente elección, el 3 de junio, de uno de los suyos, Uri Lupolianski, a la alcaldía de Jerusalén.
Y precisamente un ex-alcalde laborista de Jerusalem, Meron Benvenisti, que acaba de publicar (en hebreo) un libro sobre "la era de la paz" expresaba estos días su pesimismo: "Cuando Sharon habla de Estado palestino es un puro eslogan. Creerle es una estupidez. Israel ejerce un monopolio sobre todo el territorio de Cisjordania, el 80% del espacio ya ha sido desembarazado de todo palestino. Lo importante es el control que ejerce el ejercito israelí, siempre en favor de los colonos judíos. Lo principal no son las declaraciones de Sharon o la Hoja de ruta, sino el muro de separación que se está edificando y que pronto será el elemento decisivo de este conflicto. Detrás de esa barrera de hormigón, los palestinos serían bien necios de proclamar su estado independiente. Porque este no sería más que una especie de campo de concentración…"