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Medio Oriente

14 de febrero del 2003

Entrevista a Abdallah Harif, secretario general de Vía Democrática
"Marruecos no es una democracia"

Viento Sur
Pregunta: ¿Por qué han llamado a boicotear las elecciones generales?

Abdallah Harif: La constitución marroquí es una constitución otorgada. El pueblo jamás ha participado en su elaboración. Es antidemocrática y consagra un poder personal del monarca prácticamente absoluto. Además, la constitución no reconoce la igualdad entre hombres y mujeres, ni a la lengua y la cultura amazig [nota: bereber] como una de las lenguas y culturas nacionales. Para nosotros, una constitución auténticamente democrática debería reconocer una gran autonomía a ciertas regiones, que tienen derechos históricos. Pensamos sobre todo, particularmente, en el Rif.
Estas elecciones se basan en listas electorales que, desde nuestro punto de vista, están trucadas, con unas circunscripciones diseñadas para asegurar a las fuerzas próximas al poder el máximo de escaños. Y van a celebrarse bajo la supervisión del Ministerio del Interior, que ha sido responsable del fraude electoral en los últimos cuarenta años. Los emigrantes y los jóvenes menores de 20 años estan excluidos. Y el Parlamento ha votado un paquete de leyes que restringen los espacios de libertad. Me refiero en concreto a la Ley de Prensa, o la Ley de Libertades Públicas en preparación. El pueblo marroquí, harto de 40 años de fraudes electorales y de representantes sin poder, porque el verdadero poder lo detenta el Palacio, boicotea espontáneamente las elec-ciones sin que nadie tenga que pedírselo. Y contrariamente a las acusaciones de nihilismo que hacen algunos políticos, creo que se trata de una actitud bastante racional del pueblo marroquí, porque no tiene nada que ver con este juego. El contexto político de las elecciones ha sido de represión contra todo movimiento de protesta (licenciados en paro, militantes de derechos humanos e islamistas).

P. : ¿Cómo ha sido la campaña de boicoteo de Vía Democrática?

A.H.: Nos hemos dirigido al pueblo para organizar una auténtica campaña de boicoteo. Y hemos corrido el riesgo de ser reprimidos. Finalmente, la abstención en las elecciones ha sido de casi el 50%, de creer al Ministerio del Interior.

P. : ¿Cúal es su política de alianzas?

A.H.: Queremos la fusión de todas las fuerzas socialistas que centran su acción en la búsqueda de raíces en la clase obrera y el pueblo trabajador en general. No con los socialistas de salón. No consideramos a los socialdemócratas como socialistas, en el sentido de que en realidad son liberales con un pequeño tinte humanista. Por nuestra parte, creemos en el socialismo científico. Hay un segundo nivel, el de las alianzas con las fuerzas democráticas auténticas.
Estamos dispuestos a participar en un amplio frente con esas fuerzas sobre la base de una plataforma democrática radical que debe luchar también contra el neoliberalismo salvaje.
Hay quien cree que nuestro rechazo de la USFP se debe a sus posiciones sobre la monarquía, el Sahara y la participación política en las instituciones. Pero no imponemos líneas rojas. Creemos que el pueblo marroquí no ha ejercido su auto-determinación sobre la cuestión del régimen político. Lo que más nos importa no es la forma del régimen, sino su contenido, que queremos que sea auténtica-mente democrático, tanto en el plano político, como en el económico, el social y el cultural.
Sobre la cuestión del Sahara, creemos que hay que respetar la legalidad internacional. Lo fundamental es que haya una solución política negociada entre las diferentes partes para que, de una parte, la región no se hunda en la guerra y, de otra se creen las condiciones más favorables para la unificación del Magreb.
Por lo que se refiere a las elecciones, no tenemos una posición de principio. Si hubieran existido condiciones más favorables para que hubieran sido libres y transparentes y que a través de nuestra participación en ellas y en las insti-tuciones pudiéramos tener algún peso en las cuestiones fundamentales del Estado, no veo porqué no hubiéramos participado. Nuestra postura está deter-minada por la situación actual.