Injurias
MILTON ROMANI GERNER
La República
Cuando escribí "Perversidades" (10/8/03) acerca de algunos modelos mentales que dominan el cotidiano social y político, no pensé que el Presidente de la República y su elenco fueran tan contundentes en materia de evidencias.
Isaac Alfie, joven de 41 años, ambicioso "técnico" que viene a sustituir al "político" Achugarry en el superministerio de Economía. Hombre conocido en la Salud: impulsor, defensor, ¿gestor? de los "seguros privados" como paradigma de atención. Un desastre.
Otra. Técnicamente se enteró que se venía la debacle devaluatoria y (será tecnico pero no bobo) retiró sus ahorros y los convirtió en dólares. Hasta ahora no había dado ninguna explicación. Ni técnica, ni politica, ni moral ¿La moral será de la esfera técnica? Ahora, ofendido, dice que quien afirma esa denuncia debe probarlo. Qué paradoja: lo que no se ha probado fehacientemente es que el funcionario del BROU Héctor Rovella sea el responsable de la vulneración del secreto bancario que protegía entre otros a Alfie. Sin embargo fue destituido. Señor Alfie ¿nos puede recomendar alguna técnica de prueba que le permita conocer al pueblo la integridad de sus gobernantes? ¿No sería deseable que motu proprio publicase un resumen de sus cuentas bancarias? A propósito ¿ya hizo la declaracion de sus bienes? Sería técnicamente saludable, ¿no? El apellido Alfie se repite por lo menos dos veces en la lista difundida de los "favorecidos" por contratos de obra. ¿Hijos, hermanos, sobrinos? ¿Técnicos? De esos que friegan al Estado y blasfeman contra él, pero al mismo tiempo viven de sus dinerillos.
A propósito de técnicas. El doctor Jorge Batlle podría recurrir a un argentinismo genuino que le permita copiarse del doctor Lavagna. El equipo económico argentino basó su conducta en un grupo (de nombre prometedor: Grupo Fénix) emanado de la Universidad de Buenos Aires, con diálogo fluido con Joseph Stiglitz y que le permitió salir coyunturalmente de aquel default tan temido, tan dramático. Por lo menos preguntarse ¿cómo hicieron? ¿Por qué no prestar atención con la misma agudeza y malicia con que se usó la coartada "argentina" para explicar el desastre uruguayo? El doctor Ramela explicó las "vicisitudes" del señor Presidente. Se parecen a un epitafio. En síntesis según sus palabras, el doctor Batlle ha sido víctima de las zancadillas del Partido Nacional y del Foro Batllista. Pobre.
No es el resultado calamitoso de su pensamiento y gestión. No. Por otra parte ¿cuándo se debaten esos temas en la Convención Colorada? Son filtraciones de cómo viven la política estos círculos. Códigos oscuros que la ciudadanía ni entiende ni puede seguir. Analistas zagaces "interpretan" que la lucha contra el contrabando es una línea de ataque a las bases económicas foristas. Que el giro mediático sobre DDHH jugó en el mismo tenor. Que la lucha a brazo partido en el ámbito de la Salud Pública tiene, además, como telón de fondo la guerra entre las facciones coloradas. Reparto de poderes y favores. Chantajes propios de grupos mafiosos, que impiden a la ciudadanía hacer, precisamente política. Eso sí: todos tienen en común el odio a la izquierda y al movimiento sindical, el ninguneo de la participación ciudadana y la diseminación del fatalismo social como forma de convivencia. Ahora resulta que el doctor Lacalle pretende emplazar al compañero Tabaré Vazques. Precisamente él, que se morfó el Banco Pan de Azúcar, que estuvo rodeado de ladrones, y que si lo dejamos, vende hasta la antorcha de La Teja. ¡¡Por favor!! Es injuriante.
El doctor Milton Pesce, asesor del doctor Conrado Bonilla, hizo declaraciones interesantes en su calidad injuriante. Atendamos la mecánica del razonamiento: ..."los funcionarios de Salud Pública deberían pensar que en un país de 18% de desocupación ellos tienen trabajo seguro. Son por lo tanto unos privilegiados ... tendrían que pensar que a la hora de recibir un incremento de mil pesos podrían aceptar la extensión del horario laboral".
Se presenta como razonable, aunque al final no se trate entonces exactamente de un "aumento salarial". El toque injuriante es regodearse con la necesidad y la urgencia que vivimos todos. Distribuye la envidia e invita a la perversidad. No importan los derechos. Si tienen laburo, ¿para qué carajo joder con aumento de sueldos? Si les aumentamos, bien podrían trabajar más.
Es una lógica. Perversa. Después de todo, los que estaban en los campos de concentración, cama y comida, les daban. ¿O no? Y los esclavos estarían mal, pero comer, comían.
A propósito. En la salud privada perdimos miles de puestos de trabajo. Hay en estos momentos una "empresa" (a las patronales les encanta denominarse así, con la estupidez sublime de pensar que con este recurso lingüístico resuelven problemas) que tiene atrasos salariales de cuatro meses, que acaba de proponer una rebaja salarial del 22%. Sí, ¡del 22%! La promesa: cobrar en fecha pero ¡en diciembre! El doctor Pesce recomendaría en este caso que agarren viaje. Porque serían estúpidos si no se dan cuenta del "privilegio" de cobrar toda la plata juntita. Sí, ya sé, recién en diciembre, pero bueno... Esto no es liberalismo. Es estupidez. Lleva inevitablemente a una negación de toda lógica económica y al suicidio. Incluso del sacrosanto mercado. No es todo. En otra institucion mutual, que no tiene dificultades financieras, que es diferente, que creció, en parte, gracias a la desgracia ajena, que no tiene problemas, esa "empresa" acaba de aplicar de prepo una rebaja salarial. Un 10% del sueldo. Ya recorrieron "la moda" de incorporar personal contratado con salarios muy menores. Trabajadores que deben renovar contrato cada seis meses cortando por tres semanas su vínculo y su salario.
Recursos "empresariales" que no dan ningún rédito económico significativo.
Una cosa sí es segura: "capital social" creador y consustanciado con la "empresa", eso sí, no da. La contracara injuriante: en esta misma institución, hay seis directores que se llevan $504.000. Cinco veces más que el monto total de la rebaja salarial aplicada. Sin agregar las tradicionales prácticas de médicos patrones que se autoenvían estudios caros para asegurarse honorarios suculentos y que esos sí drenan las finanzas de la "empresa". La gente puede ser tranquila, pero no es boba. Algún día las injurias que hoy marcan al tejido social volverán por su legítima reparación. Es más, las enseñanzas sobre la defensa de los derechos humanos en materia de impunidad son elocuentes para demostrar que podemos (con inteligencia, sagacidad y pensamiento claro) ser sujetos de derecho. El despotrique y el pataleo no sirven. Hay que ponerse a pensar para acumular las fuerzas necesarias. Los derechos nos pertenecen en la medida en que activamente los consideremos nuestros y accionemos en el eslabón débil de estos soberbios. En la medida en que no nos resignemos a ser sólo cifras de un "técnico" que resuelve sobre nuestras vidas.
A no aceptar que la pobreza es el único horizonte posible y regodearnos en ella. Porque lo más insano de la injuria y la perversidad es que nosotros mismos aceptemos "el achique". *