Latinoamérica
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25 de septiembre del 2003
México: Tercer Informe de Gobierno
Fox anuncia más ataques
Luis Enrique Barrios
Militante - México
El tercer informe de gobierno del presidente Fox, el pasado 1 de septiembre, no varió en nada respecto a los dos anteriores: puras mentiras. ¿Qué otra cosa se puede esperar de un político burgués? Para el ex gerente de Coca Cola Company las cosas realmente han marchado más que mal, pero ese no es el problema. Lo grave del asunto es que nosotros, los trabajadores, somos los que estamos pagando los platos rotos a consecuencia de la crisis económica que vive en la actualidad el capitalismo mexicano.
Pero para el presidente, no obstante que reconoce que la economía esta estancada, los efectos de tal situación sobre nosotros no han sido del todo tan severos. Veamos.
El salario
En este rubro, de acuerdo al señor Fox, durante el último periodo los salarios se han recuperado en un 10.5 % ¿Será? Para los analistas la realidad es otra: de acuerdo a un informe publicado por La Jornada del 9 de febrero del presente año la capacidad de compra del salario mínimo ha caído 75% en los pasados 20 años. Desde nuestro punto de vista este último reporte es más fidedigno que la versión del presidente.
La realidad, esa que se ve cuando un trabajador valora las necesidades de su familia conforme a la capacidad de compra de su salario, es más terca que cualquier discurso presidencial e indica que en nada se han mejorado los niveles de vida de las masas asalariadas. Incluso la baja en la inflación, la cual en año pasado quedó por encima de la meta oficial, ha sido un factor ¿O acaso no se ha empleado la depresión de los salarios para reducir la inflación? Así ha sido desde los últimos tres sexenios priístas a la fecha. Esa es la misma política que ha aplicado Fox, siendo ello así ¿qué tipo de recuperación puede sufrir los salarios?
Miseria
Respecto al combate a la pobreza, Fox señaló en su informe que "... en estos dos años hemos avanzado en la reducción de la pobreza y mejorado la distribución del ingreso." Sobre la cantidad de pobres en general las diferentes fuentes no se ponen de acuerdo con las cifras: algunos hablan de una cantidad de pobres que supera los 70 millones de mexicanos; otros se quedan en los 50 millones mientras que el gobierno sólo reconoce a unos 25 millones. Aquí hay que recodar que al inicio del actual sexenio ya se hablaba de unos 45 millones de pobres.
Si Fox está en lo cierto quiere decir que la miseria fue superada en un 50% aproximadamente. ¿ Eso es posible en un contexto en el cual la economía ya va para tres años seguido de estancamiento? No. Ni siquiera sucedió durante el sexenio de Zedillo, cuando tras superar la crisis de 1995 la economía creció en un promedio anual del 4%. Por consecuencia, entonces, si el número de pobres decreció en los dos últimos años fue en la imaginación del presidente y en las cuentas oficiales de las diferentes secretarías. Si no es así ¿en dónde más?
Por otra parte la situación del empleo por sí misma no nos otorga elementos para pensar de forma distinta y darle la razón al presidente. Con relación a ello en La Jornada del pasado 22 de agosto se destaca que, citamos textualmente, "... si se consideran los 33 meses de referencia (del gobierno de Fox), el crecimiento de la tasa de desempleo abierto de 1.9 por ciento en diciembre de 2000 a 3.52 por ciento en julio de 2003, entonces el número de mexicanos que perdieron su fuente de ingresos en la economía formal y sólo en las principales zonas urbanas de la República se aproxima al millón 500 mil, es decir, un promedio mensual de 45 mil 454.54 trabajadores, o si se prefiere, mil 515 plazas diarias canceladas, incluyendo sábados, domingos y días festivos."
Con esos niveles de desempleo no hay forma alguna de reducir la miseria. Pero sí se ha mejorado en la distribución del ingreso pero de otra forma y no como nos lo quiere hacer creer Fox: hoy en día de los 22 millones 163 mil familias que conforma la población total del país, más de la mitad viven con ingresos mensuales de aproximadamente 3 mil pesos mientras que por otro lado unos 4 millones 433 mil familias concentran el 80 por ciento de la riqueza generada en todo México.
Sí, efectivamente ha mejorado la distribución del ingreso pero en beneficio para estas últimas familias. De acuerdo al Instituto Internacional de Finanzas (IIF), grupo que en su conjunto maneja unos 70 mil millones de dólares en inversiones en mercados emergentes, México tiene el tercer nivel más alto de concentración de propiedad en el mundo.
Las Reformas Estructurales
De acuerdo al presidente el remedio todos nuestros males es muy simple: que las cámaras aprueben las tan mencionadas reformas estructurales ¿Qué quiere decir ello? Que se le imponga el IVA a medicamentos y alimentos, que se privatice el sector energético y que se reforme la Ley Federal del Trabajo. ¿Pero, qué no es ese el camino que siguió de la Madrid (privatización de los bancos) Salinas (privatización de paraestatales, incremento del IVA hasta el 15%, reforma al artículo 3° constitucional para reducir las obligaciones del Estado sobre la educación publica...) y Zedillo (aniquilación del 75% de los contratos colectivos de trabajo, etc.)? Todos ellos con el mismo argumento de Fox: con esas medidas se atraerán las inversiones y eso generará empleos y mejores condiciones de vida. ¡Patrañas!
Para las masas oprimidas de este país ninguna de las reformas ha significado ni un ligero respiro de alivio, por el contrario las privatizaciones han significado la eliminación de miles de puestos de trabajo y la reducción, si no es que cancelación, de importantes conquistas laborales. Pero un resultado que sí se logró por medio de esas políticas fue el de poner a México entre los primeros cinco países productores de multimillonarios. O si no preguntémosle a Carlos Slím, ¿en qué época amasa la fortuna que ahora lo sitúa como el octavo hombre más rico de todo el planeta?.
Para eso sirvieron las privatizaciones y para cubrir las migajas de los gastos de programas electoreros como los de Solidaridad y asumir las responsabilidades financieras del Estado como el rescate bancario y la deuda pública. Con Fox las cosas no serán diferentes, las privatizaciones no generarán empleo y, por el contrario lo destruirán, y las inversiones que lleguen producto de las contrarreformas no se traducirán ningún tipo de beneficio para los más pobres.
De acuerdo al secretario de Hacienda y Crédito Público, Francisco Gil Díaz, durante los próximos tres años el país tendrá un déficit de 360 mil millones de pesos, es decir, anualmente le faltarán al gobierno federal 120 mil millones de pesos para hacer frente a sus gastos y advirtió que México no puede decir que no va a cumplir sus compromisos externos.
Para ello son principalmente las reformas estructurales, hay compromisos y se tiene que pagar. Para Fox no hay vuelta de hoja. ¿De que tipo de compromisos hablamos? Según los analistas, citamos textualmente, la deuda bruta del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) con Banamex, Bancomer, Bital y Banorte creció 363.3 por ciento sólo por concepto de intereses en los últimos ocho años. Se incrementó 166 mil 693.2 millones de pesos para ubicarse en más de 212 mil millones de pesos, cantidad 297 por ciento superior a la destinada el primer semestre de 2003 a los programas de impacto social.
Respecto a la deuda los planes de Fox tan sólo para este año, para el pago de los intereses, son gastar la nada modesta cantidad de 184 mil 900 millones de pesos.
¿Qué sigue?
Lo que le espera al pueblo mexicano respecto a las intenciones de Fox no es nada difícil de pronosticar. Él es fiel como un perro a sus amos imperialistas y a la burguesía nacional que lo encumbraron. Intentará a toda costa seguir cargando sobre la espalda de los trabajadores los costos de la crisis económica. Lo más probable es que Fox y la burguesía intenten a toda costa comprar las voluntades de los parlamentarios independientemente de color y signo para sacar adelante las contrarreformas pendientes y con ello hundirnos en una miseria peor a la que ya padecemos. Tal posibilidad no está descartada, por el contrario, y los trabajadores no podemos confiar en que las diferencias entre los partidos y al interior de ellos serán suficientes para frenar futuros ataques a partir únicamente de los que suceda en el parlamento.
Por ello es necesario organizarnos y formar comités en las fábricas, en las escuelas y en las colonias para prepararnos para luchar y frenar una nueva ola de ataques por parte de la burguesía y su gobierno, teniendo como principal eje de acción la movilización en las calles y presionando para que los sindicatos y el PRD pasen a la ofensiva por medio de la convocatoria a una huelga general de 24 horas. Cualquier otro camino distinto y que no tenga como esencia demostrar la enorme fuerza con que contamos los trabajadores del campo y de la ciudad será una fantasía que nos llevará al fracaso.
Como sea el capitalismo ha demostrado una vez tras otra su incapacidad para solucionar sus contradicciones que lo empujan a crisis recurrentes con altos costos para los trabajadores y sus familias. Además, no obstante ello, cada recuperación económica no puede lograrse sin sacrificar aun más a las clases oprimidas. Por ello es necesario, al mismo tiempo que nos preparamos para luchar en defensa de nuestros intereses, perfilar un programa que tenga como objetivo eliminar todo aquello que nos empuja hacia la miseria, nos referimos al monopolio de la burguesía sobre las palancas calve de la economía para ponerlas bajo el control democrático de los trabajadores. Un programa socialista.
Septiembre 2003