VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

Entrevista a Demetrio Hernández, secretario general del MIR

"La unidad de la izquierda surgirá de la acción común "

EL SIGLO 30/08/2003

Como secretario general del MIR desde agosto de 1992, Demetrio Hernández ha encabezado el trabajo de la reconstrucción de su partido después del quiebre interno generado en los años 80 y que tuvo sucesivas expresiones posteriores de la crisis, incluyendo divisiones y alejamiento de sus dirigentes considerados 'históricos'.
Mirista desde 1968, asumió la primera responsabilidad de su partido apenas salió de la cárcel, en 1991. Hoy encabeza 'un nuevo MIR', compuesto en su mayoría por jóvenes que ingresaron a sus filas desde fines de los 80, en medio de la crisis interna. Nos recibe en la distribuidora de gas del paradero 22 de Santa Rosa que le permite sustentar sus necesidades y que también es su casa. Responde a nuestras preguntas, entre llamado y Demetrio Hernández Secretario General del MIR llamado de los clientes con serenidad y en forma hospitalaria, pero sin perder la firmeza.


-¿En qué pie celebra el MIR su 38 aniversario'

'Hemos terminado en febrero el VI congreso del Partido. Para nosotros ha sido un avance importante en la tarea que nos propusimos de actualizar el pensamiento revolucionario del MIR. Ya el V congreso, en 1998, había formado parte de este proceso, pero había aspectos deficitarios. Uno de ellos era establecer una visión frente al ALCA, que equivale a la anexión al imperialismo norteamericano, y llegamos a la conclusión de que frente a la anexión expresada en el ALCA lo que los pueblos americanos deben oponer es una integración justa y democrática.
En segundo lugar, tenemos un convencimiento muy grande de que en América requerimos al menos una idea que se asemeje a una internacional latinoamericana. Ante la caída de los socialismos reales y todos los procesos que se vivieron posteriormente, creemos en la idea de que una nueva internacional es una necesidad'.
-¿A qué se refiere con esta idea, más específicamente?

'A que es imposible que un pueblo solo o un partido aislado sean capaces de enfrentar al imperialismo norteamericano actual. Cuando el imperialismo actúa de manera centralizada, los pueblos no podemos responder en forma dispersa. Requerimos contar con un frente único, capaz de desarrollar la protesta continental, con sindicatos que no estén limitados por las fronteras de los países, porque están enfrentados a las mismas transnacionales.
Cuando hablamos de una internacional, estamos hablando de partidos políticos y de movimientos sociales'.
-¿Cómo entran en ese cuadro el Foro de Sao Paulo o el Foro Social Mundial? 'Esas son expresiones muy positivas, pero que en muchos planos tienden a diluirse en sus propias contradicciones. Por ejemplo, es equivocado que el Foro Social Mundial deba ser un espacio sólo para los movimientos sociales y no para los partidos políticos. Esa es una disyuntiva artificial que no tendría por qué darse'.
-Mirando en la realidad chilena, ¿cómo se da aquí este conflicto entre lo social y lo político?

'Aquí se reproduce un poco el problema. Se plantea artificialmente la contradicción entre organizaciones de carácter social y organizaciones políticas. Eso es artificial porque la mayor parte de los dirigentes de organizaciones sociales son o han sido militantes político. No existe a mi juicio un movimiento social puro, y si la posibilidad de esto existiera inevitablemente una organización social necesitaría una proyección de carácter político.
No soy partidario de la idea de que . El trabajo social tiene techo e inevitablemente se le va a plantear la dimensión política del problema'.
-Se ha difundido mucho la percepción de que y sigue creciendo la masa de personas no inscritas en los registros electorales o que votan nulo. Ustedes en elecciones pasadas llamaron a anular o no votar. ¿Mantienen esa posición?

'Creo que una de las responsabilidades de la izquierda es establecer que no todos los políticos son iguales, porque la gente identifica a los políticos con la derecha y la Concertación y tiende a echar todo en el mismo saco, y una de las responsabilidades de la izquierda es establecer distancia del resto de los actores políticos.
La corrupción en las organizaciones de izquierda no existe, mientras que por el otro lado las coimas andan a la orden del día. No son los políticos de izquierda los que están usufructuando de los dineros del Estado. Los políticos de izquierda somos capaces de tener en alta estima nuestros valores. Esa es una de las labores centrales para establecer la diferencia entre la corrupción política existente y la actividad que hace la izquierda de manera muy digna y esforzada.
Hay una visión de que existe mucha corrupción en la política y se genera una alta abstención o crece el voto nulo o en blanco, y me da la impresión de que hay un alto porcentaje, especialmente en los jóvenes, que no participan de los procesos electorales porque no se sienten interpretados.
Nosotros consideramos que en algún momento político la izquierda podría haber establecido un punto de separación entre la corruptela de la derecha y la Concertación, definiendo una posición de construcción de fuerza a partir del voto nulo.
Creíamos que a partir de ahí se podría construir fuerza y -por el aumento progresivo de una organización en torno al voto nulo- colocar en el centro la ilegitimidad de la actual Constitución. Eso nos pareció que era justo, pero la izquierda en su conjunto no tuvo la misma opinión y hemos llegado a una conclusión posterior: que el voto es un derecho adquirido. Nadie se lo regaló a la gente, es un derecho conquistado con mucho esfuerzo y eso los revolucionarios deben ser capaces de respetarlo. Además, en nuestro país hay una experiencia de lucha política electoral que está muy afincada y uno debe hacerse responsable de eso, de modo que la experiencia de participación política a través del voto nulo que en algún momento nosotros tuvimos, si bien generó un cierto nivel de agitación política, no logró transformarse en una fuerza, que finalmente es lo que importa. Los momentos electorales pasan, pero lo que cuenta en definitiva es lo que tú vas siendo capaz de organizar, y en realidad era muy difícil lograrlo en torno al voto nulo. Por esa razón es que también uno ha venido madurando una posición política en torno a la lucha electoral, lo que nos lleva hoy a revalorizar este tema y considerar que la izquierda no debe dejar ningún espacio en el cual pueda disputarle a la derecha y la Concertación. La izquierda debe estar en todos los planos'.
-¿Eso incluye la inscripción legal del MIR en el Servicio Electoral?

'Hemos discutido el tema y comprenderás que esto no es algo muy fácil para el MIR, fundamentalmente por nuestra historia, pero hemos sido capaces de entender que los revolucionarios tienen que ser flexibles y capaces de adecuarse a las nuevas condiciones de la lucha. Esto fue discutido en nuestro último congreso y el acuerdo fue que íbamos a trabajar por la legalización de un instrumento político electoral, no hablamos necesariamente de un partido. Hay plazos y estamos buscando la mejor forma de hacerlo, pensando en que también esto sería un aporte en la construcción de fuerzas políticas en el campo de la izquierda'.
-Esto no fue así en las últimas parlamentarias.
'Nosotros estábamos dispuestos a que en el marco de las elecciones pasadas la izquierda hubiera levantado una campaña unitaria, que buscara principalmente la generación de un referente político que tuviera la decisión de participar en la elección con un perfil y propuestas propias, en una continuidad de luchas que tuviera como plazo mediano al año 2005. Eramos de la idea de que enfrentáramos esas elecciones juntos y que posteriormente abordaríamos de manera conjunta todas las luchas políticas y sociales, incluyendo las luchas electorales, en medio de un proceso de acumulación que nos permitiera llegar al 2005 -una fecha planteada por el imperialismo norteamericano para el continente-, de modo que si no estábamos en condiciones de impedir la anexión de nuestra sociedad, de nuestra economía a sus intereses, al menos nos permitiera quedar en una posición política de fuerzas suficiente para defender los intereses populares en esa circunstancia'.
-Pero no se dio así.
'Decidimos no continuar con eso cuando vimos que el Partido Comunista bajaba algunos de sus candidatos para apoyar a otros del Partido Socialista. Nos pareció que era una acción que llevaba a una desorientación más que a armar políticamente a los militantes de la izquierda'.
-¿Dónde comienza y dónde termina para ustedes la izquierda?

'Nosotros somos categóricos en que el concepto y la historia de la izquierda siempre han estado marcados por la definición del socialismo como alternativa para los pueblos. Eso es para nosotros ser de izquierda. Por eso no consideramos que exista izquierda dentro de la Concertación. Quien no esté por el socialismo, a nuestro juicio no es de izquierda.
El drama con la gente que se considera de izquierda dentro del PS, se traduce en que cuando tú dices que eres de izquierda pero sigues manteniéndote ahí, en la práctica estás avalando lo contrario. No creemos en el discurso de que desde adentro de ese partido se pueden fortalecer las posiciones de izquierda'.
-¿Eso mismo se podría aplicar en relación al modelo neoliberal?

'Hay mucha gente que está contra este modelo neoliberal, pero no es de izquierda. Ser de izquierda es estar por el socialismo y supone estar contra el capitalismo. Y estar por el socialismo también supone buscar alianzas contra el modelo neoliberal, pero debemos hacerlo a partir de una posición de izquierda.
No nos cabe la menor duda que el objetivo inmediato es luchar contra el modelo neoliberal, pero no debemos perdernos en la proyección de largo aliento'.
La izquierda como oposición política

-Ustedes están incorporados en el frente Unidos Venceremos. ¿Eso apunta a su propuesta de construcción de izquierda?

'Lo más urgente de la izquierda chilena es constituirse como una oposición política y lograr que la sociedad en su conjunto la vea como tal, como oposición política de izquierda, y eso requiere tener una propuesta alternativa. Ser oposición política significa tener un proyecto distinto aun en los marcos del capitalismo, y lograr que eso sea visto por la sociedad como la oposición política de izquierda.
Para llegar a esto necesitamos terminar primero con viejas concepciones de alianzas, que ya han sido superadas. Lo que se requiere para avanzar es la construcción de una mesa amplia donde esta izquierda pueda sentarse, grandes y chicos, todos con el mismo respeto que cada uno se merece para poder avanzar hacia un diagnóstico común. Una mesa de la verdad que nos permita conocer exactamente el nivel de fuerza que tenemos y donde podamos asumir la responsabilidad que tenemos con el pueblo chileno y con otros pueblos latinoamericanos, porque estamos en el país que se muestra como ejemplo para América Latina. Tan dispersos como estamos, no somos el apoyo que se merecen la Cuba revolucionaria o a la revolución bolivariana. Necesitamos todo eso para constituirnos, en primera instancia, como oposición política de izquierda en el camino hacia una alternativa. En esa dirección hemos construido el frente Unidos Venceremos con los compañeros del PC (AP), con la Identidad Rodriguista, con el Partido Alternativa Socialista, el MPMR y nosotros.
Cada cosa tiene su tiempo de maduración, y en este caso lentamente vamos a ir avanzando, porque la política está construida por hechos concretos y no es cuestión sólo de voluntad. Esperamos que con el tiempo otros sectores se vayan acercando, si comparten lo que ya nosotros hemos venido estructurando en materia de propuesta'.
Acción común -Una cosa es la propuesta programática y otra es la táctica común…

'Por distintos lados la izquierda puede seguir desarrollándose, pero lo importante es que tengamos los criterios básicos de acción común, que la sociedad nos vea actuando de conjunto frente a determinados hechos que nos atañen a todos. El TLC nos va a caer de golpe y todavía no somos capaces de presentar un frente común. Se va a aprobar la flexibilización laboral, aumentan los precios y no los salarios, y hay muchos problemas y luchas que dar que nos atañen a todos y es imposible no entender que debemos trabajar juntos. Tal vez no sea todavía posible tener un programa acabado, pero por lo menos en la acción nos podemos juntar.
La acción común facilitará la discusión que está pendiente sobre otras cosas. La unidad de la izquierda no va a ser producto de un retiro espiritual.
Pero esta izquierda requiere también recomponer las confianzas. Si la confianza no existe, no podrás avanzar. Esta izquierda requiere recomponer, reconstruir los lazos de confianza que en algún momento hubo y que por acción del modelo neoliberal, o de ex compañeros o incluso por acciones de inteligencia, se han venido debilitando. La acción común puede constituirse en una herramienta favorable para ir generando esa nueva relación que necesitamos para empezar a conversar sobre los problemas más de fondo como la realidad nacional, un balance o nuestra línea programática'.
-Se han producido reiterados llamados desde ex dirigentes de su partido a disolver el MIR diciendo que ya sería una organización superada, sin embargo ustedes hicieron su congreso y en estos días celebran un nuevo aniversario.
¿Qué pasa con estos ex dirigentes que no se incorporan o han intentado formar algo nuevo que no se sabe qué es?

'Eso lo enfrentamos construyendo el partido. De la antigua dirigencia del MIR hoy no hay ninguno haciendo política revolucionaria y nosotros tenemos una visión muy negativa sobre ellos. Esto, porque en un momento en que la ofensiva neoliberal llegó a producir tal nivel de dispersión y debilitamiento de las organizaciones populares, que es cuando más se necesitan los dirigentes, ellos aparecen planteando disolver el MIR, dispuestos a irse para la casa e incluso en varios casos a incorporarse a esa oleada concertacionista. Hacemos la comparación con Miguel Enríquez, que entrega su vida defendiendo la continuidad histórica del MIR, y estos otros dirigentes que sin que mediara una dictadura, decidieron abandonar.
El MIR de hoy es absolutamente distinto, y se equivocan quienes tratan de buscar en nosotros al antiguo MIR. Eso no es posible ni por razones históricas ni por la composición actual de nuestra militancia, que en más de un 80 por ciento corresponde a las generaciones de finales de los años ochenta y de los noventa.
Eso también demuestra que no había absolutamente ninguna razón objetiva, social o política, para intentar cerrar el partido'