BLOQUEOS CARRETEROS ASEDIAN A LA PAZ, EL GOBIERNO PARECIERA CEDER
Los bloqueos campesinos asedian hoy a la capital boliviana, donde el desabastecimiento de alimentos y la especulación se agrava, mientras el Gobierno parece ceder, luego de emplear una mano dura que agudizó el conflicto.
Los mercados de abastos normalizaron su actividad, tras una jornada en la que la en su mayoría cerraron sus puertas en solidaridad con los campesinos del Altiplano -donde cinco civiles y dos soldados murieron en un enfrentamiento el sábado último- y para exigir al Gobierno una solución al problema de los suministros.
En ese marco, el Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada dijo anoche en la inauguración de la Feria Internacional de la oriental ciudad de Santa Cruz, que se debe resolver cuanto antes un dilema:
'O elegimos el camino de la unidad, de la paz y de la construcción; o elegimos el camino de la división, la violencia y la destrucción'.
Al mismo tiempo, el ministro de Gobierno (Interior), Yerko Kukoch, llamó al líder de la Confederación Sindical Campesina a dialogar, sin condiciones, y no reiteró la exigencia del previo desbloqueo de las carreteras, que el domingo último Sánchez de Lozada amenazó con reabrir por la fuerza, sin conseguirlo hasta hoy.
Por su parte, Quispe, en cuya área de influencia, el Altiplano, se focalizan los bloqueos, reiteró sus condiciones, consistentes en que el Ejército se retire de la región, se libere a decenas de campesinos detenidos en los bloqueos y el diálogo sea en Warisata, escenario del sangriento choque del sábado, demandas que rechaza el Gobierno.
De otro lado, el titular Kukoch pidió a la Defensoría del Pueblo que interceda para solucionar el conflicto campesino y para la evacuación de 400 visitantes que no pueden salir de la localidad altiplánica de Luquisani.
Descartó así tácitamente de una operación militar para sacar a esos civiles, similar a la evacuación de turistas nacionales y extranjeros de Sorata -150 kilómetros al oeste de La Paz- que derivó en los trágicos sucesos de Warisata.
Diversos análisis sostienen que esas muertes, en lugar de disuadir a los bloqueadores, parecen haber exacerbado los ánimos y hacer más fuertes los bloqueos, y el ministro Kukoch reconoció la vigencia de estos, pese al envío de mil 500 militares y policías enviados a romperlos.
Un diario afirmó que la furia de los bloqueadores aumenta debido a la difusión de imágenes en las que las tropas obligan a campesinos detenidos a quitarse la ropa y, semidesnudos, retirar las piedras que interrumpen el camino.
Aunque los cierres viales, intermitentes pero efectivos, son más fuertes en la zona del Altiplano, tienden a propagarse hacia las regiones sur y central y han llegado inclusive a la zona de Rio Abajo, en las afueras de La Paz.
Esa área abastece de vegetales frescos a la capital y los campesinos lugareños impiden el paso de productos a los mercados citadinos, aunque permiten el tránsito de vehículos -a los que revisan minuciosamente- entre La Paz y Río Abajo.
El ministro de Agricultura entabló conversaciones con los dirigentes de esa zona próxima a La Paz, donde en los mercados la escasez y la especulación se desatan, pese a que un acuerdo con los campesinos de la región de Caranavi puso fin allí al bloqueo vial y normalizó el suministro de frutas y otros productos tropicales.
Los labriegos protestan desde hace más de una semana por diversas demandas agrarias y contra la exportación de gas a Estados Unidos a través de Chile, así como contra la entrada de Bolivia al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y el Gobierno rechaza la posibilidad de atender las dos últimas demandas.