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Latinoamérica

MASACRE EN EL ALTIPLANO

ECONOTICIAS

 

Fuerzas combinadas del ejército y la policía sembraron este sábado muerte, dolor y luto en el Altiplano boliviano. 'Se han entrado a las casa y no han respetado ni a las mujeres ni los niños', denunciaron pobladores de Warizata e Ilabaya, víctimas de la masacre que dejó un saldo inicial de cinco muertos a bala y más de 20 heridos.

'Estamos consternados por el escenario de violencia y muerte que se ha apoderado de Bolivia. Hasta el momento se ha informado de la muerte de cinco personas, cuatro civiles y un militar', dijo el vicepresidente de la Asamblea de Derechos Humanos de Bolivia, Sacha Llorenti, al reportar los violentos enfrentamientos que agravaron la tensión social que vive el occidente del país.
'Estamos muy dolidos, nuestros hermanos están cayendo y el gobierno nos está acribillando', denunció con la voz entrecortada el principal dirigente de la Federación de Campesinos de La Paz, Rufo Calle, en una entrevista difundida por la red televisiva ATB al anochecer del sábado.
Según la versión oficial, difundida por el vocero presidencial Mauricio Antezana, la violencia en el Altiplano habría surgido tras que una caravana militar, que había roto el bloqueo de caminos dispuesto por campesinos que reclaman la libertad de uno de sus dirigentes y se oponen a la exportación de gas a Estados Unidos, fuera emboscada por los agricultores y estudiantes de la Normal rural de Warisata.
Sin embargo, los dirigentes campesinos aseguraron que fueron las fuerzas militares y policiales las que desencadenaron una cacería mortal contra quienes bloqueaban los caminos.
'La responsabilidad mayor de estos hechos es de quien ordenó apretar el gatillo', advirtió el vocero de la Asamblea de Derechos Humanos, que se mostró temeroso ante la posibilidad de que la violencia continúe dejando saldos fatales. 'Hay mucha tensión en la zona y ojalá se atiendan las demandas de los pobladores para evitar más conflictos', dijo.
En tanto, el diputado y jefe del Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, acusó al gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada y a su ministro de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín, de seguir ensangrentando al país.
'Vuelve al gabinete Sánchez Berzaín y vuelven las muertes', dijo en clara alusión a la participación directa que tuvo este ministro en las luctuosas jornadas del 12 y 13 de febrero en la que perecieron 33 personas y más de 200 quedaron heridas a bala.
'No es posible que el gobierno responda con tanta violencia al pedido de libertad de un dirigente campesino (...) La gente se va a levantar', aseguró el dirigente cocalero que este viernes, junto a dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB), encabezó masivas manifestaciones en las principales ciudades del país exigiendo que Sánchez de Lozada no dé curso a la exportación de gas a Estados Unidos, negocio que dejará millonarios beneficios para poderosas transnacionales del petróleo, pero muy poco para Bolivia.