Bolivia:
Declaración de guerra civil indígena en Warisata
Pablo Mamani R ALAI-AMLATINA
Abril y septiembre de  2000 y junio-julio de 2001 es parte de un campanazo o un  llamado de los indígenas para una declaración pública de una  "guerra civil" ocurrida el domingo 21 de septiembre en  Warisata, altiplano norte de La Paz. Achakachi junto con  Huarina, Warisata y comunidades del altiplano norte y los  valles de Sorata han sido los actores de las impresionantes  movilizaciones realizados en la región durante el año 2000- 2001, junto con los indígenas de la región del Chapare,  Cochabamba. Son los primeros levantamientos indígenas del  siglo XXI en Bolivia, mismos que se han convertido en uno de  los detonantes para el cuestionamiento del modelo de libre  mercado. 
 En los bloqueos del camino en el altiplano norte de La Paz en el  año 2000 se había pronunciado, sobre la base de un profuso  sentido de identidad indígena, auque de forma tímida, una "guerra  civil" como parte de una demostración de fuerza y "autonomía" de  las comunidades indígenas aymaras y qhiswas de la región frente  a las fuerzas del estado. Se han tejidos y reforzado ideas,  decisiones, actos y sentimientos compartidos como parte de los  sentidos de pertenencia identitaria indígena contrapuestas al de  las identidades criollas-mestizas predominante en los espacios del  poder político y económico en Bolivia. ¿Cómo podríamos, sin  embargo, entender con cierta precisión los hechos recientemente  ocurridos en Warisata y Sorata? ¿Cómo se explica la declaración  de "guerra civil" indígena en términos históricos?. ¿Qué significa  la declaración de "guerra civil" dentro del campo simbólico y  político?. Una primera y necesaria aproximación para entender el  mismo es la historia. 
 La historia de los levantamientos indígenas en la colonia y  la república y las condiciones actuales de beligerancia  estatal y social provocado por el modelo de libre mercado se  constituyen en algunos de los referentes para entender los  hechos ocurridos en Warisata y Sorata. Los indígenas tienen  una larga historia de declaraciones de guerra a los estado  en la colonia y la republica. No es novedad, en este  sentido, la "guerra civil" declarada en Warisata. Es el  caso de Tupaj Katari y Zarate Willka. Los Katari de La Paz  y Chayanta en 1780-81 habían declarado una guerra indígena y  de guerrillas a los españoles. Pablo Zarate Willka y los  Willkas en la república (1899) también habían declarado una  guerra al estado republicano. Los pronunciamientos o  proclamas de Q'araqullo (Caracollo) y Peñas por Zarate  Willka y Juan Lero son parte de este hecho. Era un  levantamiento indígena gigantesca en toda la región central  y sur del altiplano y los valles de Bolivia. En cada uno de  ellos se han construido, además, "cuarteles indígenas" y  "gobiernos locales-regionales" y símbolos del poder  indígena. Y el estado, en estas relaciones, es portador de  una larga historia de masacres indígenas que ha ahogado en  sangre toda pretensión indígena de autogobierno o ante las  simples demandas locales de mayor justicia. En cierto modo  la historia del estado en Bolivia es la historia de las  masacres indígenas. Hay, entonces, una construcción de dos  lógicas contrapuestas irreconciliables que en tiempo en  tiempo se recrudecen, aunque en determinadas etapas  históricas se convierten en endebles pactos entre ayllus- estado, que al menor quiebre histórico explota. Este es una  línea roja que atraviesa la historia política y social de  Bolivia constituida como "fronteras étnicas" entre indígenas  o indios y los grupos de poder blanco-mestizo dominantes en  Bolivia. 
 En la ultima parte de esta historia de las relaciones  estado-indígenas en cuanto referentes del conflicto y pacto  desigual, es importante manifestar que los indígenas de  Sorata, Ilabaya, Achakachi, Warisata son actores históricos  de la guerra del Chaco con Paraguay en 1932-35. Los  indígenas aymaras y qhiswas al participar en esta guerra  internacional se convierten en referentes directos de la  memoria histórica, producto del cual exigen al estado el  derecho de ciudadanía negado, sin embargo, sistemáticamente. 
Además, se guardan memorias de lucha y las mismas armas de  fuego. Estas se manifiestan en sentimiento de orgullo  social por ser parte de la defensa del petróleo y del  territorio del Chaco. En ese sentido hay un sentimiento de  legitimidad histórica para convertirse en parte de los  destinos de este país. Los abuelos a través de la memoria  oral han trasmitido a sus hijos y nietos su participación en  esta guerra que hoy de algún modo se manifiesta como  rebeldía india. Asimismo los aymaras del altiplano norte  participan en la revolución de 1952. Este es otro referente  para entender la declaración de "guerra civil" en Warisata. 
Hay una memoria corta que tiene alcance político-militar  bastante fuerte en la región. Achakachi ya tenía en 1953 un  cuartel "campesina" llamado el regimiento Gualberto  Villarroel similar al cuartel de Patamanta de la provincia  Los Andes. Estos regimientos campesinos desfilan en el  primer aniversario del 9 de abril en la ciudad de La Paz. 
Otro hecho importante a tomar en cuenta es que antes de 1952  los hacendados propiciaban conflictos intercomunidades entre  haciendas y comunidades. En ese sentido hay una memoria de  lucha indígena en la región. Al que se suma la propia  experiencia de los jóvenes indígenas que van (vamos) al  cuartel más que los otros sectores de la sociedad nacional. 
En el cuartel se aprende a tener tácticas y estrategias de  guerra que en cierto modo es aplicado en los enfrentamientos  con las fuerzas del estado. 
 Entonces los cuarteles "campesinas" de Achakachi y Patamanta  de 1952, son parte de esta historia. El MNR se catapulta  con estos cuarteles como el partido "revolucionario" y  clienteliza las masas "campesinas", mismo que se refuerza  posteriormente con el pacto militar-campesino en los años  60s y 70s. 
 En este sentido hay una conjunción de dos hechos en este  proceso: por una parte hay una experiencia y memoria de los  levantamientos indígenas en la región, como el de Tupaj  Katari, Zarate Willka y la participación en la guerra del  Chaco y los conflictos intercomunidades provocados por los  hacendados. Y dos, hay la participación indígena en la  revolución de 1952 donde el propio MNR es quien arma a las  milicias "campesinas" para convertirlo al servicio del  gobierno. Entonces se mezclan dos hechos históricos de  importancia, una, la memoria larga y otra una memoria corta. 
Algunos funcionarios del estado como el propio Ministro de  gobierno Yerko Kukoc parecen desconocer este hecho, es  decir, sobre el equipamiento con armas a los "campesinos" en  1952 por el propio MNR. La siguiente afirmación del  ministro deja traslucir ese hecho: "Es preciso un profundo  análisis sobre la gente de Warisata y Sorata, que tiene una  capacidad de rechazar en forma armada al orden público" (La  razón, 22/09/03). En este sentido ¿se podría acusar y  juzgar por los actos recientes a los indígenas de Warista  sin juzgar también a los intelectuales históricos de armar a  los "campesinos" como es el propio MNR?   De esta manera hay una línea difusa que en determinado  tiempo histórico se convierte en una línea abierta de  frontera étnica porque ésta explota y debela las condiciones  de dominación étnica en Bolivia. Es como una memoria larga  que atraviesa la historia misma de la república y la  historia de la vida social de los indígenas que de tiempo en  tiempo explota y pone en jaque al estado neocolonial de  Bolivia. Auque en determinados tiempos y espacios de la  sociedad desaparece éste para simular pactos entre estado y  los indígenas. Es una línea divisoria que separa entre una  sociedad indígena dominada y otra sociedad minoritaria  dominante. Es la extensión cotidiana de las condiciones  económicas y políticas de un colonialismo interno. Los  hechos recientes hechos acaecidos en Warisata y Sorata no  son ajenos a esta historia de dominación étnica, por una  parte y a las luchas indígenas locales y regionales  mantenidas durante la historia de la república y la colonia,  por otro. 
 De manera precisa ¿cuál es el contexto coyuntural que  envuelve a los hechos ocurridos en Warisata?. ¿Hay un  ambiente de conflicto general en Bolivia para terminar con  la declaración de "guerra civil" en Warisata?. Veamos las  movilizaciones sociales que anteceden a los hechos del  sábado 20 de septiembre de 2003. 
  Pablo Mamani es aymara de formación Sociólogo y postulante a  magíster por la FLACSO, sede-Ecuador.