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Latinoamérica

21 de agosto del 2003

México: Editorial de El Insurgente
El gobierno concluye que Digna Ochoa se "suicidó"


PDPR-EPR
El ilógico y aberrante dictamen emitido por las autoridades del Distrito Federal de las conclusiones del supuesto suicidio como consecuencia de una enfermedad mental de la luchadora de los derechos humanos, Digna Ochoa, es sólo un argumento sin sustento científico que trata de justificar tal crimen de lesa humanidad. La hipótesis concluyente del suicidio es sólo una argucia alejada de toda lógica médica y política, con el que se pretende exonerar al ejército mexicano y al gobierno foxista en el asesinato de esta luchadora de los derechos humanos.

En la investigación que se realiza se traficó con la ley y prevalecieron los intereses políticos de los grupos de poder que procuran a todas luces encubrir tan aberrante asesinato, acto con el que se caracterizan las formas que el gobierno foxista y el ejército mexicano utilizan para tratar de acallar el descontento social, a las voces que cuestionan su política económica social y expone a la luz pública los métodos fascistas utilizados contra los opositores del sistema.

Con el foxismo, los intereses oligárquicos se han tomado la libertad absoluta para asesinar, se utiliza sin escrúpulos el poder que les brinda el Estado mexicano, donde los cuerpos militares, policíacos y paramilitares realizan tan denigrante acción propia de los chacales y los mercenarios deshumanizados, sin que exista justicia hacia las víctimas y sí la impunidad de estos grupos que amparados, auspiciados y dirigidos por los militares, la burguesía y las transnacionales actúan para amedrentar y hostigar a los a los luchadores sociales que no se han prestado a los intereses de los grupos de poder.

Llegar a las conclusiones del suicidio de digna Ochoa es sólo una muestra de ese poder, del indicativo con que actúa el ejército contra la sociedad mexicana, de un mensaje para todos los luchadores para que se desistan de defender los intereses de los mexicanos, de los más desprotegidos y miserables en México, pero sobre todo un mensaje para todos aquellos que osen defender a los guerrilleros.

La reparación del daño ocasionado es ética y moralmente imposible, el gobierno foxista y del D.F. deben reconocer la culpabilidad de los militares, su culpabilidad en ello, de igual manera los que inventaron la enfermedad mental de Digna Ochoa, pues ante todo demuestran que sus conclusiones fueron emitidas por consigna, para escarmiento de quienes se oponen a sus intereses.

La reparación del daño de alguna manera, sólo se puede realizar en la medida que se haga justicia en este asesinato, se solucionen las demandas de la salida de los presos políticos y se castigue la impunidad gubernamental.

Pero esto no puede lograrse porque el gobierno no está dispuesto y su esencia es la imposición y la utilización de los métodos fascistas donde la represión y la violación a los derechos económicos, políticos, sociales y humanos son su característica esencial como forma de impartir la justicia. De esta manera el supuesto combate al narcotráfico, sólo pretende justificar burdamente la militarización en amplias regiones del país, como en el norte, sur y centro donde se impone un virtual Estado de sitio.

Los verdaderos narcotraficantes y, delincuentes pululan y se encuentran dentro del Estado dirigiendo y orquestando las medidas contrainsurgentes y de apoyo a los cárteles de la corrupción, del narcotráfico y del poder para su enriquecimiento ilícito, mientras que la mayoría de los mexicanos sufre la barbarie de estos cuerpos represivos, que resquebrajan las leyes a su antojo, donde están inmiscuidos diferentes estructuras de gobierno y "personalidades" dedicados al "combate" a la corrupción, el narcotráfico y la delincuencia.

La violación de los derechos humanos es frecuente bajo el argumento de preservar el Estado de derecho con el que actúa el gobierno foxista y las estructuras gubernamentales, tanto en Tamaulipas, Chiapas, Puebla, Guerrero, Oaxaca, donde la militarización vuelve a tomar un nuevo repunte, que persigue ante todo reprimir el descontento popular para someter a los mexicanos y salvaguardar los intereses oligárquicos transnacionales.

A los mexicanos sólo nos queda el camino de la organización y la lucha por nuestros intereses y por la conquista de los derechos políticos y el castigo a los culpables de los asesinatos y la miseria en el que nos tiene sometidos el capitalismo y el foxismo en México.