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Latinoamérica

13 de agosto del 2003

La derecha boliviana cierra filas con el gobierno para neutralizar a Evo Morales


Econoticiasbolivia.com
Las fuerzas neoliberales de Bolivia consolidaron una amplia mayoría en el Parlamento al incorporar a la coalición gobernante a la derechista Nueva Fuerza Republicana, del ex capitán de Ejército Manfred Reyes Villa, el tercer candidato más votado en las elecciones del 2002.

Con su nuevo aliado, el oficialismo tiene el control total del Legislativo, que hasta ahora había sido escenario de algunas escaramuzas ideológicas y políticas que trabaron en alguna medida el accionar gubernamental. Con la adhesión de los 27 parlamentarios de la Nueva Fuerza Republicana, el bloque neoliberal cuenta ahora con más de dos tercios de los congresales, quedando la oposición antineoliberal reducida a su mínima expresión y sin ninguna posibilidad real para cambiar el curso de las políticas gubernamentales.

"Los oficialistas van aplicar el rodillo parlamentario", se quejó el jefe del Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, el segundo candidato más votado en las elecciones y que había logrado conformar una brigada parlamentaria de 35 miembros. El resto de la oposición está conformada por 5 diputados del movimiento indigenista conducido por el "Mallku" Felipe Quispe.

Durante casi un año, estos parlamentarios, la mayor parte de ellos dirigentes campesinos e indígenas, tuvieron un mediocre desempeño, carecieron de ideas y propuestas y las más de las veces se dejaron arrinconar por el oficialismo. En las sangrientas jornadas del 12 y 13 de febrero, cuando se desató una revuelta popular que casi tira abajo el régimen neoliberal de Sánchez de Lozada, los parlamentarios antineoliberales brillaron por su ausencia.

Su debilidad era extrema, incluso, cuando actuaron con el respaldo de los parlamentarios de Reyes Villa, por lo que ahora, con la nueva correlación de fuerzas, todo hace presumir que en el remozado Congreso sólo tendrán el "derecho al pataleo", pero a nada más.

Y es que el verticalismo y autoritarismo, característicos de la actual administración gubernamental que ha cosechado en su primer año de mandato un total de 62 muertos, 600 heridos y más de dos mil detenidos en luchas sociales, no les deja mayor margen de acción.

La conformación de la amplia mayoría neoliberal es también un rudo golpe a la fracción conciliadora del MAS, timoneada por el senador Filemón Escobar y que había guiado a su partido a privilegiar la lucha parlamentaria, en desmedro de la acción de masas de cocaleros e indígenas.

Entre los sindicalistas, especialmente entre los cocaleros, mineros y fabriles, hay la percepción de que la nueva alineación de fuerzas obligará al MAS a volcarse de manera más decidida a potenciar la lucha social y callejera, dejando de lado las ilusiones que habían sembrado en torno a la vía parlamentaria, que, en los hechos, ha sido clausurada en medio del bochorno y la vergüenza gubernamental.

Diversas encuestas, realizadas estos días en los medios de comunicación, mostraron que amplios segmentos de la población cuestionaron la nueva alianza neoliberal, lograda a través del reparto de cuotas de poder. Por su adhesión al presidente Sánchez de Lozada, al que intentaron defenestrar en un par de ocasiones y al que acusaron de encumbrarse en la presidencia a través del fraude electoral, el partido de Reyes Villa obtendrá un par de ministerios, varios viceministerios y prefecturas y otras canonjías.
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