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Latinoamérica

24 de julio del 2003

6 de Julio de 2003:
las elecciones en México de cara al abstencionismo II

Adrián Sotelo Valencia
Mientras los partidos políticos celebran sus supuestos "triunfos electorales", el verdadero perdedor de la elección del 6 de julio de 2003 es nuevamente el pueblo mexicano.

En efecto, considerando los pírricos resultados electorales que elevaron el abstencionismo, según cifras oficiales, a 59% del padrón electoral (constituido por 65 millones 337 mil ciudadanos empadronados a nivel nacional), concurrieron a las urnas ese domingo solamente 26 millones 788 mil 170 ciudadanos (41%), de los cuales un millón anuló su voto. Es decir, sumando éstos últimos al porcentaje de abstención cifrado, respecto al total del padrón, en 38 millones 550 mil personas, se tiene que casi cuarenta millones de mexicanos, -de un total de 101 millones 270 mil habitantes-manifestaron concientemente su repudio al gobierno federal encabezado por el conservador Partido Acción Nacional (PAN) y a los partidos registrados que no representan más que sus intereses de camarilla y a organismos corporativizados del viejo régimen político de gobierno.

Según el Instituto Federal Electoral (IFE), los resultados fueron los siguientes: de los 300 distritos de mayoría del país, el PRI obtuvo 160; el PAN, 82; el PRD, 55 y el PVEM, 3.

Los porcentajes de votación efectiva (cifrada en 26 millones 968 mil personas) obtenidos por cada partido y coalición fueron los siguientes: el Partido Acción Nacional (PAN), 31.88%; el Partido Revolucionario Institucional (PRI), 24.03%; el Partido de la Revolución Democrática (PRD), 18.23%; el Partido del Trabajo (PT), 2.48%; el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), 4.15%; Convergencia Ciudadana (CC), 2.34%; el Partido de la Sociedad Nacionalista (PSN), 0.28%; el Partido Alianza Social (PAS), 0.77%; México Posible (MP), 0.94%; el Partido Liberal Mexicano (PLM), 0.42% y Fuerza Ciudadana (FC), 0.48%.

Debido a que el PRI participó conjuntamente con el PVEM -que fue el aliado del PAN en las elecciones presidenciales de 2000 que llevaron a Fox a la presidencia de la república-, tuvieron que dividir el 14.02% de los votos que, sumados, dan un total de 36.96% para el PRI y 6.5% para el Verde Ecologista.

Para cada partido estos porcentajes se traducen en los siguientes números absolutos: para el PRI, 6 millones 258 mil 270 votos; para el PAN, 8 millones 303 mil 417 sufragios; el PRD obtuvo 4 millones 747 mil 367; el Partido del Trabajo, 645 mil 45; el Verde Ecologista, un millón 081 mil 750; Convergencia, 608 mil 581; el Partido de la Sociedad Nacionalista, 72 mil 752; Alianza Social, 199 mil 290; México Posible, 244 mil 504 y el Partido Liberal Mexicano, 109 mil 404.

Los "partidos políticos" PSN, PAS, MP, FC y PLM -que en realidad son negocios familiares subsidiados por el gobierno federal- perdieron su registro por no obtener 2% de la votación total cifrada en alrededor de 506 mil sufragios. Con esto se demuestra la ¡ popularidad! de estos organismos fantasma que se reproducen a costa de los impuestos de la población.

En nuestro artículo anterior para rebelión (4 de julio de 2003) dijimos que:

En el México oficial, donde sólo existe lo que se mueve en su interior, el espectro político es uno ladeado hacia la derecha: de aquí se mueven y se estiran, como en un péndulo, las 'distintas fuerzas políticas', sin cambiar el rumbo: sólo así se vislumbra un centro, una ala izquierda y otra ala derecha. En el centro del espectro aparece el PRI, a la derecha el PAN y en el polo opuesto el PRD. Los demás partidos y agrupaciones luchan encarnizadamente entre sí por colocarse en cualquiera de estos puntos. La correa de transmisión son las elecciones y las componendas.

Esta tesis del espectro político del México oficial actual configurado en la derecha, se confirma cuando constatamos la actividad postelectoral de los partidos que se mueven en dos direcciones. Por un lado, de manera completamente absurda, sólo están preocupados por las elecciones presidenciales del año 2006, para ver como se "reparten el pastel". Por otro lado, lo que es más preocupante, buscan reacomodos, alianzas y componendas ("concertacesiones") dentro de la nueva composición de la LIX Legislatura monopolizada por la segura alianza entre el PRI y el PAN con el papel de comparsas del PRD y de los otros partidos que tuvieron la fortuna de mantener su registro y acudir al reparto de curules y prebendas.

A pesar del repudio popular al gobierno neoliberal y a su régimen de transición pactada (PRI-PAN-PRD y demás partidos bisagra), de manera francamente descarada, la "lectura" que después de la elección han hecho los principales representantes de esos partidos políticos, se traduce en un presunto "mensaje" que supuestamente habría enviado la ciudadanía el 6 de julio y que consiste en que "hay que realizar acuerdos y concertaciones", es decir, acordar las famosas "reformas estructurales" que en lenguaje liso y llano no son otra cosa que privatizar la industria eléctrica, los energéticos y el petróleo, imponer la reforma laboral neoliberal conocida como Ley Abascal y generalizar el 15% del impuesto al valor agregado a medicinas y alimentos que consume la mayoría más pobre de la población del país.

Para nadie es un secreto que estas medidas son parte del recetario y de las condiciones que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial exigen para seguir manteniendo abiertas sus líneas de crédito al gobierno mexicano y a todos los países dependientes y subdesarrollados del planeta.

Frente al rotundo fracaso para lograr la presunta y fantasmagórica "transición a la democracia" por parte del gobierno actual del PAN, el significado profundo de esta "elección intermedia" en México no es otro más que el de la garantía de realizar las tan codiciadas reformas neoliberales en los tres años previos a la siguiente elección presidencial en el año 2006. Ello explica que los grandes y graves problemas nacionales, como el aumento inusitado del desempleo, la pobreza y la pobreza extrema, la extendida marginación social y la tugurización de las ciudades y barrios populares, la caída de los salarios reales, el deterioro de las exportaciones, el incremento del déficit de la balanza de pagos del país, el aumento del endeudamiento externo, la caída de la tasa de crecimiento y el acercamiento peligroso al estancamiento económico, sean temas "secundarios" en las agendas neoliberales de los partidos políticos, más preocupados por cabildear sus candidatos para la próxima elección presidencial.

Mientras tanto, el pueblo, los trabajadores y los ciudadanos excluidos del modelo neoliberal construido a la moda de la casa blanca, tendrán que tomar su destino en sus propias manos, fuera del paternalismo corporativo de líderes y lideresas "iluminados" que usurpan la representación del pueblo. Para ello, tendrá que surgir una verdadera organización de la izquierda mexicana no electorera que ponga en su agenda esos problemas candentes de manera prioritaria, aunados a situaciones tan vitales como la contrarreforma agraria y el futuro para movimientos indígenas y populares como el articulado en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que recientemente rompió completamente los vínculos con el gobierno federal y con los partidos políticos burgueses porque considera que estos no han hecho más que avalar el neoliberalismo y las contrarreformas indígenas. En los siguientes términos se expresa lo anterior:

En nuestro país, la clase política mexicana (donde se incluyen todos los partidos políticos con registro y los tres poderes de la Unión) traicionó la esperanza de millones de mexicanos, y miles de personas de otros países, de ver reconocidos constitucionalmente los derechos y la cultura de los pueblos indios de México. Hace poco, completamente alejados de la realidad, los políticos mexicanos dieron una excelente muestra de su ilimitada capacidad para el ridículo, al realizar una de las campañas electorales más cómicas de la historia de México. El alto abstencionismo en las elecciones del pasado 6 de julio de 2003 fue una reacción popular que aún se niegan a ver."

("El EZLN anuncia la suspensión de contactos con el gobierno mexicano y los partidos políticos", Comunicado del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, México, 19 de julio de 2003, aparecido en La Sección Internacional de la revista electrónica
http://www.rebelión.org/, 23 de julio del 2003.)

Las tareas inmediatas y más urgentes que las elecciones quisieron empañar, son precisamente la discusión y toma de decisiones frente a las próximas medidas que la burguesía mexicana y el gobierno habrán de dar en torno de la imposición de las reformas neoliberales señaladas.

La lógica del México oficial del neoliberalismo cuarteado sigue su curso inamovible; los partidos políticos enmarañados en sus burocracias, en el reparto de prebendas y en la elección de sus candidatos para un "futuro" incierto no existen fuera de esa lógica. Por ello, el actual espectro de fuerzas de la derecha del México oficial tendrá que ser derrotado con el concurso del pueblo organizado y de una verdadera izquierda que sea capaz de construir la ruta que trascienda el actual orden capitalista neoliberal.