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Latinoamérica

30 de junio del 2003

Ecuador: ¿Pachakutik entre dos Gran Hermanos?

Kintto Lucas
Quincenario Tintají / Quito

El traspaso del fideicomiso de la Empresa Eléctrica del Ecuador (EMELEC) por parte del ex banquero Fernando Aspiazu al ex coordinador nacional del Movimiento Pachakutik, Miguel Lluco, evidencia el desconcierto en que se mueve el Comitè Ejecutivo de ese movimiento desde que Lucio Gutiérrez venció la primera vuelta electoral en octubre de 2002.

El domingo 8 de junio, cuando José Vallejo, integrante de Pachakutik y funcionario del Ministerio de Finanzas llegó buscando a una persona que tradujera los puntos medulares del fideicomiso elaborado en Bahamas y firmado por Aspiazu (beneficiario del salvataje del Banco del Progreso en 1999 y actualmente detenido), su esposa, Miguel Lluco y dos testigos, dudé sobre el significado de este documento.

Mientras alguien hacía la traducción oralmente del inglés al español, Vallejo explicó que el día anterior había estado junto a Augusto Barrera (Secretario de Diálogo) buscando una buena traducción para conocer mejor todas las implicancias del acuerdo. Todavía un tanto asombrado le señalé que ese fideicomiso podía ser bueno o malo dependiendo de lo que se escondiese atrás, pero no dejé de mostrar mi preocupación.

De repente Fernando Aspiazu se transformaba en el Gran Hermano de Pachakutik y eso dejaba muchas dudas. También dejaba dudas el hecho de que Lluco hubiese firmado algo sin saber todas las implicancias y sin que nadie le haya traducido todo el documento antes.

Con el fideicomiso a su nombre, Lluco tiene el poder para hacer cualquier transacción con EMELEC, pero los réditos deben ser utilizados en primer lugar para pagar a los cientos de acreedores del Banco que se quedaron sin cobrar cuando éste cerró, y luego la empresa regresa a manos de Fernando Aspiazu. Mientras que el fideicomiso anterior establecía que luego de pagar a los acreedores, EMELEC pasaba a la estatal Agencia de Garantía de Depósitos (AGD) en pago por lo más de 400 millones que esa entidad puso para salvar al Banco. Al otro día de enterarme de la noticia, pensando sobre el origen de la relación entre el banquero preso y la dirigencia de Pachakutik reforcé mi opinión de que podría tratarse de una trampa para manchar a ese movimiento y a su dirigente principal al vincularlo con el banquero corrupto.

De no mediar ningún interés económico por parte de la dirigencia de Pachakutik vinculada a Lluco o del ex coordinador, el involucramiento con Aspiazu es por lo menos, un grave error político. Si en ese movimiento gobiernista el único que conocía la negociación era Lluco, sin haber consultado con el Comité Ejecutivo, es una falta política grave de toda la dirigencia por haber llegado a ese nivel de incomunicación, y haber dejado al coordinador sólo. Si conocían otros dirigentes tendrían que explicar por qué tomaron esa decisión de embarcar a Lluco en el acuerdo y por qué no consultaron a las bases y organizaciones que forman parte de Pachakutik ante un tema tan delicado. En todo caso, me cuesta creer que el coordinador haya actuado sólo.

Si el motivo de aceptar la administración de este fideicomiso es la retribución que se menciona en el mismo y que sería parte de un contrato aparte, estaría evidenciando una forma muy poco ética de hacer dinero por parte de un movimiento político que pretende combatir la corrupción.

Si no existe el interés económico, pero alguien convenció a la dirigencia de Pachakutik de que administrando EMELEC se podría pagar a los acreedores del Banco del Progreso, es un error político tal que rayaría en la ingenuidad. ¿Por qué no se impulsó la incautación de EMELEC por parte de la AGD? La gerenta general de la entidad, Wilma Salgado, que representa a Pachakutik, viene realizando el mejor trabajo dentro del gobierno cobrando e incautando los bienes de los banqueros corruptos y la ley le permitía asumir la empresa del ex banquero. Incluso ella se opuso al fideicomiso y actualmente no lo reconoce porque beneficia a Aspiazu.

En todo caso, el error no es solamente de Lluco, sino de toda la dirigencia de Pachakutik cercana a él, que casualmente pertenece al mismo sector político que el coordinador. Una estructura que funciona como partido autónomo dentro del Movimiento, que monopoliza el poder y que podría atar una alianza con el Ministro de Gobierno, Mario Canesa, un radiodifusor y banquero que sería una especie de Gran Hermano dentro del gobierno, pensando en un futuro electoral.

Como si todos los errores cometidos no fueran pocos, ahora algunos dirigentes de Pachakutik que decidieron volver a reunirse obligados por el golpe de la realidad salen a decir que será el movimiento el que pague todos los gastos de Lluco como administrador del fideicomiso, lo que si no fuera triste causaría risa. Además, no conformes con el estado al que han llevado a un movimiento cuya mayor riqueza estuvo siempre en la diversidad siguen actuando sectariamente (con reuniones entre cuatro o cinco a las que no pueden asistir determinadas personas que cuestionan lineamientos políticos alejados del proyecto original de Pachakutik), y prefieren excluir por izquierda e incluir por derecha.

Ahora es muy fácil decir: "no sabíamos nada pero confiamos en Miguel Lluco". Nadie puede poner en duda la trayectoria de Lluco pero sí existen más que dudas en cuanto a la actuación de quienes dejaron sólo al dirigente indígena, pasaron a ser funcionarios de gobierno y no abrieron el Comité Ejecutivo a otros sectores para no perder la estructura porque asumen el aparato como un fin es sí mismo

Si no reflexionan a tiempo, quienes manejan los hilos de Pachakutik parecen predestinados a quebrar el movimiento, lo que ya estuvo a punto de ocurrir antes del triunfo electoral. Pero tienen mucha suerte. Ante la cercanía del Congreso del Movimiento, da la impresión de que algunos/as están trabajando en un enroque de Virgilio Hernández (ex Subsecretario de Gobierno que renunció hace algunas semanas a su cargo) por Miguel Lluco. Sin embargo, la CONAIE decidió intervenir a través del dirigente indígena y ex diputado, Gilberto Talahua. ¿Qué papel jugarán los dos Gran Hermanos en el futuro de Pachakutik? ¿Alguien dejará la casa antes del final?