4 de julio del 2003
Se incuba una profunda crisis ambiental en Bolivia
Econoticiasbolivia.com
Los elevados y alarmantes índices de erosión y degradación
de suelos y de sus recursos naturales renovables están incubando una
peligrosa e impredecible crisis ambiental en Bolivia, advirtió el estudio
especializado "Mujer, Industria y Medio Ambiente".
"Pese a los avances en la legislación jurídica, el medio ambiente
es una asignatura pendiente en el país y hay graves indicadores sobre
la contaminación de los suelos y el agua, y en menor proporción
en el aire", señala la investigación realizada por Vania Solares
Maymura.
La investigación detecta que hay un panorama poco halagüeño
en materia ambiental para Bolivia, un país de 1.098.591 kilómetros
cuadrados, la mitad de ellos bosques, con grandes contrastes geográficos
y ecológicos y con una amplia diversidad de climas, topografía,
vegetación natural y suelos.
Destrucción de suelos
"En Bolivia, el mayor problema ambiental es la degradación de la tierra,
que es creciente y amenazadora, y se expresa fundamentalmente en un agudo proceso
de erosión que trae consigo la pérdida de la capacidad del suelo
agrícola y forestal, la destrucción de la base productiva del
país y el agravamiento de la pobreza".
"Los efectos de la degradación del suelo son la erosión hídrica
y eólica, la pérdida de cobertura vegetal, la pérdida de
fertilidad del suelo y la salinización del suelo por riego y drenaje
inadecuado", agrega el estudio de Solares.
Según los datos presentados en la investigación se "estima que
el 41 por ciento del territorio nacional está afectado por diversos grados
de erosión y degradación. Una cuarta parte del territorio sufre
de una erosión fuerte a muy grave y cada año el 3 por ciento de
la superficie utilizada con fines de producción agropecuaria y forestal
pierden su capacidad productiva por efecto de la degradación".
Contaminación hídrica
La contaminación del agua también es significativa y altamente
preocupante, especialmente en el occidente del país, donde se asientan
las actividades mineras. Se estima que entre el 30 al 50 por ciento de las aguas
residuales de la actividad minera son descargadas sin tratamiento de ninguna
especie. En el oriente, la contaminación hídrica es generada fundamentalmente
por las descargas de agrotóxicos y el uso de pesticidas en la producción
agropecuaria, agrega el informe.
En el área urbana, el inadecuado uso de los desechos humanos e industriales
ocasionan la contaminación de ríos. En el desarrollo de sus actividades,
las ramas industriales provocan severos daños al medioambiente y contaminación
hídrica, de suelos y atmosférica (aguas servidas, líquidos
tóxicos, residuos sólidos, agentes químicos, ácidos,
ruidos, gases, compuestos orgánicos e inorgánicos, olores, etc),
afectando la seguridad y salud de los trabajadores y de la población.
El estudio, que consigna información de fuentes oficiales y empresariales,
muestra que "en la generalidad de la industria manufacturera no existe una adecuada
clasificación y separación de los desechos industriales del restante,
que los desechos peligrosos no se someten a tratamiento especial y que hay severas
restricciones económicas, tecnológicas, de infraestructura y de
cultura ambiental en la relación de la industria con su entorno".
Deterioro del aire
La contaminación del aire en las ciudades bolivianas es relativamente
baja, si se la compara con la existente en otras ciudades del continente, sin
embargo no deja de aumentar constantemente.
La contaminación del aire se genera fundamentalmente por la actividad
industrial, el transporte, la actividad en los hogares, la quema de pastizales
y chaqueos. En Cochabamba, la contaminación del aire tiene su origen
principal en el polvo, mientras que en La Paz la contaminación por monóxido
de carbono y plomo llega a niveles altos por el transporte vehicular.
Más peligros
El estudio sostiene que el deterioro del medio ambiente y la degradación
de los recursos naturales renovables no ha podido, hasta ahora, ser detenido
ni controlado, a pesar de los significativos avances que dio el país
en materia legislativa.
A juicio de los expertos, la Ley del Medio Ambiente (1992), la Ley Forestal
(1996) y la Ley INRA (1996), con sus respectivos reglamentos, son tres instrumentos
muy avanzados para proteger el medio ambiente y velar por un uso eficiente y
correcto de los recursos naturales renovables. Sin embargo, las enormes falencias
y debilidades administrativas del aparato estatal, las limitaciones de recursos
humanos, técnicos y financieros en las reparticiones oficiales encargadas
del control y supervisión ambiental y las restricciones que imponen las
normas a las actividades económicas son, entre otros, factores fundamentales
que impiden que la legislación se aplique con todo su rigor y en todo
su alcance. Por ello, según el estudio, hay un creciente y peligroso
deterioro ambiental en el país.