VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

AUTOCONSUMO EVITA HAMBRUNA EN EL AGRO BOLIVIANO

Econoticiasbolivia.com

A 50 años de la reforma agraria, los campesinos e indígenas del altiplano y los valles bolivianos siguen apostando por el autoconsumo, que es el mecanismo que está evitando una generalizada hambruna en el agro, revela un informe del Centro de Investigación y promoción del Campesinado (CIPCA).
"El único elemento que mantiene a los pequeños productores fuera de los niveles de hambruna son sus altos niveles de autoconsumo. Dependiendo de la zona y la cultura de los productores, el autoconsumo alcanza entre el 50 y 70% de la producción agrícola", asegura la investigadora del CIPCA, Nele Marien.
La evaluación de Marien demuestra que, a pesar de cinco décadas de realizada la reforma agraria, los campesinos e indígenas bolivianos están viviendo en una grave situación de marginación económica, política y cultural, producto de la reducción de sus ingresos, la pérdida de mercados y de escasas posibilidades de desarrollo.
La reforma agraria de 1953 ha contribuido a redistribuir la tierra, aunque de manera parcial y en un proceso caótico e irregular, que ha degenerado en el levantamiento de latifundios improductivos en el oriente y el crecimiento acelerado de minifundios en el occidente del país.
Estos factores negativos se han acentuado con la aplicación del modelo neoliberal y de políticas que virtualmente están condenando a la extinción y desaparición de la economía campesina e indígena, señaló la investigadora del CIPCA.
"Según la propia lógica del modelo neoliberal, los campesinos e indígenas están predestinados a desaparecer. El Estado no se empeña en apoyarles de forma alguna y, por el contrario, aumenta cada vez más el ingreso de alimentos baratos del extranjero que hacen letal competencia a los pequeños productores".
Según Marien, los pequeños productores agrícolas del altiplano y los valles han reducido sus niveles de consumo alimentario producto de la mayor pobreza y una inquietante reducción de ingresos, que algunos expertos creen que fue del 50% en los últimos 20 años. La liberalización de precios, la libre importación y la falta de apoyo al agro han sido fundamentales para deteriorar la calidad de vida en el campo.
La tercera parte de la población boliviana vive de una agricultura a pequeña escala, caracterizada por una diversidad productiva, el respeto a la tierra y los elementos naturales como parte fundamental en el proceso productivo, y un alto grado de autoconsumo.
Según Marien, en otros aspectos de la vida ciudadana, la discriminación también es moneda corriente para con los sectores campesinos y 32 pueblos indígenas que pueblan Bolivia.
"La cultura de los pueblos originarios está profundamente enraizada en toda la vida boliviana, y aunque el referente cultural de estos pueblos se da en el área rural, en las ciudades existe una situación muy ambigua: por una parte se adoptan varias de las costumbres originarias -en especial de aymaras y quechuas-, aunque, por otra parte, existe un desprecio y un racismo impresionante hacia los campesinos e indígenas", señala la evaluación.