VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

¿Llegará Toledo Al 2006?

DESLINDE, José Ríos R., 21-05-03.

Ya desde antes de la huelga magisterial esta pregunta había vuelto a la mesa de las discusiones sobre la política nacional. La recuperación post-electoral se agotó a poco de comenzar el año, la aprobación del presidente Toledo reinició su periplo cuesta abajo, y a la fecha se registra una espectacular pérdida de más de 18 puntos (según la encuestadora ‘Apoyo’ la aprobación estaría ya en 14% mientras que el rechazo rebasa las 4/5 partes de la opinión pública: 81% nada más y nada menos) desde los 32-33% a los cuales ascendió desde sus niveles previos a las elecciones del 17 de noviembre pasado.
Los 33 puntos, en opinión de Julio Cotler, eran el nivel del caudal propio del toledismo, era lógico que estuviera allí su nivel de aprobación, era el ‘tercio propio’ de la chacana. Ahora, es obvio que Alejandro Toledo ha perdido más de la mitad de su electorado, y si tomamos en cuenta algunas estimaciones, que le asignan 8 puntos, la cosa es más crítica aún. Algunos dicen, como es natural cuando no les favorecen las encuestas, y no sin razón, que hay manipulación en los resultados de las encuestas de opinión (claro que de ello no se acordaron cuando el presidente había recuperado unos 20 puntos para llegar al tercio de la opinión pública.
Lo que es innegable es que Toledo es repudiado ‘hasta por las piedras’, y que el toledismo activo ha desaparecido de la escena. No se escucha a nadie o casi nadie defender al que ha sido ya considerado por tirios y troyanos como el peor presidente de la historia republicana del Perú. ¿Qué ha hecho el ganador de 4 procesos electorales para caer tan bajo en menos de dos años? Es difícil contestar la pregunta por la larga cadena de hechos explicatorios. Por ello habría que reformularla en sentido negativo: ¿Qué no ha hecho el electo presidente para perder tanta y tan rápidamente el favor popular?.
Exceso de promesas incumplidas (las que en palabras de Solari, actual premier toledista, habrían sido cumplidas, ¡en 99%!), política económica neo-liberal en perfecta continuidad con la década de la dictadura cívico-militar de los 90, abuso de su condición de gobernante para auto-asignarse astronómicos emolumentos (desde los 18 mil dólares USA), utilización de los bienes del Estado para fines particulares, viajes en tándem faraónico a los más lejanos rincones del planeta, frivolidad inocultable de los usos y costumbres de la pareja presidencial, evidente carencia de programas de gobierno lo que se traduce en improvisación desvergonzada, práctica impenitente de nepotismo flagrante a todo nivel de la gestión pública, ‘invasión’ de la planilla pública por los ya célebres ‘hijos’ de Toledo en las diversas entidades del Estado (con la más fehaciente y probada incompetencia en la mayor cantidad de casos), y así, podría continuar esta lista por no pocas carillas, lo que superaría los marcos de este artículo, y, antes de continuar, no puedo dejar de mencionar el tema de la hija negada del actual presidente, lo que ha gravitado en forma muy negativa en la erosión de la imagen del primer mandatario.
Los “asesores” tienen buena parte de responsabilidad en la debacle toledista, ostentando un nivel remunerativo en razón inversamente proporcional a las capacidades y condiciones profesionales. Parecieran haber sido seleccionados exprofesamente para perjuicio del presidente. Y por último, la incontinencia verbal, debe haberle hecho perder varios y buenos puntos de apoyo, sin duda.
A estas alturas, el mismísimo Toledo está convencido que lo que tiene que hacer es durar hasta el 2006, lo que ya es algo favorable (después de haber soñado, opiáceamente, con un 2º período inmediato, del 2006 al 2011, ello explica, según los entendidos, que el gobierno haya insistido tanto con la conservación de la Constitución Fujimorista <con la que fue elegido, y donde la reelección inmediata es plenamente factible>).
El gobierno debería abocarse a gobernar, nada más que eso, y en verdad que sería bastante