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.AVANCES TÁCTICOS El encuentro de los jefes de Estado de Colombia y Venezuela, celebrado en la población de Puerto Ordaz, el pasado 23 de abril, ofrece resultados que tienen tanto de ancho como de largo. Depende con el prisma con que se mire.
El encuentro Chávez-Uribe Vélez:.
AVANCES TÁCTICOS.
Los acuerdos a que llegaron los presidentes de las dos naciones vecinas, a pesar de los chistes de mal gusto del mandatario colombiano, crean un nuevo clima de cooperación, especialmente en el aspecto económico. Pero en el político quedaron temas cruciales sin tratar, que mantienen un ambiente de escepticismo.
Por Alberto Acevedo
Tomado del Semanario Voz
Web: http://www.geocities.com/vozxcol/bogota.htm.

El encuentro de los jefes de Estado de Colombia y Venezuela, celebrado en la población de Puerto Ordaz, el pasado 23 de abril, ofrece resultados que tienen tanto de ancho como de largo. Depende con el prisma con que se mire..
Si se observa desde el punto de vista de los resultados económicos, es un encuentro positivo. La mayoría de los acuerdos materializados por los dos gobernantes, apuntan a resolver problemas de esta naturaleza, y estimulan desde luego, la reactivación del mercado binacional, invitan al incremento del volumen del comercio mutuo..
El anuncio de que se construirá un gasoducto para el transporte de combustibles. El compromiso del presidente venezolano de exhortar a empresarios de su país a cancelar una deuda de 320 millones de dólares a la contraparte colombiana. El impulso a un proyecto de navegación conjunta de los ríos Meta y Orinoco, la construcción del Puente Unión, para elevar a un nivel de desarrollo superior el comercio bilateral, son indicativos de las bondades del encuentro entre los dos mandatarios..
Clima de distensión.
Cumpliendo su palabra, Chávez publicó al día siguiente de la reunión, un decreto que crea los mecanismos para agilizar el pago de la deuda reclamada por empresarios colombianos. Desde este punto de vista, los resultados del encuentro son alentadores y crean un clima de mayor confianza y cooperación entre gobiernos y empresarios de las dos naciones..
Con excepción, desde luego, del chiste de mal gusto de Uribe Vélez al regalarle un poncho a su contraparte, con la advertencia de que no se trataba de la toalla de Marulanda Vélez. .
Entre los resultados menos afortunados que rodearon la reunión hay que mencionar también la presentación que hicieron los grandes medios de comunicación al magnificar las dificultades en las relaciones bilaterales, destacando con grandes titulares declaraciones de funcionarios de ambos lados de la frontera, e incluso "incidentes" con las Fuerzas Armadas del vecino país. Se trata de una vieja treta que consiste en aumentar el tamaño de las dificultades para luego disminuir el volumen de los logros alcanzados. Esto funciona cuando el visitante no es de la simpatía de los grandes medios de comunicación..
No asistieron los "halcones".
En el aspecto político, vale destacar el convenio suscrito para la atención de población desplazada por el conflicto colombiano a territorio del vecino país. Sin embargo, en el encuentro no estuvieron los comandantes militares, ni los ministros belicosos, como nuestros flamantes titulares del Interior y Defensa, protagonistas de la llamada "diplomacia de micrófono"..
La participación de Venezuela como mediadora en el conflicto interno, es un asunto que no se abordó porque a Uribe Vélez no le interesa. Tampoco el de la cooperación militar entre las dos naciones, asunto en el que necesariamente interfiere la concepción de la doctrina de la "seguridad nacional", tema exógeno al ambiente de civilidad y democracia en el que está empeñado el vecino venezolano.
Y desde luego, el tema de la integración regional, abordado de manera tangencial, no pudo tener una mayor consistencia a nivel de compromisos. Porque mientras Venezuela aboga por un proceso integrador democrático e independiente, por fuera del ALCA, el mandatario colombiano, dando la espalda a compromisos de integración regional suscritos en el pasado, aboga por acuerdos bilaterales con los Estados Unidos, inclusive con desmedro de los interese de productores nacionales, como en el caso de los arroceros, los algodoneros y los caficultores. .