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Latinoamérica

Carta abierta a Lula la soja transgénica y el triunfo de la monsanto

Londrina 12 de Abril del 2.003

Excelentísimo Sr. Luiz Inácio Lula da Silva Presidente de la República Federal de Brasil

Somos profesionales en investigaciones agrícolas y biológicas de la región de Londrina. Desde esta nuestra condición tenemos el deber de presentar a Su Excelencia algunos esclarecimientos al respecto de la soja transgénica Roundup-Ready, de la compañía Monsanto.
Nuestro deseo al ejercer este deber cívico fué motivado por la reciente edición de la Medida Provisória 113/2.003, que liberó la comercialización de la cosecha transgénica gaucha ( estado de Rio Grande do Sul) en el territorio nacional.
Informaciones falsas La primera información falsa es que ³los productos transgénicos son consumidos hace más de cinco años por millones de personas de los EUA, y que no se há registrado ningún problema². Científicos de la propia Food and Drug Administration (FDA), que liberó el cultivo de soja en los EUA, afirman que no hay base para establecer cualquier conclusión respecto a la seguridad de los transgénicos en la salud pública. Ello debido a que los transgénicos jamás fueran etiquetados como tales en los EUA, lo que impide el rastreo de cualquier problema que pueda ocurrir. La industria de los transgénicos promovió y continua promoviendo un fortísimo lobby de presión contra el etiquetado específico.
Cabe mencionar que, aún en el transcurso del proceso de aprobación de la soja Roundup-Ready en los EUA, científicos de la FDA evaluaron que no había informaciones suficientes sobre los efectos en la salud pública, y emitieron informes contrarios a su liberación. Tales informes no fueron tenidos en cuenta por los escalones superiores -influenciados politicamente-que autorizaron el cultivo de la variedad transgénica. Esos informes en contra, tan solo salieron a la luz pública en el 2.002, cuando, por decisión judicial, la ONG Alliance for Biointegrity, de Iowa, tuvo acceso a los arcjhivos de la FDA.
La cuestión de la seguridad exige mucha cautela, pues los problemas pueden manifestarse tan solo en el largo plazo. Hoy en día hay en Vietnan, una generación de niños afectados por ³focomielia², -anomalía congénita que impide la formación normal de brazos y piernas- porque durante la guerra, sus abuelos fueron expuestos a elevadas dósis del Agente Naranja, producto usado para desfoliar bosques y que era considerado seguro en esa época. La Monsanto fué la mayor abastecedora del Agente Naranja para el ejército americano.
En Brasil, un problema como este sería una pesada carga para el sistema público de salud y para la seguridad social, a ejemplo de lo que ya ocurrió con la contaminación con agrotóxicos.
Según una información falsa, la soja Roundup-Ready produce más cantidad y da más beneficios a los agricultores. El grupo del economista Dr. Mike Duffy, de la Universidad de Iowa, asesora a millares de agricultores del Medio-Oeste americano ­donde las variedades transgénicas han sido cultivadas en grandes cantidades desde hace cinco cosechas- y han verificado un coste de producción de cerca de un 5% mas bajo, pero también una productividad entre 5 y 7% menor. Eso ocurre en la región en que esas variedades de soja fueron experimentadas, desarrolladas y cultivadas en grandes extensiones.
En el caso de las cosechas gauchas, esa perdida de productividad debe de ser aún mayor, porque la variedad contrabandeada no fué desarrollada para las condiciones de suelo y clima del aquel estado. De hecho, Rio Grande do Sul há conseguido las mayores productividades entre los grandes estados productores de soja en Brasil, lo que contribuye para evidenciar, en su conjunto, la falsedad de la afirmación de mayor rendimiento.
Se afirma también que, en Brasil, la soja transgénica tendría una reducción del 30% en el coste de producción, debido al menor gasto en herbicidas. Eso es imposible, pues los gastos medios con herbicidas representan entre un 12 a 17% del coste total de la soja convencional.
Vale recordar que los agricultores de Rio Grande do Sul aún no pagan la tasa tecnológica (royaltis), porque sus simientes son de contrabando. En los EUA y en la Argentina, la tasa tecnológica tiene que ser pagada incluso cuando el agricultor reserva simientes de su propia cosecha para sembrar la siguiente. La Monsanto ha presentado centenas de acciones en la justicia de los dos países contra los agricultores que replantaron simientes propias sin pagar esas tasas.
Verdades.
Además de explicitar esas informaciones falsas que han rodeado el tema de los transgénicos, es nuestro deber comunicar nuestras desconfianzas con relación a los problemas que la liberación de la soja transgénica va a producir de forma inmediata. No se trata de problemas remotos e hipotéticos, sino de problemas claramente discernibles a la luz de hechos de dominio público.
La primera verdad es que la liberación de la soja transgénica en este momento es un suicidio comercial, una acción contra los intereses nacionales. Como es de conocimiento público internacional, los principales importadores de soja del mundo ya indicaron que prefieren productos no transgénicos. En Europa y en la China están en marcha cronogramas de resticciones progresivas. Desde el inico del cultivo de los transgénicos en los EUA, Brasil expandió sus exportaciones de soja en más de un 20%. En toneladas, la expansión brasileña corresponde aproximadamente a la pérdida de mercado de la soja americana.
La ventaja comercial brasileña en el comercio internacional desaparece con la liberación de los transgénicos, ya que pasamos a concurrir en el mercado con el mismo producto que Argentina y EUA. Podemos producir a un coste más bajo que los americanos, pero no podemos competir en subsidios. Si nuestra soja fuese igual a la americana, un pequeño incremento en el subsidio de los EUA puede significar un severo impacto en los beneficios del complejo brasileño de la soja.
Con la prohibición de los transgénicos, se abrirán nuevas puertas para las exportaciones brasileñas, siendo aún mayores las expectativas de cara al futuro. Por ello nuestra perplejidad de ver sacrificado un futuro claramente ventajoso para los no transgénicos tan solo para salvar a aquellos que no cumplieron la ley En la prespectiva de la Monsanto, la situación es diferente. En el mundo hay tres grandes exportadores de soja: EUA, Argentina y Brasil. Aunque la transnacional haya conseguido implantar sus simientes en los dos primeros paises, no consiguió aún imponerlas libremente a los paises consumidores, porque permanece la posibilidad de abastecimiento alternativo en Brasil. Asi pues, para la Monsanto, la liberación de los transgénicos en Brasil es esencial, ya que en caso contrario se pone en riesgo sus ventas de transgénicos incluso en la Argentina y en los EUA.
La segunda verdad es la perdida de la autonomía genética y tecnológica nacional sobre el complejo de la soja. La tecnología de producción y las variedades nacionales fueron el resultado de una descomunal inversión brasileña en investigaciones agrícolas en las últimas tres décadas, situación sin paralelo en los paises subdesarrollados. Ese esfuerzo dió como resultado un patrón de producción que hoy excede en productividad al de los EUA y que al mismo tiempo es menos costoso. Las variedades de soja creadas en instituciones públicas brasileñas garantizan una base genética diversificada y accesible a los agricultores; tienen mayor resistencia a nuevas plagas y enfermedades y mayor posibilidad de adaptación a las variadas condiciones ambientales de Brasil.
Podemos perder esa autonomía a favor de las empresas de biotecnología, como ya ocurrió en los EUA. En el Medio-Oeste americano, las expectativas de la siembra para el año del 2.002, mostraban una disminución en el área de la soja transgénica. Sin embargo esta disminución no ocurrió porque la Monsanto controla la industria de las simientes, obligando a los agricultores a plantar lo que no querían, es decir las simientes que la compañía decidió colocar en el mercado . ¿Es eso lo que queremos para Brasil? La liberación de los transgénicos es contraria a los intereses comerciales y sociales de Brasil: Desfavorece la agricultura familiar ­y también empresarial: coloca nuestra seguridad alimentaria en manos de terceros y debilita las instituciones nacionales de investigación, tanto públicas como privadas.
Señor Presidente, somos profesionales de las ciencias agrarias y biológicas y hemos colocado nuestros esfuerzos profesionales al servicio del desarrollo agrícola y social de Brasil. No podemos huir de nuestro deber de ciudadanos para comunicarle nuestra convicción de que la liberación para consumo interno de la cosecha transgénica gaucha abrirá las puertas para la liberación de los transgénicos en Brasil, lo que juzgamos del todo inoportuno. Por ello, pensamos que toda la soja transgénica debe de ser exportada, sin tener en cuenta las perdidas comerciales. El prejucio es pequeño si lo comparamos con los daños políticos, sociales, económicos y tecnológicos que se podrían causar a nuestro país.
Esperando su comprensión y adecuado encauzamiento, le agradecemos y suscribimos: (80 pesquisadores y 71 extensionistas y autónomos).
Nota de la traducción: La medida provisoria citada, permite la venta en Brasil, de la cosecha de soja transgénica producida en nuestro paíus, la cual estaba prohibida de cultivar conforme a la anterior legislación. Las presiones de las grandes productoras de soja transgénica en el estado de Rio Grande do Sul, están detrás de esta decisión que colocó al gobierno contra las cuerdas de una opinión pública contaria a esta medida. La Monsanto dispone de laboratorios de investigación de cultivos de soja transgénica en dicho estado.
Traducida para Resumen Latinoamericano por Luiz Zorraquino