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Latinoamérica

Asco y escalofríos

Luis Fuenmayor Toro.

Cuando uno se percata de la degeneración sufrida por los otrora revolucionarios de los sesenta se nos produce una sensación de asco y escalofríos. Asco ante la podredumbre ideológica de estos pobres seres, que en cierto momento captaron el apoyo de gente honesta y de luchadores sociales, e hicieron crecer y mantener las esperanzas en oprimidos y explotados sobre la posibilidad de construir un mejor porvenir en nuestra patria. Escalofríos ante la posibilidad de que hubieran llegado a gobernar. Que los valores y la moral de los revolucionarios lleguen a descomponerse hasta heder más que la putrefacción de las carnes es algo que veníamos sospechando desde las décadas pasadas, pero nunca como ahora habíamos alcanzado el pleno convencimiento que nos da la realidad actual. .
Hemos sido testigos de cómo alguna gente, defensora de la revolución cubana o de la sandinista o del gobierno de Allende, hoy no sólo no apoyan al gobierno de Chávez, sino que en su furor antigubernamental le hacen comparsa a los delincuentes y asesinos de ayer. Que hayan pasado de "revolucionarios", y ahora tengo que colocar el calificativo entre comillas, a seguidores de Ramos Allup, Canache, Ledezma y Dávila; de las cúpulas podridas de la CTV y Fedecámaras, de los restos de COPEI, de Cisneros y Granier, enemigos principales del pueblo en sus disquisiciones del pasado, es algo inaceptable para quien haya sido verdaderamente revolucionario. Verlos hoy apoyando al imperio del norte, al mismo que rabiosamente enfrentaban hace años, rebasa casi nuestras capacidad de comprensión de las mutaciones políticas. No nos queda entonces otra posibilidad de explicación que la compartida con ellos mismos en el pasado, cuando éramos sorprendidos por la presencia de un "revolucionario" en las filas de un cuerpo de seguridad del Estado: nunca fueron revolucionarios, afirmábamos, siempre estuvieron en esencia del lado en el que hoy están. .
Parecieron estar del lado revolucionario durante un tiempo porque las contradicciones en Venezuela no habían alcanzado la intensidad de hoy. Pero al éstas llegar a los grados de beligerancia actual, de enfrentamiento claro y permanente dentro y fuera de la nación, sus raíces ideológicas se hicieron sentir como lo hacen los genes patológicos en determinados momentos de la vida. Se expresaron plenamente y nos mostraron en toda su crudeza la descomposición política que venimos refiriendo y que nos dificulta trabajar por el cambio. Sólo así podemos comprender que el compañero Julio Campos de la Escuela Vargas haya expresado su protesta por mi presencia en una asamblea de la cual formo parte. ¿Qué hace Luis Fuenmayor aquí? inquirió. Le contesto: expresar mis opiniones en una asamblea donde tengo más derecho de estar que él y que muchos otros, que no le han dado a esa escuela lo que yo le he dado. Que MC se haya molestado no me importó. Desde hace mucho sé en qué lugar ella estuvo siempre: en el de hacer dinero mediante el ejercicio ilegal de la medicina y el engaño de pacientes con enfermedades neoplásicas terminales. Nunca creí en sus veleidades revolucionarias, producto más de insatisfacciones y complejos que de otra cosa. Quienes la conocen saben que tengo razón, aunque hoy la defiendan porque está con el fascismo antigubernamental como ellos..
Un caso extremo es el de Freddy Carquez, quien recientemente demostró su alto grado de descomposición en unas declaraciones de prensa. Hace muchos años, nos alertaron sobre este "trepador", cuya única virtud ha sido arrimarse a quienes tienen valor por sí mismos para aprovechar su trabajo y sus relaciones. Por nosotros llegó a ser conocido más allá del guerrillero fracasado que siempre ha sido. Lo llevamos como candidato a la Presidencia de la Federación Médica. Se lo presentamos a Caldera, quien lo llevó en sus planchas al Congreso. Esa pasantía bastó para colocarlo donde hoy se encuentra: al lado del imperio y de fascistas similares a quienes le hicieran huir de Chile. Apoyó el PLES del segundo gobierno de Caldera; el mismo que derrotamos todos los universitarios, lo que significa que no sabe nada sobre la materia. Su obra en el Congreso no se conoce, como no sea la de hacer relaciones para mantenerse en el poder. Tus apreciaciones, trepador, me tienen sin cuidado. Lo que has hecho es medrar de la universidad, de la política y de gente honesta engañada. Por eso tu soledad política. Como en los demás casos: asco es lo que produce tu profunda miseria. .