Mirna Jiménez
Argenpres
El sindicato de la Administración de Acueductos y Alcantarillados (ANDA), advirtió sobre ciertos pasos que se están dando dentro de la institución, que llevarían a concretar la privatización del servicio de agua potable.
Después de la venta de las telecomunicaciones y del servicio de energía eléctrica, las organizaciones sociales y gremios han venido advirtiendo que el plan del partido oficial es terminar de vender los pocos servicios públicos que quedan.

Humberto Rodríguez, Secretario General del Sindicato de Empresa Trabajadores de ANDA (SETA), dijo que algunas acciones que se han tomado están enmarcadas en el plan de la venta de la institución.

El dirigente explicó que desde el año pasado han estado pidiendo compra de llantas, combustibles, accesorios y diferentes materiales. Las autoridades afirmaron que se había comprado todo, pero finalmente no han adquirido nada de eso.

En la zona de Santa Ana no hay combustible, no hay materiales para trabajar, no hay nada y no quieren comprar. La región occidental no cuenta con estos recursos, manifestaron.

'Nos dimos cuenta que se está tratando la venta de algunos inmuebles, eso quiere decir que la privatización va en marcha, a paso lento pero seguro, mientras el pueblo salvadoreño no se da cuenta', sostuvo.

Ante la falta de agua en extensas áreas los sindicalistas preguntaron. Bueno, ¿pero por qué no suspenden el servicio en Santa Elena, San Benito o Escalón, sino solamente en las partes donde vive la gente pobre? Los sindicalistas consideran que se debería ser claro con la gente y decirles el plan que el gobierno tiene, que no solamente es de modernización sino de encarecer el servicio.

Agregó que muchos pueden vivir sin teléfono, incluso sin luz, pero sin agua ningún ser viviente puede hacerlo, de ahí la necesidad que la gente se una con los sindicatos para afrontar la situación.

El gremio de trabajadores denunció que a los empleados de ANDA se les ha propuesto que se cambien a contrato, porque si no lo hacen de todas maneras serán despedidos.

SETA amenazó con parar de trabajar si el gobierno no escucha las demandas planteadas.