VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

Gobierno alterno


Un nuevo gobierno clandestino Convocamos a fortalecer el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia y a construir el Nuevo Gobierno que defienda la Soberanía Nacional, legisle buscando el bienestar de las mayorías y reconcilie la familia colombiana teniendo como soporte la justicia social porque el destino de nuestra patria no puede ser la guerra civil a que nos lleva el Régimen de Uribe Vélez.
No sólo es necesario, sino posible y viable

Por FARC-EP
www.farcep.org


A
vanza en el sentir popular y toma cuerpo en la realidad nacional la propuesta de un gobierno alterno pluralista, patriótico y democrático, que permita la reconstrucción del país y la reconciliación de la familia colombiana. Necesitamos conformar la nueva Colombia, con garantías plenas para las mayorías, paz con justicia social y cumplimiento de los derechos fundamentales para todos y todas. Además de cerrar el camino militarista a la dictadura fascista de Uribe que nos lleva a la guerra civil.

El nivel que alcanza la crisis en todos los aspectos, la imposibilidad del establecimiento ó clase dominante para resolverla, la exigencia y lucha popular por soluciones reales no sólo hace necesaria sino posible y viable la conformación del nuevo gobierno.

Las fuerzas vivas de la nación se mueven para reunir los candidatos a integrar este poder, realmente popular, decididamente antineoliberal, es necesario representar en él y desde la óptica y los intereses del pueblo, el prisma nacional en lo racial, lo económico, lo social, lo político, lo cultural y lo geográfico.
Claro, los únicos excluidos son los enemigos de la patria, los que desde siempre han robado y explotado la riqueza y el trabajo nacional, los continuadores de la traición Santanderista a la obra del Libertador Simón Bolívar, los que han usurpado el poder para su beneficio y se arrodillan a los intereses y al mandato imperial, los responsables de la violencia y la miseria que soportamos.

El proyecto fascista que funge como gobierno colombiano hace agua desde el mismo momento de su viciada elección, por sus compromisos con los gringos, carentes de dolor y sentido patrio, por su procedencia y responsabilidad paramilitar y narcotraficante, porque navega en la ilegitimidad, la corrupción a todos los niveles, la impunidad, el unanimismo del prepotente poder y la ilegalidad, incluso en el marco de sus propias leyes.

El Gobierno de Álvaro Uribe Vélez, su gabinete ministerial, su asustadizo y maleable Congreso y sus aparatos de justicia de bolsillo, desconocen nuestro país y su problemática. Dicho gobierno ha sido incapaz de ejercer sin la conmoción interior, pretende imponer permanentemente una legislación fascista y expoliadora, desconoce la situación de las mayorías nacionales y cree solucionar a través de mentirosas campañas propagandísticas los problemas del país.

Es la misma línea de acción que le permite comprometer la soberanía patria en onerosos acuerdos con el Fondo Monetario Internacional FMI y las transnacionales, todo por seguir arrodilladamente los designios gringos para profundizar el saqueo nacional con el neoliberalismo, que incluso se atreve a poner en entredicho la soberanía de los vecinos y los agrede al clamar por la intervención militar en el Pacifico y el Caribe.
En su megalomanía guerrerista, con visos esquizofrénicos y después de la catarata de medidas económicas y militares profundamente antipopulares, descritas en otros artículos, como principiante de mago aparece con un programa social para los medios de propaganda, que en nada consulta los problemas del pueblo, ni siquiera a nivel de paliativo. Muchos de estos anuncios son simple repetición de promesas incumplidas de gobiernos anteriores.

Sigue con su compromiso de legalizar el paramilitarismo y para disimular su proyecto de guerra, insiste en las "discretas" gestiones de la Organización de Naciones Unidas, ONU en temas sensibles como los diálogos de paz y el canje de prisioneros de guerra.

Son decenas de servidores públicos que están en calidad de prisioneros de guerra, abandonados a su suerte por su patrón que mantiene su obstinada y doble política de hablar de la situación y en la práctica no hacer nada para llegar a soluciones. La última distracción es la Comisión de Exploración sobre el tema, integrada por Angelino Garzón, ex-ministro de Trabajo, Monseñor Luis Augusto Castro y el sacerdote Darío Echeverri.

Exploración de qué y para qué? Cuando ni siquiera han hecho referencia y menos contestado la propuesta de canje hecha por las FARC-EP. Cuando se han limitado a engañar descaradamente a los familiares de los prisioneros de guerra y a la opinión pública nacional e internacional inventando contactos e intercambios de opiniones que sólo han existido en sus mentes. Cuando se sigue anteponiendo al interés nacional la presencia de la ONU, como paso inicial de la invasión.

Por eso, mantenemos nuestras propuestas de canje y paz dialogada, eso sí, seguros que la solución es el Nuevo gobierno de reconciliación y reconstrucción nacional, no sólo es necesario, sino posible y viable.