El líder de los Sin Tierra exige a Lula cambios sociales en dos o tres meses
Joao Pedro Stédile
Sostiene que el presidente brasileño debe demostrar que las urgencias de la gente son las mismas que las que tiene el Gobierno RIO DE JANEIRO.- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, tiene «dos o tres meses» antes de que la paciencia de la población empiece a agotarse y presione para conseguir los cambios que se esperaban de su Gobierno. Así lo dijo ayer en una entrevista uno de los líderes del Movimiento de Campesinos sin Tierra (MST), Joao Pedro Stédile.
«El tiempo está corriendo contra el Gobierno. Tiene solamente dos o tres meses más. Hasta ahora, todo el mundo dice: bien, Lula tiene que poner la casa en orden. Tres o cuatro meses uno se acomoda, pero seis meses es tiempo suficiente para que el Gobierno muestre por dónde irá», declaró Stédile al diario Jornal do Brasil».
El dirigente campesino (un economista con doctorado en la Universidad de México) señaló que «el Gobierno tiene una táctica de usar los tiempos. La gran incógnita es si el tiempo del Palacio de Gobierno es el mismo que el de las calles». «La gente está en la expectativa, esperando. No existe más entusiasmo como había en los primeros días de enero. El pueblo votó por el cambio, pero la elite brasileña no quiere perder las riendas de la economía», agregó.
El líder del MST definió que la coexistencia de izquierdistas y conservadores en el Gobierno de Lula es «un castillo de naipes», y estimó que su supervivencia «depende mucho más de la coyuntura internacional que de su voluntad o capacidad administrativa».Stédile acotó que la sociedad brasileña está comenzando a movilizarse, «presionando al Gobierno para que por lo menos dé señales de que habrá cambios».
Finalmente, al analizar la correlación de fuerzas en la composición del Gobierno, Stédile incluyó al ministro de Economía, Antonio Palocci, entre los representantes de «las elites cariocas que no quieren cambiar el modelo económico». Por otra parte, el jefe de Gabinete, José Dirceu, sostuvo ayer que Lula ha conseguido en sus primeros 100 días de Gobierno cumplir la prioridad absoluta de su gestión, que era sacar al país de la crisis y reconquistar la credibilidad.
«La prioridad cero era sacar al país de la crisis del riesgo país a 2.500 puntos, del dólar a 4 reales, de los créditos cortados y la inflación proyectada de casi un 30%.
El país estaba en una situación de default (cese de pagos), y fue el FMI quien garantizó la continuidad económica», señaló Dirceu a O Globo. Para el dirigente, colaborador estrecho de Lula, el nuevo Ejecutivo logró en estos 100 primeros días, que se cumplen el 10 de abril, «reconquistar la estabilidad, y la opinión pública reconoce eso». Dirceu desestimó la versión de que Lula se dedicó demasiado a la política monetaria y que descuidó el área social, en la que estaban centradas grandes expectativas.