4 de marzo del 2003
Entrevista a Thierry Deronne
Teletambores: una televisora comunitaria
Justicia y Paz, Bruselas, Bélgica, marzo 2003.
Traducción del francés: Gil B. Lahout
- ¿Cómo te presentarías en pocas palabras? ¿Un periodista? ¿Un belga? ¿Hace cuánto vives en Venezuela, trabajando en una televisora comunitaria llamada Teletambores?
Soy belga y vivo en Venezuela desde el año 1994. Cuando los sandinistas fueron derrocados en Nicaragua y los programas sociales fueron suprimidos por el nuevo gobierno, los amigos venezolanos que había conocido allá regresaron a su país.
Con ellos retomé la experiencia popular nicaragüense y creamos una escuela popular de cine, que luego se transformó, hace dos años, en televisora comunitaria cuando el presidente Chávez autorizó la existencia legal de medios comunitarios, rompiendo así con años de represión por parte de los anteriores gobiernos "democráticos".
- Hablando de Teletambores, ¿de dónde viene ese nombre?
"Teletambores" viene de tambores. El tambor es el instrumento musical venezolano que llama, reúne, saca a la gente a la calle, contra un tipo de televisión que mantiene al ciudadano encerrado en su casa para manipularlo mejor; contra una televisión digna del apartheid, que ocupa el 95% de las frecuencias y hace y deshace la imagen del país... incluso ante los medios internacionales occidentales.
La mayoría social, que los medios vuelven invisible y desprecian, hoy está emergiendo a través del proceso bolivariano, lo que recuerda el proceso de democratización de Suráfrica. En Venezuela, el tambor llamaba a los esclavos negros a huir de las plantaciones hacia comunidades libres donde reinventaban la libertad. En este sentido, nuestra televisora pretende ser un medio para "romper las cadenas" que hoy en día, como todos saben, están en las mentes.
- ¿Qué objetivos persigue Teletambores? ¿Cómo funciona? ¿De qué temas trata y cuál es su público?
El objetivo es transformar la realidad. Hacer televisión como un medio, no como un fin. Como medio de organización social, cultural y política, hacemos de la televisión una herramienta de transformación en manos de la mayoría social, ya no en función de una elite propietaria de los medios masivos, sino partiendo de los intereses profundos y colectivos de la población. Por cierto, esta era la misión de los medios comunitarios en Bélgica, pero que fue enterrada debajo del conformismo precomercial. El reglamento legal que nosotros, como medios comunitarios, hemos negociado con las autoridades del gobierno de Chávez prevé que la comunidad produzca al menos 70% de los programas. No hay una redacción que imponga una línea editorial, sino que cada grupo se va instruyendo sobre los lenguajes de la imagen y del sonido, para expresarse en forma autónoma.
Se trata de una amplia escuela política, en el sentido en que sedimenta la participación ciudadana como reflexión crítica, toma de palabra y toma de decisión. Es precisamente lo que expresan los temas que abordamos: legalización de los terrenos en los barrios, derechos de la mujer, cultura popular, derechos laborales, inspección de las obras públicas por la comunidad, etc. Todo ello lo ve el barrio entero, la mayoría de cuyos habitantes son trabajadores informales, un total de unos 500 mil televidentes.
- Para ti, ¿qué papel desempeñan los medios tradicionales (privados, públicos, prensa internacional) en el conflicto?
El mismo papel que desempeñan los medios tradicionales ante los movimientos de transformación social y políticos que se dan fuera de la órbita occidental, a saber: evitar dar informaciones sobre lo esencial, sobre las realizaciones de los ciudadanos y sus opiniones; reducir el país a una sola figura (Chávez aquí, Arafat en Palestina, etc.) y la transformación de una sociedad a una "crisis política" ("Venezuela fracturada" o "Amenazas de guerra civil", y bla-bla-bla).
De esta manera, los televidentes o los radioescuchas no pueden identificarse con ciudadanos de otras latitudes que están transformando su propia realidad, sino que sólo les queda escoger entre los "buenos" o los "malos", como en la Edad Media.
Ocultar la existencia de los movimientos sociales es la principal función de esos medios de comunicación. Claro, existe una manipulación primaria, como lo vimos tras el golpe de Estado de abril de 2002, cuando incluso la televisora pública de Bélgica (RTBF) anunciaba una "transición democrática" mientras que los golpistas al servicio de la elite perseguían y asesinaban a militantes políticos o a miembros de los medios comunitarios... Cabe recordar que, entre golpes de Estado y lock-outs, esta "elite democrática" ha prometido a los europeos que, de regresar al poder, bajarían los precios del petróleo...
- ¿Cómo el público puede arreglárselas en semejante confusión? ¿Cómo puede informarse y entender lo que está en juego?
Bueno, elaborando la información él mismo. Chomsky recomienda crear "grupos de autodefensa intelectual", es decir, reunirse entre varios para volver a leer la información dominante, forjarse así una opinión propia a partir del sentido común y entender lo que se nos oculta. ¡No miren televisión, hagan televisión! En Venezuela, una gran sorpresa ha sido que, pese al Gran Hermano de la televisión comercial, los ciudadanos ya no se dejan confundir y siguen apoyando la transformación social. La razón es sociológica, es decir, el 80% de pobres que viven, trabajan, se reúnen, hablan en la calle, en los autobuses, en los barrios, y que nunca están solos. Quienes se dejan manipular por los medios son el 10 ó 15% de las clases media y privilegiada, aisladas en el este de Caracas, en residencias ultraprotegidas, y cuya relación con el mundo precisamente pasa por la televisión...
Y como los medios comerciales todos los días difunden el llamado a liquidar a Chávez, tildándolo de "mono" y "loco", estas personas se convierten en asesinos potenciales. Es más: una de sus pancartas decía: "Chávez, haz como Allende:
¡pégate un tiro en la cabeza!".
De ahí la paradoja, que si bien no le gusta a los occidentales cultos, sí es una realidad: en Europa, la existencia de una clase media mayoritaria y el aislamiento, en corolario, de los individuos implican una mayor dependencia con relación a los medios y una mayor manipulación que en los países pobres. Sin embargo, al crear vínculos informativos directos, a través de Internet o con visitas directamente en el terreno, cada vez más ciudadanos están demostrando ser conscientes de la manipulación y quieren, en nombre de sus propios intereses, buscar otras fuentes.
- En medio de este "concierto mediático", ¿qué papel tienen los medios alternativos y, más particularmente, Teletambores?
Preguntémonos: ¿qué es la información? Si se considera la nación como una célula en el sentido biológico, entonces entendemos mejor lo que es la información.
Es lo que, al nutrir a la nación, la ayudará a fortalecerse, a desarrollarse, a defenderse del caos globalizado. Y es que la información dominante ya no refleja sino el punto de vista de una minoría que toma las decisiones y es dueña de las transnacionales, fuera del control ciudadano. Por ello, se trata de una información POBRE por naturaleza, demasiado parcial, demasiado repetitiva. En cambio, la "célula" tiene una necesidad vital por informaciones procedentes de fuentes múltiples, contradictorias, por una información RICA que le permita entender el mundo y actuar en él, y sentirse menos sola cuando lo hace. Por esta razón es que la información, en el sentido moderno del término, es indisociable de la democracia participativa. Ya es hora de revisar los programas curriculares de las escuelas de periodismo.
- ¿Podrías darnos un ejemplo de acción realizada por Teletambores en este sentido?
En los reportajes de Teletambores, quienes toman la palabra son personas o grupos que discrepan sobre tal o cual problema. Y gracias a esta contradicción es cómo los televidentes pueden forjarse una opinión. Los medios comerciales sólo difunden una opinión y sus "debates" dirigidos, a los que acuden individuos que siempre están de acuerdo entre ellos, recuerdan la propaganda de los años treinta.
- Entonces, ¿no será una manera de difundir la voz de los pobres, cuando los grandes periódicos a menudo mencionan sondeos que, como sabemos, no siempre son representativos de la población?
En Venezuela los institutos de sondeo están vinculados a los mismos grupos económicos que fomentaron el golpe de Estado para aniquilar el actual proceso de cambio.
Así fabricaron la imagen de un Chávez dictador, impopular, etc. Y los medios occidentales se apresuran en hacerse eco de los mismos sondeos. Incluso Demain le Monde, la revista del CNCD, lo ha hecho recientemente, sin saber que un director de uno de estos institutos de sondeo había evocado la posibilidad de... matar a Chávez (véase un análisis detallado en