25 de marzo del 2003
Uruguay: El presidente Batlle sabía que el Banco Comercial tenía patrimonio negativo
Directo al precipicio con los ojos abiertos
Samuel Blixen
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"Pinocho" Batlle: Mentiras contumaces .
Adherida en el consciente popular como un chicle en el zapato, esa imagen de un presidente medio lelo, cuya incontinencia verbal recalienta marcapasos y provoca taquicardias en sus estados mayores, enfermo de soberbia e insensibilidad, no es totalmente justa..
A Jorge Batlle hay que adjudicarle en la cuenta de sus decisiones lúcidas, de sus determinaciones firmes, la voluntad de mentir descaradamente para encubrir actos de gobierno que de otra forma se le harían imposibles de justificar..
Dejamos de lado la sarta de promesas electorales que fueron desmentidas por la realidad. La manera cómo el presidente Batlle armó el tinglado a su regreso de Estados Unidos, a comienzos de febrero de 2002, afirmando que el asunto del Banco Comercial estaba "totalmente arreglado" (véase la nota central), sugiriendo una solución cuando el "arreglo", en todo caso personal, fue la derivación de una claudicación total, de un fracaso, inaugura una serie de mentiras donde, invariablemente, sostiene lo contrario de lo que es..
A fines de febrero de ese año, una vez que su delegado, el ministro Alberto Bensión, concluyó la infamia que después iba a determinar toda la política de "salvataje del sistema financiero", firmando un acuerdo secreto con los "socios externos" del Banco Comercial, el presidente Batlle presentó aquel convenio como una "capitalización" de sus amigos banqueros, cuando él sabía, porque así lo había admitido en su rendición incondicional de tres semanas antes, que el único que pondría dinero sería el Estado uruguayo. Para convalidar la mentira firmó un decreto que autorizaba a gastar 33 millones de dólares en el Comercial, atribuyendo el gasto al rubro "imprevistos", cuando en realidad sabía, desde comienzos de febrero, que lo único previsible en ese asunto era gastar el dinero de los uruguayos, porque ni los suizos del Crédit, ni los alemanes del Dresdner, ni los estadounidenses del J P Morgan iban a poner un solo dólar a menos que fuera en calidad de préstamo, y a intereses de usura..
(El anuncio fue formulado por las fechas en que el presidente descargaba sobre los uruguayos un nuevo ajuste fiscal, que el senador Reinaldo Gargano atribuyó al "delirio", la "improvisación" y la "incompetencia" del inquilino del Edificio Libertad. Refiriendo a la venta de las reservas de oro, Gargano calificó a Batlle de "Midas al revés", lo que en una versión libre significa que todo el oro que toca lo convierte en plomo; pero habrá de aceptar, el senador, el desacuerdo de quienes creen que, al menos en la cuestión bancaria, Batlle es un verdadero Midas que todo lo que toca lo convierte en oro para sus amigos de afuera.) .
Una verdadera usura fue el préstamo de 40 millones que el Crédit Suisse (supuestamente dueño de una cuarta parte del Banco Comercial) otorgó a la Corporación para el Desarrollo a los efectos de capitalizar al banco, a una tasa anual del 15 por ciento. El domingo 12 de mayo, Día de la Madre en que se le ocurrió verter televisivamente unos lagrimones que costaron una corrida de depositantes al día siguiente, Batlle ocultó la ignominia de ese préstamo afirmando que se trataba de una "capitalización"; de paso, olvidó comentar -pero eso no es una mentira, es una omisión felona- que el Banco Comercial acababa de vender a su accionista, el Crédit Suisse, bonos argentinos por 226 millones de dólares, al precio de mercado de 54 millones de dólares, pero con la condición de recomprarlos en el año 2005, a su precio nominal, con una pérdida de apenas 172 millones de dólares. ¿Qué cosa desconocida operaba entonces, y sigue operando aún, para que el Crédit Suisse reciba tantas consideraciones? El único elemento detectable, pero seguramente aleatorio, es que el mandamás del Crédit, el estadounidense David Mulford, es un amigo personal del presidente de los uruguayos..
Todavía el presidente incurriría en otras desverdades, como la firma de varios decretos con fecha anterior, para justificar las "órdenes verbales" de su ministro Bensión, por las cuales fueron transferidos 100 millones de dólares a los bancos en dificultades mediante depósitos en cuentas de la Corporación para el Desarrollo, dineros arramblados de la Tesorería General de la Nación. Los decretos fueron elaborados en junio, cuando se conoció la barbaridad verbal, pero sus fechas remiten a varios días de abril..
No hay que perder las esperanzas de hallar otras mentiras encubiertas, a medida que se siga desentrañando la historia secreta del vaciamiento del país para cubrir el vaciamiento de los bancos. Hay mentiras secundarias, atribuidas a lugartenientes que en realidad son responsabilidad presidencial, porque el presidente Batlle comandó permanentemente toda la operación de "salvataje bancario", tal como lo explicitó cuando todavía se creía un Nelson en lugar de un Brancaleone..