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Latinoamérica

14 de marzo del 2003

Derrota del PAN en el estado de México
Credibilidad

Octavio Rodríguez Araujo
La Jornada

¿A qué atribuyes la derrota del PAN en el estado de México? Así se preguntaba en la encuesta de T1msn (en Internet) del martes pasado. Las respuestas fueron las siguientes al momento de escribir estas líneas: 51 por ciento por "desencanto con el gobierno foxista", 25 por ciento por "pérdida de fe en el PAN, 24 por ciento por "malos candidatos locales"..
Es probable que los resultados expuestos reflejen ciertamente una actitud de los electores mexiquenses en relación con el gobierno de Fox. Pero esto no nos explica la alta abstención en las elecciones del domingo pasado: 62 por ciento con el conteo de 90.2 por ciento de las casillas electorales. Lo que nos dicen los datos proporcionados es que, por una parte, el PAN bajó su votación a favor porque existe desencanto en el gobierno federal actual, que es panista, y por otra, que alrededor de 5 millones de ciudadanos de esa entidad federativa no confían en los partidos, en los diputados, ni en los presidentes municipales, que eran los cargos a elección..
Aunque se ha dicho hasta el cansancio, conviene reiterar que una de las principales razones por las que los ciudadanos no creen en los partidos y en sus candidatos es porque no cumplen lo que ofrecen, cuando ofrecen algo, y se olvidan de los problemas concretos de la población. Esto es particularmente cierto en el ámbito municipal, donde existe, en teoría, mayor acercamiento entre la ciudadanía y sus representantes que en esferas más amplias. La gente común en cada municipio y en todo México aspira a mejorar sus condiciones de vida, al menos en lo que compete a los servicios municipales. Si las empresas, por múltiples explicaciones, expulsan trabajadores y los dejan a merced de la caridad pública o de la inestable economía informal, lo menos que se espera es que las calles tengan pavimento, que haya iluminación pública, que la basura no esté regada en las banquetas, que el agua llegue todos los días a todos los hogares, que no asalten a cualquier hora del día, que la gente pueda moverse de un lugar a otro sin tener que privarse de alimento por el alto costo del transporte, etcétera. No es muy difícil de entender esto. Pero no se hace. No hay municipio modelo en México. Todos son iguales. Nada escapa al mal servicio en tanto que el desempleo aumenta, el peso se devalúa, el país se deteriora y los grandes capitales, nacionales y extranjeros, multiplican sus ganancias exponencialmente..
Leo en la columna de Enrique Galván que ya se suspendió la colecta de morralla en los supermercados; y que se debió a que la gente se inconformaba no sólo porque a veces no era consultada, sino porque no cree que Vamos México, que dirige la señora Sahagún de Fox, sirva para algo. Aparentemente esto no tiene relación alguna con la credibilidad en las elecciones del estado de México. Pero sí la tiene. El gobierno, y lo que tenga que ver con él, aunque sea por matrimonio, provoca desconfianza, y más cuando todavía no se sabe qué es lo que el presidente Fox va a hacer para mejorar la calidad de vida de los mexicanos, no sólo la de los empresarios, que gracias a su prosperidad han colocado al país entre las 10 o 15 principales economías del mundo y entre los últimos lugares en educación, salud pública y demás indicadores de "desarrollo humano"..
Esta es la otra parte de la abstención electoral y de la pérdida de votos en favor del PAN. Ni siquiera en temas tan importantes como la agresión de Estados Unidos a Irak, Fox ha tenido una posición definida. Si el Presidente y sus asesores conocieran algo de historia, sabrían que cuando un gobernante pierde popularidad y simpatías, inventa un enemigo externo que promueva la unidad nacional en torno de la única persona que puede hacerlo: el representante de la nación. En este caso ni siquiera se tiene que inventar el enemigo externo. Ahí está, visible para todo el mundo y no sólo para Saddam Hussein: se llama George W. Bush y es el gobernante de Estados Unidos que, como han dicho sus voceros muchas veces, no tiene amigos, sólo intereses. ¿No es suficiente enemigo externo, y real, sin problemas de interpretaciones, quien amenaza a quienes no se alinean con su política guerrerista contra un país cuyo único pecado es tener una gran cantidad de petróleo? .
Si el PAN y Fox quisieran levantar su votación en las próximas elecciones federales, de las cuales ya fueron un anticipo las del estado de México, lo menos que pueden hacer es levantar en alto la bandera de la soberanía y la autodeterminación, y votar no en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Mejor sería, obviamente, que además de su negativa a la agresión imperialista, hicieran algo por los mexicanos, me refiero a quienes son la mayoría.