¿Quién invitó a la OEA?
RAFAEL PUENTE CALVO
¿Y qué pasó con los mediadores y facilitadores a los que el Gobierno siempre acude cuando las papas queman? ¿Ya no sirven ahora la Defensora del Pueblo, la Asamblea de Derechos Humanos ni la Iglesia Católica? Hace tres semanas el país se ensangrentó con tres docenas de muertos y casi dos centenares de heridos, y hasta ahora nadie tuvo la culpa. Los fiscales se tiran unos a otros la piedra caliente, los parlamentarios convierten la correspondiente interpelación en una comisión investigadora, los ministros ponen cara de yo no fui, y en lo único en que todos cobardemente coinciden es en hostigar a los muchachos del colegio Ayacucho, lo que además constituye una inaudita confusión de causa y efecto.
Y ahora de pronto el Gobierno nos ofrece la solución: Viene a investigar los hechos una comisión de la Organización de Estados Americanos (OEA), ahora sí se va a saber la purita verdad, porque "si no confiamos en ellos en quién vamos a confiar" dice el ratificado (léase contumaz) ministro Teodovich.
¿De verdad que es la última esperanza? ¿Recuerdan ustedes cuál fue la primera resolución trascendente de la OEA, allá en 1962? Fue la de expulsar a Cuba. ¿Por qué? Por real orden del Departamento de Estado de los EE.UU.
¿Recuerdan quién avaló formalmente la invasión norteamericana a la caribeña isla de Granada? Desde su fundación la OEA fue el pretexto institucional que utilizaba Estados Unidos cuando todavía tenía interés en conservar su imagen. Por eso la OEA no movió un dedo para defender a la Nicaragua sandinista de la guerra sucia norteamericana, por eso tampoco movió un dedo para obligar al TIAR (el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) a que prestara ayuda a la Argentina frente a la invasión británica de las Malvinas. Etcétera.
La OEA no es otra cosa que el Ministerio de Colonias de los Estados Unidos.
¿Se podrá esperar que sea imparcial en la investigación de un conflicto que involucra a uno de sus gobiernos fieles y sumisos? Peor aún cuando la misma OEA ya se pronunció en respaldo del presidente Sánchez de Lozada ante los "intentos desestabilizadores" del pasado mes.
¿Y qué pasó con los mediadores y facilitadores a los que el Gobierno siempre acude cuando las papas queman? ¿Ya no sirven ahora la Defensora del Pueblo, la Asamblea de Derechos Humanos ni la Iglesia Católica? ¿Ya no es de fiar su capacidad de investigación porque parece que tienen demasiadas pruebas filmadas y testificales? ¿O es que en realidad no se quiere investigar nada? Sólo en este caso se explica la invitación a una instancia tan poco solvente como la OEA. ¿O alguien quiere apostar que el informe final de la OEA no será una mezcla de ditirambos en honor de la democracia y lamentaciones por la infiltración de elementos indeseables y desestabilizadores, por supuesto sin inculpación directa a ningún uniformado? Venga la apuesta Los Tiempos 7.03.03