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Latinoamérica

Carlos Alberto Redruello dice que demostrará la verdad
si en Argentina se hace un programa de TV en vivo
"Yo sé quiénes son los verdaderos homicidas de José Luis Cabezas"

Roger Rodríguez / La Replubica / Rodelu

En Montevideo, Redruello sostiene que el caso Cabezas fue un fraude.

Un ex informante de la policía argentina, que estuvo dos años y ocho meses preso y fue absuelto en el caso del fotógrafo José Luis Cabezas en 1997, afirma que los ocho condenados a cadena perpetua por ese asesinato son inocentes, que el asesinato lo cometió la policía provincial bonaerense, que los jueces fueron engañados, que se "plantaron" pruebas falsas, que el empresario Alfredo Yabrán está vivo y que todo eso lo saben el ex presidente Carlos Menem y el actual mandatario argentino, Eduardo Duhalde.

Sentado en la sala de conferencia del último piso de un hotel de Montevideo, Carlos Alberto Redruello prepara la escena. Hace traer agua, prende el aire acondicionado, crea el ambiente y posa para las fotos en el balcón... "Sacame ésta firmando un organigrama que hice para que lo puedan reproducir", ordena al fotógrafo.
Dieciocho horas antes en la redacción de LA REPUBLICA había adelantado que quería revelar la verdad sobre la muerte del fotógrafo argentino José Luis Cabezas, que tenía pruebas de que los condenados a cadena perpetua por su asesinato eran inocentes y que detrás de todo había una trama política.
El de Redruello era un apellido que ocupó titulares de prensa seis años atrás cuando se inició la investigación del homicidio del fotógrafo de Noticias en el verano de 1997. Primero testigo estrella, luego inculpado, posteriormente procesado y finalmente absuelto.
Habla de aquellos episodios con detalles que sólo pueden seguirle quienes participaron de los hechos o tienen un pleno conocimiento del proceso judicial, por lo cual repasar la síntesis adjunta del caso Cabezas puede ayudar al lector a ubicar datos y protagonistas antes de internarse en la entrevista. Redruello desafía a los medios de comunicación argentinos a hacer un programa de televisión en el que demuestre sus denuncias.
Viajó a Uruguay buscando una caja de resonancias que tenga repercusiones en la vecina orilla, aunque piensa que los medios tratarán de silenciarlo, porque para ellos el caso Cabezas está cerrado.
"El caso Cabezas fue un fraude y los jueces fueron engañados"
--¿Cómo se presentaría ante los lectores uruguayos?
--Para que me identifiquen, soy una persona que tuvo la desgracia y la mala idea de creer en determinados sistemas, por llamarlos así, en mi país, allá por el año 1997, antes y después.
--¿Puntualmente?
--Para ser puntual, yo soy una persona que estuvo involucrada, en un principio como informante policial y después como imputado falso, en el mal llamado caso Cabeza, porque en realidad fue un asesinato lo que ocurrió con este muchacho en la madrugada del 25 de enero de 1997 en la ciudad de Pinamar.
--Desde entonces, usted no ha aparecido públicamente en entrevistas de prensa. Lo hace ahora. ¿Qué es lo que quiere denunciar?
--No sé si es denunciar... Lo que quiero es que esto no se guarde, que no quede en el olvido, que no quede impune como tantos otros crímenes aberrantes en mi país. Lamentablemente tuve que cruzar las fronteras, y digo lamentablemente porque me he cansado de golpear puertas...
--¿Puede ser más preciso?
--Para ser más preciso, le digo: hay una sentencia condenatoria sobre determinadas personas supuestamente involucradas en el crimen de José Luis Cabezas y, desde hace dos meses, otra sentencia, en el denominado caso Cabezas II, contra Alberto "La Liebre" Gómez, ex comisario de Pinamar. Todos ellos condenados a cadena perpetua. Y yo estoy convencido, por haber sido parte de la investigación en el primer tramo, y por lo que sé: como me usó la Jefatura Policial de Buenos Aires, que entonces gobernaba el doctor Eduardo Duhalde, hoy presidente de la Nación de mi país, asignado no elegido. Uno ha estado en el tema y el conocedor no tiene que callarse la boca... No sé si voy a lograr revertir la situación, porque los intereses me sobrepasan y no tengo fuerza política, aunque tampoco la busco. No soy dueño de la verdad. No soy justiciero. Lo que sé, lo sé por haber sido parte del tema...
--¿Qué es lo que sabe y de lo que está convencido?
--En principio, que es todo una mentira. Que todas las concesiones que se han hecho han sido en base a intereses espurios y no de la verdad. Lo que le estoy diciendo es que la investigación por el caso Cabezas fue un fraude, que los jueces que actuaron en la causa, llámense José Luis Macchi como juez instructor o llámense doctor Dupuy, doctora Yaltone o doctor Begué, de la excelentísima Cámara, fueron vilmente engañados. Y no fueron engañados por los periodistas, porque si bien es cierto que los periodistas han errado en su buena fe y han escrito cosas que no son, no tienen la culpa. Tenemos que ser conceptualmente concretos...
Cuatro meses antes sabían que iban a "sacar del medio"al "chabón de Noticias"
--Para ser concretos, entonces, vayamos al principio. ¿Cuándo y cómo se vincula usted como informante de la policía bonaerense?
--Fue hace tantos años...
--¿Desde cuándo? ¿Ya estaba en el período militar?
--Un poquito más adelante.
--¿Con el gobierno de Alfonsín?
--Sí...
--¿...?
--Yo me dedicaba a la compra y venta de automóviles y, bueno, circunstancialmente me gustó la mano: era gananciosa, sin ninguna clase de problemas y aparte se cumplían dos roles... Me gustó la trayectoria, la manera de trabajar de determinados jefes policiales, que eran otros no los de ahora. Bueno, uno va equivocándose, porque se interna en un camino donde encuentra cosas buenas y cosas malas. Ahí aprende...
--¿La función de "informante" qué implicaba?
--Eran tareas específicamente asignadas sobre determinados personajes, sobre determinados empresarios, por llamarlos así, o determinadas personas que están investigadas por delitos gravísimos. Por eso se llama la División de Narcocriminalidad y Causas Complejas.
--Es decir que a usted le marcaban una persona, usted la seguía, la indagaba, buscaba datos sobre ella y luego informaba a sus superiores...
--...o nos hacían infiltrar en el entorno de la persona o de la empresa acerca de la cual ellos querían saber.
--Antes de que surgiera el caso Cabezas, ¿usted tuvo otros problemas...?
--¿A qué se refiere con problemas?
--¿Usted fue procesado por otros delitos?
--Sí, sí, pero yo le voy a dejar clarito cómo es el tema... Acá no importa quién es Redruello, acá lo que importa es que a José Luis Cabezas lo asesinaron y los autores materiales del hecho no están detenidos.
--¿Los que están condenados a perpetua no son culpables?
--No, no son. Son figuritas pagadas.
--Vamos despacio, ya llegaremos a eso... Usted era una persona que tenía negocios y pudo tener problemas judiciales como cualquier otra...
--Es más, no le debo absolutamente nada a nadie. He cumplido con la ley en mi país como corresponde. Yo no pago ni arreglo con los jueces para lograr mi libertad. Jamás arreglé nada, pagué como corresponde.
--En 1997, entonces, usted ya había cumplido esa condena, estaba libre y actuaba como informante policial. ¿Cómo se involucra en el caso Cabezas?
--Yo soy citado por la Jefatura policial, a cargo por aquel entonces, en los años 1996 y 1997, del comisario general Adolfo Viteli, que era el jefe de Policía de la provincia de Buenos Aires, y del comisario general Domingo Lugo.
--¿Para qué tareas?
--Para tareas asignadas. Fue entonces cuando me conversaron por el informe que nosotros habíamos pasado cuatro meses antes de que mataran a José Luis Cabezas.
--¿Cómo era ese informe?
--El informe consistía en que había una operación desde Bahía Blanca hacia Mar del Plata por un corredor de narcotráfico. Durante esa investigación, en la que yo participaba como informante, surge el dato, irrelevante para mí hasta ese entonces, de que había que sacar del medio al chabón de la revista Noticias. Como resultado de ese informe, la Jefatura entendió que ese dato era alertador y que había que seguir esa línea de investigación, por lo cual se me pide que preste testimonio en principio y, segundo, que participe como agente encubierto con la instrucción policial y el personal a asignar. Así se me deriva al por entonces comisario mayor Víctor Fogeman.
Pepita la Pistolera, los Pepitos y el arma que mató a Cabezas
--Usted se encontraba infiltrado en una investigación sobre narcotráfico y escuchó que había que "sacar del medio" al fotógrafo de Noticias cuatro meses antes de que mataran a Cabezas, ¿correcto?
--Es correcto. Eso lo ratifiqué en la Jefatura y en la Dirección de Narcotráfico de la provincia de Buenos Aires.
--¿Ese grupo de narcotraficantes que investigaba tenía relación con Margarita Di Tullio, conocida como "Pepita la Pistolera", en la que llegó a inspirarse una película uruguaya?
--No era ella específicamente, sino el ex marido de ella, Pedro Villegas. Yo estaba parando en la casa de uno de los integrantes de esa banda, Domingo Dominicetti...
--¿Usted permanecía infiltrado en ese grupo conocido como los Pepitos el día que asesinaron a Cabezas?
--Específicamente. Y seguimos con el tema Cabezas luego de que lo mataron. Yo nunca escuché en Mar del Plata a ninguno de los Pepitos ni a los funcionarios luego involucrados mencionar jamás el nombre de José Luis Cabezas.
--Pero había escuchado la frase sobre "el chabón de Noticias"...
--Para nosotros era un dato irrelevante hasta que asesinan a Cabezas.
--¿Qué ocurre cuando matan a Cabezas?
--Fui citado a la Jefatura Policial. Se me pide que vuelva a relatar todo lo que había pasado, se hila muy fino y allí, por cuenta y orden del ex secretario de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, el jefe y el subjefe de Policía, me derivan a disposición del comisario Fogelman, que se acababa de hacer cargo de la instrucción policial del caso Cabezas.
--¿Usted denunció que uno de los Pepitos decía tener el arma con la que habían matado a Cabezas...?
--Era un arma que estaba en una agencia de Flavio Steck, una automotora. Después surge lo del uruguayo Luis Martínez Maidana. Allí Steck saca el arma, una calibre 32, la revolea y dice que con ella la tiene segura a Margarita Di Tullio... Steck había tenido un incidente con ella, otro personaje y el ex esposo. Y eso es lo que yo informo --lo que vi y lo que oí-- a mis superiores.
--El arma era de Martínez Maidana...
--No, esa arma era de Steck, pero luego, como resultado de la investigación, cuando secuestran el arma que yo había visto, también secuestran otra del domicilio de Martínez Maidana y secuestran otra de la casa de Margarita Di Tullio. Eran dos calibre 32 y una calibre 38.
--¿Y cómo se descubre el arma del crimen?
--Cuando hacen la pericia el arma que yo había visto no resultó ser la del homicidio. El arma que coincide es la de Martínez Maidana, a quien yo no conocía y ni siquiera sabía dónde vivía. Yo no sabía de la instrucción policial, por eso estoy convencido de que el arma no fue "plantada".
El misterio del revólver homicida que tenía el uruguayo Martínez Maidana
--¿El arma pudo ser "plantada" en los allanamientos?
--Los allanamientos los ordenó el juez Macchi por una investigación previa, no por lo que había dicho Redruello. Macchi y Fogelman, con conocimiento del secretario de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, y el comisario David Gómez Pombo, a cargo de la instrucción policial. Primero se hace una comisión policial de inteligencia y operaciones conmigo como agente encubierto en la ciudad de Mar del Plata. Se hace todo un trabajo durante diez días. Cuando termina esa comisión nos volvemos a Pinamar, de allí a Dolores y el juez con el resultado de esa información, que no la hice yo sino personal de la policía de la provincia Buenos Aires, más el informe mío, ordena los allanamientos a todos los domicilios de todos los Pepitos, el secuestro de armas si las hubiera y el reconocimiento de los imputados en caso de que lo fueran.
--¿Eso cuándo fue?
--Eso fue el 11 de febrero de 1997 a la mañana. No me voy a olvidar nunca más porque participé de los procedimientos en la ciudad de Mar del Plata. Se detiene a todos los Pepitos y en cada uno de los domicilios se encuentran armas distintas. Fueron allanamientos simultáneos. El juez manda seguir la pericias de todas las armas. El resultado fue que el arma que yo había conocido no tenía que ver con el crimen, pero sí salió que el arma de Martínez Maidana coincidía en 36 puntos con la bala que sacaron del cráneo de José Luis Cabezas. Pero como era una causa tan compleja, el juez de inmediato mandó el arma a la Dirección General Pericial de la ciudad de La Plata, dependiente de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires, para hacerle otra pericia. La misma arma resultó tener aún mayores puntos de coincidencia en esta pericia más técnica.
--Entonces, usted dice que el arma que mató a Cabezas surge en forma lateral. ¿El revólver estaba registrado a nombre de Martínez Maidana?
--Con respecto a eso hay una historia rara. El dijo que se la dejó uno, que se la compró a otro en un bar. Realmente no sé...
--No tenía papeles del arma, sólo tenía el arma...
--Correcto.
--Uno de los misterios en el caso Cabezas es cómo, si tres policías, un guardaespaldas de Yabrán y cuatro miembros de la banda de los Horneros fueron los autores del crimen, el arma se encontró en la casa de Martínez Maidana...
--Correcto.
--Hay hipótesis de que se la quitaron, la usaron y se la volvieron a dejar para implicarlo.
--Correcto. Esa fue una de las tantas hipótesis...
--¿Y cuál es la verdad?
--La verdad no es ninguna. Para mí no es ninguna.
"La cámara fotográfica de Cabezas fue una prueba 'plantada' al Tribunal"
--Usted está convencido de que el arma no fue "plantada"...
--No es porque esté convencido sino porque fui parte de la instrucción policial. En donde se le "plantó" a la Justicia una de las pruebas más contundentes que tuvo el Tribunal para poner como prueba meritoria de lo que decían los autodenominados Horneros, fue con uno de los testigos principales del juicio oral, que era el compañero de José Luis Cabezas, el periodista Gabriel Michi...
--¿A qué se refiere?
--Me estoy refiriendo a la cámara de fotos.
--¿"Plantaron" la cámara? ¿No la había encontrado un rodomante?
--Eso del rodomante fue un artificio que se inventó para cerrar la escena de esta lamentable historia. No hay que olvidar que en principio los Horneros dijeron que después de matar a Cabezas y huir del lugar del hecho fueron rompiendo la cámara fotográfica en pedacitos y tirándolos por el costado del camino. La cámara encontrada --porque yo tengo la filmación del momento en que la encuentran-- la secuestra el subcomisario Eduardo Luján, que era mi jefe superior inmediato. También hay que recordar que en las filmaciones que pasó la televisión se pudo ver al comisario Minicarco y al comisario Fogelman en la caja de una camioneta a velocidad buscando los pedacitos de cámara. Llegaron a utilizar a chicos de escuela para que fueran rastrillando el camino, y sin ninguna clase de escrúpulos trajeron a un señor mayor de edad, mal llamado rodomante, que con un alambrecito y para sorpresa de todos terminó encontrando la cámara en el barro. Lo curioso es que la cámara apareció íntegra y en perfectas condiciones y no en pedacitos como habían dicho los Horneros.
--¿Tenía rollo adentro?
--No, estaba vacía.
--¿Y cómo fue que la "plantaron" como prueba?
--En el momento en que la encuentran, a mí ya me habían detenido e inculpado como partícipe secundario del crimen. Yo había servido para una parte, pero ya no servía para la otra. Por eso estoy hoy aquí hablando con usted y voy a seguir por todos los países a los que pueda llegar.
--Si sabía que la cámara era falsa, ¿por qué no lo dijo?
--¡Cómo no voy a saber que la cámara era falsa! Tuve que buscar argumentos para que no se me atribuyera una complicidad expresa. ¿Cómo podía yo demostrar que esa cámara estaba en Instrucción Policial, cuando todo el mundo me tenía a mí como presunto cómplice?
--Pero sus compañeros de Noticias o el periodista Michi, ¿no se dieron cuenta de que no era la cámara de Cabezas?
--Mire, yo le voy a explicar porque estuve en el lugar de los hechos. La primera mentira que dijo Gabriel Michi fue que ni él ni Cabezas salieron de la fiesta. Miente, porque salieron dos veces seguidas, según dijeron los propios custodios de la casa de Andreani en la noche del 24 de enero. Michi también dijo que esa cámara encontrada en el barro del canal era la que tenía su compañero en la fiesta de Andreani, y eso también es mentira. Michi sabe perfectamente que esa cámara estaba en Instrucción Policial.
--¿De dónde era esa cámara, entonces?
--No sé, habría que preguntarle a la revista Noticias. ¿Por qué dijo la revista Noticias que ésa era la cámara de José Luis Cabezas, si es mentira?
--¿Y de dónde sacaron la cámara en Instrucción Policial?
--No sé. El servicio de inteligencia, obviamente la Secretaría de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, no sé de dónde la habrá sacado. Habría que preguntarles a ellos.
--¿Pero no hubo gente que la reconoció como de Cabezas?
--No, sólo por los que se autoinculparon, que son los Horneros, y por Gabriel Michi, que era el compañero de Cabezas. Con eso bastó. ¿Quién iba a investigar? Nadie. Pero yo sí voy a hablar...
"En los videos de la fiesta de Andreani se ve a Cabezas con la cámara verdadera"
--No termino de comprender. ¿Usted me dice que las cuatro personas que integraban la banda de los Horneros...
--Anselmo Braga, Gustavo González, Luis Auge y Miguel Retana...
--...al igual que tres policías...
--Daniel Prellezo, Sergio Cammaratta y Aníbal Luna.
--...un miembro de la seguridad de Yabrán...
--Gregorio Ríos.
--...y, en el segundo juicio, otro comisario...
--Alberto "La Liebre" Gómez.
--...aceptaron ser condenados a cadena perpetua por un crimen que no cometieron?
--Sólo los Horneros, los demás gritaron su inocencia.
--No entiendo cuál es el negocio de esos muchachos...
--Obviamente económico.
--Pero en la cárcel de por vida no van a disfrutar ningún dinero.
--Pero sus familias sí. ¿O se cree que somos estúpidos y no hemos investigado?
--¿Se sabe que hubo un enriquecimiento posterior de sus familias?
--Pero sin duda. Ocurre con Auge, con González, con Retana, con todos...
--Cuando se realizó el juicio por el caso Cabezas se dijo que ellos eran los autores materiales, pero que no se podía llegar al autor intelectual. Se derivó el tema hacia las conexiones con el empresario Alfredo Yabrán, quien, cuando iba a ser enjuiciado, se suicidió. Si los culpados son inocentes, ¿los culpables fueron los Pepitos, que tenían el arma homicida?
--Yo no digo que fueron los Pepitos. Yo nunca dije eso. Yo solo transmití lo que vi y lo que oí. Jamás me presté a ninguna presión. Por eso digo que la cámara fotográfica encontrada en ese canal es falsa, no es la que tenía José Luis Cabezas, porque independientemente de la instrucción yo estuve en el mal llamado búnker de la Policía de la Provincia de Buenos Aires con Víctor Fogelman, con Viglianco, con Miniscarco, con Luján, con Pedersoli... A mí no me la contaron. Yo estuve ahí. Y lo puedo decir ahora porque estoy en condiciones de hacerlo
--¿Ese búnker dónde quedaba?
--Era la sede de la central de informática de Instrucción Policial en Pinamar, sobre la Calle del Buen Orden...
--Qué nombre paradójico...
--La pregunta es qué persona se va a hacer cargo de un crimen a través de mentiras, para hacerlo diría la verdad. Pero yo le voy a explicar algo para instruirlo: existen los videos de la fiesta del señor Andreani durante la noche del 24 y 25 de enero de 1997, donde se ve a Cabezas con la verdadera cámara fotográfica. Yo tengo todas y cada una de las secuencias. Pagué de mi propio bolsillo un estudio para eso con la firma Nikon. La que tenía no es la cámara que luego secuestraron.
--¿Por qué no lo dijo entonces?
--Yo no podía decir que esa cámara supuestamente encontrada la había visto en Instrucción Policial, porque no iba a ser tan estúpido al estar involucrado cuando me inventaron una participación para que me calle la boca. Iban a terminar dejándome como cómplice... Además, ¿quién me iba a creer, si tenía a la revista Noticias, que centralizaba toda la información, y estaban armando toda la historia falsa de Yabrán? ¿Yo solito desde un calabozo iba a decir eso?
"A Cabezas lo asesinó la Policía de la Provincia de Buenos Aires"
--Si los ocho culpados no fueron los autores, tampoco son ciertos los móviles que se les adjudicaron... Entonces, usted opina que Yabrán no tenía nada que ver...
--Pero no, hombre, para nada.
--¿Entonces quién asesinó a Cabezas?
--La Policía de la Provincia de Buenos Aires
--¿Por qué?
--Y si no ¿para qué mintieron? ¿Para qué inventaron lo de la máquina fotográfica? ¿Para qué me usaron a mí para ir a investigar en Mar del Plata a los Pepitos? ¿Por qué se dijo que se investigó a los Pepitos y no se los investigó? ¿Por qué ocultaron información? ¿Para qué alteraban los llamados telefónicos? ¿Por qué clonaban los teléfonos celulares?... Yo lo puedo demostrar. Yo trabajé con Instrucción Policial
--Cuando dice "la Policía", ¿a quién se refiere?
--No estoy hablando de la policía en forma genérica porque sería injusto y hay muchos policías que son excelentes y están en condiciones de hablar cuando esto explote.
--¿Y Prellezo, Cammaratta y Luna, que son policías y están presos, no saben de esto?
--Son perejiles. ¿Sabe por qué están presos? Porque no saben nada de la corrupción de la fuerza y no tienen a ningún jefe apretado...
--¿Y Gregorio Ríos?
--Ríos fue un chivo expiatorio de una cuenta política pendiente entre Duhalde y Menem. Como no estaba Yabrán cayó Ríos. El hilo conductor a Yabrán era Ríos...
--¿Qué parte de la Policía de Buenos Aires es la culpable?
--No es una parte, son hombres específicos ex pertenecientes a la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
--¿Hoy ya no están?
--Sí, señor.
--¿Usted tiene identificado quiénes son?
--Por supuesto. Me lo voy a guardar porque es mi seguro.
--¿Cuál fue entonces el móvil por el que asesinaron a Cabezas?
--Este chico apretó el timbre equivocado. No hacía bien las cosas. Estos policías no son estúpidos, porque son ex jefes policiales, ex corruptos, que tienen organizaciones a su disposición y hacen los trabajos por encargo. Por coima o por apriete para que les hagan los trabajos para ellos. Esto se estila hoy por hoy en mi país. Cabezas no fue la excepción.
--No fue uno de esos "aprietes" a los Horneros, no estaban los policías condenados y tampoco los Pepitos...
--Yo tampoco digo que no fueran los Pepitos.
--¿Cree que los Pepitos estuvieron involucrados?
--No lo sé porque yo no estuve en el lugar de los hechos
--Pero hay versiones de que Pedro Villegas, el ex esposo de Di Tullio, sí fue visto en el lugar de los hechos...
--No lo dijo Redruello, lo dijeron siete testigos.
--¿Y por qué él quedó fuera de la instrucción?
--Porque es mentira que la instrucción lo investigó. No se le investigó nada. Aquel funcionario judicial, político o policial que diga que se investigó a los Pepitos miente, si no se hubiese sabido desde el principio que no tenían nada que ver o que eran culpables.
--¿Entonces?
--Yo le voy a dar más datos. Supongamos que Redruello mintió y que le pagaron para meterlo en la instrucción policial y salvarse. Pero ¿salvar a quien? Supongamos que yo inventé lo de los Pepitos, que yo inventé el arma, que yo inventé las pericias técnicas de las balas, que yo inventé los siete testigos que lo apuntan a Villegas, que yo inventé la cámara fotográfica estando preso... Si yo inventé todo, ¡qué hombre con poder que soy!... Obviamente todo eso se cae por su propio peso.
--¿Cuál fue entonces el interés de ese grupo de policías bonaerenses en matar a Cabezas? ¿Estaba en alguna investigación? ¿Tuvo alguna información?
--Es razonable su pregunta desde el punto de vista político y social. En lo social por lo que ocasionó socialmente el crimen, y en lo político por el costo que le representó entonces al doctor Duhalde. Pero Duhalde, ni lerdo ni perezoso, aprovechó el crimen.
"Si Menem demuestra que Yabrán no tuvo que ver, Duhalde va a revelar que está vivo"
--¿Qué fundamento sostiene esa afirmación?
--Dios quiera que los periodistas de mi país, que me conocen, reflexionen. Ojalá los políticos de mi país reflexionen. Ojalá los papás de José Luis Cabezas, pobres viejos, reflexionen. La familia Yabrán y los demás, reflexionen. Y me dieran la oportunidad, en forma pública, no privada, delante de una cámara de televisión, en mi país o en donde fuera, para que yo les pueda demostrar no solamente lo que estoy diciendo sino cuál es al menos parte de la verdad, que es la que yo sé.
Le puedo asegurar que cuando asumamos la responsabilidad de que esto es un escándalo, porque en algún momento, hoy, mañana o pasado, esto va a saltar y hay que asumirlo. Esto fue la mentira más aberrante que pueda haber ocurrido en un crimen...
--Este crimen derivó en un problema político entre Duhalde, que entonces era el gobernador de la provincia de Buenos Aires, el presidente Carlos Menem, el ex ministro Domingo Cavallo y el empresario Alfredo Yabrán, que terminó suicidándose. Usted afirmó que hubo una cuenta entre Duhalde y Menem y que Duhalde aprovechó la muerte de Cabezas...
--Voy a decirle lo que sé y en esto voy a ser muy responsable. El principio es cuando nace toda esta historia entre Menem y Duhalde. Nadie en mi país va a tener la conducta moral de decirme en la calle, en un canal de televisión, en un tribunal o donde sea, que esto no fue un invento de Duhalde. Porque yo trabajé en Instrucción Policial, aun antes de que me inventaran la participación, cuando se comenzó a armar todo lo de Yabrán.
--¿Por qué se armó lo de Yabrán?
--¿Por qué?... Porque era consecuencia de toda una pelea interna que no tenía nada que ver con el crimen. Había ribetes que sí acercaban a Yabrán, como los juicio que tenía el grupo Yabrán con la revista Noticias, el odio de la revista Noticias para con Yabrán, y obviamente el hilo conductor, que nadie ignora, de la importancia que tenía Yabrán en el gobierno del doctor Menem.
Eso Duhalde lo sabía. Duhalde hoy es el presidente y sigue manteniendo aquello, pero un día dejará de ser presidente y tendrá que ir a la Justicia.
--¿Yabrán se suicidó?
--Yo estoy convencido de que no.
--¿Lo mataron o fue una farsa para sacarlo del país?
--Estoy convencido de que está con vida y daría gracias a Dios de que así sea porque hubiera sido una injusticia irreversible, más allá de toda la infraestructura que se tuvo que montar para poderle salvar la vida. Fue una forma concreta de no darle el gusto a Duhalde de llevarlo detenido. Yabrán entre rejas significaba todo el movimiento económico que él representaba y, obviamente, la cabeza del doctor Menem.
--¿Y por qué todo esto?
--Porque si alguien, llámese Menem, llámese familia Yabrán o quien sea, demuestra que Yabrán no tiene nada que ver en el crimen de Cabezas, entonces Duhalde va a abrir la boca y va a decir que Yabrán está vivo. Esa es la cuestión. Yo, Carlos Alberto Redruello, lo puedo decir. Los demás no tienen el trasero limpio para decirlo. Disculpe la expresión.
"El chico se equivocó de timbre, se pasó de vivo y lo mataron"
--Puedo entender la existencia de un juego político posterior al crimen, pero seguimos sin ir al tema de fondo: ¿cuál fue el móvil de los policías privinciales para asesinar a Cabezas?
--El móvil, con conocimiento de causa y sin ninguna clase de dudas para mi convicción, por lo que yo sé, fue que el chico se equivocó de timbre, se pasó de vivo y lo mataron. Después se aprovechó ese crimen para todo lo demás.
--¿Sugiere que Cabezas pidió algo? ¿Apoya la hipótesis de algún tipo de extorsión?
--Eso habría que probarlo.
--¿Pudo sacar alguna foto que comprometiera a alguien?
--Específicamente a ex jefes policiales dependientes de una banda de narcotraficantes.
--¿Asociados con la banda de Pepita?...
--Claro, sin ninguna duda. Mire, yo le voy a ser puntual...
--...¿unas fotos de una empleada de una empresa?
--Sí, correcto. Pero hay otra cuestión más. Cómo serán de chantas, porque llamarlos policías ofende a la institución policial, que dicen que han investigado a Margarita Di Tullio, cuando es una mentira. No se si sabrá que paralelamente al de Cabezas hubo otros crímenes aberrantes en la ciudad de Mar del Plata, el de las prostitutas que aparecieron descuartizadas. Tres de ellas...
--...eran de Margarita Di Tullio...
--...trabajaban para ella, sí. La Dirección General de Narcocriminalidad y Causas Complejas, dependiente de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, siguió el hilo conductor, porque no todos los grupos policiales son corruptos. Así, investigando lo de las prostitutas se siguió a la Di Tullio, le pincharon los teléfonos, le hicieron allanamientos sorpresa... ¿Sabe con quién la encontraron transando por plata para sacar presos de la cárcel?...
--Con un juez...
--¿Sabe cómo se llamaba? Doctor Jorge García Collins. ¿Sabe quién era? El presidente del Tribunal de la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata. Una eminencia durante treinta años. Un hombre intachable dentro del ámbito judicial. Ese hombre arreglaba con Margarita Di Tullio. A él le cortaron la cabeza y a ella la procesaron por cohecho agravado y salió en libertad nuevamente... Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Allí en Mar del Plata hay un juez como el doctor Pedro Federico Hooft que volteó entonces a una pequeña parte de funcionarios policiales de la provincia de Buenos Aires que eran asociados con esta señora. Todos ellos están presos por los crímenes y las conexiones que había, y nadie dice nada. Por eso le digo que a la Di Tullio no la investigaron nada. Por eso cuando yo estaba investigando y quise profundizar me acusaron de ser partícipe del crimen.
--Pero los fiscales a usted no lo terminaron acusando...
--Porque no me podían sostener más, era una vergüenza que yo estuviera en el juicio oral como partícipe del crimen.
--Como consecuencia de los dos años y ocho meses que estuvo entonces preso inició una demanda judicial...
--Una demanda contra la provincia de Buenos Aires, radicada en el Juzgado Civil de 4º Turno de Dolores, por daños y perjuicios.
--¿En qué instancia está?
--En tratativas de conciliación por el fiscal de la provincia de Buenos Aires... por supuesto que no voy a aceptar.
--¿Usted está siendo amenazado?
--Aconsejado... porque a las personas como yo y a otras personas no se las amenaza, se las aconseja... pero por supuesto que soy seguido permanentemente...
--¿Qué tipo de consejos le dan?
--Que me olvide de todo y que tratemos de cerrar los números. Y vos tu vida y yo la mía... así de simple.
--¿Esas personas que lo aconsejan están involucradas en el crimen?
--Uno de ellos sí, con seguridad.
"Duhalde hizo lo que se le antojó con el juez José Luis Macchi"
--¿No hay ninguna instancia judicial en Argentina donde usted pueda ir a denunciar todo esto?
--No, políticamente en estos últimos tres años, no.
--¿Tampoco le aceptan ese desafío público en los medios de comunicación?
--Yo ya lo he hecho desde la misma ciudad de Dolores. El desafío o mi convocatoria consiste específicamente en que se me dé la oportunidad, por eso busco un productor independiente de televisión, y no para que me paguen nada y yo diga lo que él quiera que diga. No. Sentémonos con los que fueron mis jefes policiales, Duhalde si quiere ir o algún asesor suyo, los abogados de las partes, la familia Yabrán y la familia Cabezas, y yo voy a demostrar con las pruebas concretas, porque ahí sí sacaría a relucir todo, lo que yo estoy diciendo. Si yo no demuestro una sola cosa, que se me aplique todo el rigor de la ley. Pero pido que se me dé la oportunidad. No quiero un programa diferido...
--Lo quiere en vivo y en directo...
--Eso es lo que quiero
--¿Y no hay ningún programa argentino dispuesto a hacerlo?
--No, porque ya dieron por cerrado el caso Cabezas. Nunca hablé en forma directa, tuve un abogado que hizo gestiones. No sé si es verdad o mentira, le soy honesto. No tuve la oportunidad de hablar con un productor en forma directa. No tengo posibilidad de trasladarme para un lado y para el otro llevando todo y además quiero hacerlo con un factor sorpresa.
--En la instrucción judicial con que se inició el juicio sobre el asesinato de Cabezas se realizó una pericia psicológica a los acusados. ¿A usted lo calificaron como un "mitómano consuetudinario", no?
--Sí, pero le voy a explicar. No fue estando preso sino cuando yo todavía estaba trabajando en la instrucción. Me citaron a Dolores y me metieron preso. Nunca me realizaron una pericia. ¿Una pericia de 200 fojas me la hicieron en 15 minutos? Usted ahora lo sabe, antes no lo sabía...
--Por eso se lo pregunto.
--Fue el doctor José Abásolo, que también dijo que Prellezo se había quebrado y confesó una vinculación de Yabrán. Ese es un caradura, por eso se tuvo que ir de Dolores.
--¿El juez José Luis Macchi tampoco fue confiable?
--Yo se lo voy a describir. No olvide que él fue el instructor de la causa y también el magistrado que dio la autorización para que yo trabajara en Mar del Plata. Después él tuvo que firmar mi detención sabiendo que lo que me adjudicaban era un invento. Es un hombre bonachón, un hombre de pueblo, un hombre apremiado por las circunstancias, un hombre vulnerable al poder político. Eduardo Duhalde, ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, hizo lo que se le antojó con ese juez.
--Usted afirma que Duhalde, actual presidente de Argentina, utilizó el crimen de Cabezas. ¿También lo coloca entre los responsable del crimen?
--No tengo dudas de que Duhalde no lo mandó matar. Duhalde aprovechó las circunstancias. Creyó que le iba a salir bien, pero le salió mal.
"Yo mantengo el lema: no me olvido de José Luis Cabezas"
--¿Y Menem ganó algo con todo esto?
--Menem salió perjudicado debido a su entorno. Le movieron la estantería, le hicieron renunciar al ministro de Justicia, lo ensuciaron con Yabrán y el grupo económico.
--Se puede dar vuelta la historia y beneficiar a Menem.
--Sin ningún tipo de dudas. Lo que pasa es que el hombre no se va a meter. Se lo digo con autoridad porque yo estuve en Anillaco. ¿Sabe con quién hablé? Hablé con Amado Menem, el hermano de Carlos Saúl Menem. ¿Sabe lo que me dijo? Que ya lo sabían. Saben que Yabrán no tiene nada que ver, pero que si ellos destapan la olla, como le dije, Duhalde les va a soplar que Yabrán está vivo.
--¿Qué va a hacer ahora?
--Yo no soy nadie, pero tengo códigos. Yo no me voy a callar la boca, me van a tener que matar. Y me parece que ya es demasiado tarde para que me maten. Hay muchos periodistas que quieren la verdad, pero la mayoría son dependientes.
--¿Habla ahora porque en su país no tuvo oportunidad y no porque no haya querido hacerlo?
--En mi país no tengo oportunidad. Sólo el señor Sabalete, del diario El Compromiso de Dolores, que luego sufrió llamados, cancelación de avisos y otras presiones.
--Usted considera que al publicarse este reportaje en LA REPUBLICA los medios argentinos van a silenciar sus denuncias.
--Yo creo que sí. Van a silenciar todo. Quisiera poder tener la oportunidad de conversar con un Santos Biasatti, un Jorge Lanata o un Horacio Verbitsky, pero no he podido sentarme con ellos frente a frente. Lamentablemente he tenido que viajar a otro país para decir esto a riesgo de que al terminar esta nota usted, a quien no conozco, levante un teléfono y diga que estoy en este hotel, me levanten y me lleven... Eso en mi país ocurre.
--¿Quiere agregar algo más?
--Que ojalá mi lucha sirva de algo y los verdaderos criminales vayan presos. Yo no le tengo miedo a Duhalde. No quiero que los crímenes queden impunes en mi país, porque el día de mañana puedo ser yo o un familiar mío. No me olvido del lema que inventaron los chicos que de verdad querían a Cabezas: "No se olviden de Cabezas". ¿Quién sostiene ese lema? Yo no me olvidé.
Se lo prometí a los papás de Cabezas, se lo dije al juez Macchi. Les juré a mis hijos que pelearía la verdad y no voy a descansar hasta que se aclare por qué mintieron, por qué inventaron y por qué me involucraron.





El caso Cabezas
El 25 de enero de 1997, en una cava de arena a 15 kilómetros de Pinamar, una turística localidad balnearia en la costa atlántica argentina, apareció calcinado, dentro de un automóvil, el cadáver del reportero gráfico de la revista Noticias José Luis Cabezas, casado y padre de tres hijos.
Había sido secuestrado esa madrugada al salir de la fiesta de cumpleaños del empresario postal Oscar Andreani. Fue esposado, golpeado, ejecutado de dos tiros en la nuca y colocado dentro del vehículo, donde se le roció con combustible y se le prendió fuego. Sólo quedaron restos casi irreconocibles.
Cabezas trabajaba para la revista Noticias en artículos de investigación y en registros de las actividades de la farándula argentina. Había participado en dos trabajos importantes. Uno, titulado "Maldita Policía", revelaba delitos de la institución; el otro daba a conocer el rostro del empresario Alfredo Yabrán, acusado de mafioso por el ministro de Economía Domingo Cavallo.
Su asesinato generó un escándalo nacional. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, había asegurado que la suya era la mejor policía del mundo y el crimen terminaría revelando escabrosos entretelones de grupos mafiosos y policiales. Su ministro de Seguridad debió renunciar.
Una de las pistas que seguiría el comisario instructor Víctor Fogelman apuntó a la madama Margarita Di Tullio, conocida como "Pepita la Pistolera", quien en Uruguay inspiró la filmación de una película. Ella y su ex esposo Pedro Villegas encabezaban una banda conocida como los Pepitos, que integraban Flavio Steck, Domingo Domenicetti y el uruguayo Luis Martínez Maidana.
El grupo había sido "infiltrado" por el civil Carlos Alberto Redruello, contratado como "informante" por la Policía provincial. El juez de la causa instruida en la localidad de Dolores, José Luis Macchi, ordenó allanar las casas de los Pepitos, y en el domicilio de Martínez Maidana apareció el arma homicida.
Sin embargo, el proceso derivó hacia las reponsabilidades de un grupo de ex policías --Gustavo Prellezo, Sergio Cammaratta y Aníbal Luna--, implicados por los miembros de una banda de la localidad de Los Hornos, integrada por Luis Auge, Gustavo González, Miguel Retana y Anselmo Braga.
Llamados los Horneros, los cuatro se autoinculparon como partícipes del secuestro, responsabilizaron a los policías por el asesinato e involucraron a un agente de seguridad, Gregorio Ríos, jefe del grupo de guardaespaldas del propio Alfredo Yabrán, quien terminó sindicado como autor intelectual del crimen. También fue detenido Redruello acusado de ser partícipe.
Las pruebas se acumularon. Los testimonios situaron a los acusados en la escena del crimen. El software Excalibur demostró la línea de llamadas que comprometía a los detenidos y los vinculaba a Yabrán y a otros poderosos personajes del escenario político y económico.
El 20 de mayo de 1998, cuando se ordenó su arresto, Alfredo Yabrán se suicidó en el baño de su estancia San Ignacio, en Concepción del Uruguay. Utilizó una escopeta calibre 12/70 y resultó imposible reconocer su rostro. Meses antes había vendido las acciones de sus principales empresas al grupo Exxel.
Luego de tres años de actuaciones, en febrero de 2000, los ocho fueron condenados a cadena perpetua. Silvia Patricia Belawsky, esposa de Prellezo, fue condenada a 15 años de prisión como partícipe secundaria. Redruello fue exonerado y liberado. Ninguno de los Pepitos fue finalmente implicado en el homicidio.
El año pasado, se realizó el llamado caso Cabezas II, en el que se juzgó y condenó, también a cadena perpetua, al comisario de Pinamar, Alberto Pedro Gómez (a) La Liebre, acusado de "liberar" de policías la zona del secuestro para ayudar a los asesinos.
Nunca se pudo confirmar la autoría intelectual del crimen.
LA REPUBLICA.