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Latinoamérica

Aznar: visita non grata

La Jornada

De acuerdo con in- formación confirmada oficialmente, el jefe del gobierno español, José María Aznar, estará en nuestro país pasado mañana para abordar con el presidente Vicente Fox el tema de la guerra contra Irak que se prepara en Washington. .
Para México el asunto es crucial, no sólo porque involucra a nuestro principal socio comercial y vecino, al mismo tiempo máxima potencia militar del planeta, sino también porque nuestro país ocupa por estos tiempos un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y porque, como expresó el sábado el propio Fox, las autoridades nacionales han decidido desempeñar un papel diplomático activo en la actual crisis y "contribuir con nuestro granito de arena a favor de la paz". Tal postura fue refrendada ayer por el vocero presidencial Rodolfo Elizondo, quien aseguró que en las próximas y cruciales reuniones del Consejo de Seguridad México no será "comparsa" de Estados Unidos. .
Para España el tema de la guerra que se prepara contra Irak también resulta fundamental, pero por razones contrarias, toda vez que Aznar decidió ser comparsa, él sí, de los empecinamientos bélicos de Washington y ha desplegado en días recientes una intensa labor diplomática orientada a conseguir el uncimiento de otros gobiernos al carro bélico, cuyas riendas no se encuentran evidentemente en La Moncloa, sino en la Casa Blanca. Su visita a nuestro país y su entrevista con Fox serán parte de ese proselitismo para el bando de la guerra; es claro que el gobernante español, quien no logró convencer a su propio pueblo de las bondades de la agresión bélica, intentará presionar a las autoridades mexicanas para que se sumen a la delirante y criminal incursión militar contra Irak. .
Tal vez Aznar ignore que, al igual que ocurre en España, la sociedad mexicana es mayoritariamente contraria a una guerra injusta, innecesaria y obligadamente mortífera. Acaso también desconozca que en este país ya pasaron los tiempos en los que el gobierno podía imponer a los ciudadanos decisiones abrumadoramente impopulares, como el propio Aznar intenta hacer en su tierra con la aventura bélica contra Irak. Incluso es posible suponer que este nieto ideológico de Francisco Franco haya perdido en el curso del ejercicio del poder el sentido democrático del que se reclaman las instituciones españolas contemporáneas. Ahora, Aznar, representante oficial de un país que se manifiesta clamorosamente por la paz, pretende venir en nombre de sus conciudadanos a promover entre los nuestros y ante nuestras autoridades la pertinencia de la guerra. En ocasiones la desfachatez y la cara dura no conocen límites. .
Por bien de los españoles y de los mexicanos, por la preservación de la paz mundial y por la defensa de la ética democrática, es necesario que la sociedad y los gobernantes nacionales le hagan saber a este gobernante peninsular que se ha equivocado de destino y de interlocutores. .
RAYUELA .

¿Qué le contará Aznar a Fox? ¿El repudio de los españoles a la guerra, o su disposición a usarlos como carne de cañón? .