Latinoamérica
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12 de febrero del 2003
Ecuador: Entrevista a Blanca Chancoso, dirigente de la CONAIE y de su brazo político, el movimiento Pachakutik
Los de abajo siguen en guerra
Marina Menéndez Quintero
Progreso Semanal
¿Cuánto llovió desde el "hasta mañana" con que los líderes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) y el entonces coronel Lucio Gutiérrez se despidieron, la noche del 21 de enero del 2000, hasta esta renovada y aun asombrosa alianza entre ex militares e indígenas?
Dos años después de una sublevación que defenestró a un presidente pero que no alcanzó a cambiar el sistema, la fusión estratégica de esos mismos indígenas y ex militares - junto a otros sectores sociales - , ha propiciado lo que muchos llamaron una "sorpresa": la victoria de Lucio Gutiérrez como presidente de Ecuador.
Se dice que su campaña fue la más humilde. También, que resultó vituperado por una propaganda electoral basada más en las ofensas, que en la solidez de las propuestas. Sin embargo, ello no le impidió el triunfo en la segunda ronda del desempate, el 24 de noviembre, con un aplastante 54,6 por ciento de los votos frente a Álvaro Noboa, el hombre más rico del país.
Sus propuestas hasta hoy descansan sobre unos pocos pilares: enfrentamiento a la corrupción, lucha contra la pobreza, crecimiento. Sin embargo, ellas podrían resultar revolucionarias en Ecuador. Para quienes apuestan al cambio, su elección se suma hoy al optimismo originado por la elección de Luiz Inacio Lula da Silva en Brasil, y al propio segundo puesto obtenido por el Movimiento al Socialismo (MAS) liderado por Evo Morales en Bolivia, que posicionó a la izquierda en el Congreso y le ha dado al dirigente indígena boliviano proyección de otro líder popular de la región.
Para algunos militantes de izquierda del subcontinente, Lucio Gutiérrez todavía es una incógnita. Sin embargo, constituye el tema del día entre los "latinoamericanólogos", y las fuerzas no tradicionales dicen que observarán, y lo acompañarán si se trata de un mandato popular.
El coronel que dejó los cuarteles por la militancia política civil, se ha agregado a la lista que ahora se identifica por algunos como una suerte de explosión de "líderes populistas" que más de uno adjudica al desgaste de la partidocracia tradicional y, desde luego, a la erosión económica y social de una buena parte de las naciones latinoamericanas, que en 20 años de modelo económico neoliberal ha perdido --se dice-- una década y media de desarrollo económico y mantiene niveles de vida que están por debajo de los años 80.
Pero, ¿cuánto podrá satisfacer Lucio, las expectativas de esa mayoritaria población indígena que le dio su voto? ¿Cuán profundo es el compromiso que los une? ¿Qué esperan de él las nacionalidades indígenas de Ecuador?
Al habla con los sabios
Blanca Chancoso estaba en el Palacio de Carondelet (1), Quito, el 21 de enero del año 2000 cuando la alianza popular-militar derrocó a Jamil Mahuad, y volverá a estarlo, seguramente, el 15 de enero de 2003, cuando asuma Lucio Gutiérrez.
Debe ser una mujer atípica en Ecuador: dirigente de la CONAIE y de su brazo político, el movimiento Pachakutik, integra ahora el Consejo Político ("algo así como el Consejo de Sabios...", dice).
Hablé con ella en La Habana, donde participó en el II Encuentro Hemisférico de Lucha contra el ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas), una especie de congreso de las fuerzas continentales reunidas en redes, asociaciones y grupos hemisféricos y locales para impedir el avance del ALCA, considerada una especie de acuerdo draconiano con el cual el gobierno de los Estados Unidos pretende asegurarse las riquezas naturales, el mercado y la mano de obra barata de los países ubicados entre el río Bravo y la Tierra del Fuego.
Blanca Chancoso es madre soltera. Se paseó por La Habana con la vestimenta típica de su pueblo y con el verbo locuaz y secular de su lengua. De esa ancestral sabiduría quizá provino la decisión de la CONAIE y Pachakutik de "optar por la vía electoral", pero sin poner sus nombres en lista. Estimaron que los sentimientos racistas vigentes en la sociedad ecuatoriana aun no permitirían la elección de un indígena.
Progreso Semanal (PS): Esta ha sido una simbiosis poco vista. ¿Por qué el movimiento indígena apoyó la candidatura de Lucio Gutiérrez?
Blanca Chancoso (BCH): Había un compromiso. Primeramente, ante la sociedad civil de Ecuador: el movimiento indígena es mirado como una esperanza en la lucha contra la corrupción y los malos gobiernos. Y había una decisión también del movimiento indígena de ver cómo participábamos en el proceso electoral. Eso hizo que decidiéramos trabajar en alianzas, con una candidatura que pudiera romper la hegemonía partidista tradicional establecida por la derecha. Así pues, pensamos en variantes del centro a la derecha. Buscábamos consensos. Había antecedentes a favor de Lucio, su movilización con el pueblo indígena...Y pensamos que, siendo el nuestro un movimiento fuerte, eso nos aseguraría una participación más directa...
PS: ¿Cree que Ecuador podría empezar a vivir un momento realmente distinto con la llegada de Lucio Gutiérrez a la presidencia?
BCH: Él hereda una situación muy difícil con los términos económicos y políticos que quedan de los gobiernos anteriores. Y hay un ofrecimiento de ir hacia el cambio. Lucio va a recibir un país en quiebra. Sin embargo, ese es su reto. La esperanza es que pueda cambiar a la nación. Aún en una situación difícil. Yo creo que se hará un esfuerzo desde todos lados. Va a ser una etapa muy dura. Pero, al menos, con la esperanza de ver este paso como una etapa hacia una situación más favorable para el pueblo y para la soberanía del país. No como los gobiernos que hemos tenido, que han exigido mucho esfuerzo al pueblo, pero solamente para beneficio de los empresarios. Creo que en esos términos va a ser una situación esperanzadora con Lucio.
PS: ¿Usted piensa que podrán darse esos cambios teniendo en cuenta los acuerdos que ya existen con el FMI y el modelo neoliberal que sigue imperando en la región?
BCH: Nunca se le escuchó a Lucio decir que iba a ser una revolución ya. Sí ha hablado de un ejercicio más democrático, con más dignidad de país, más soberanía frente a las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI). Por eso digo que es una etapa muy difícil. El FMI ha querido gobernar el país. Ha hecho exigencias a gobiernos anteriores, por eso, el alto costo de la vida, la dolarización, la entrada del Ecuador dentro del Plan Colombia y el comprometimiento gravísimo que eso significa para nuestra nación. Creo que al menos eso va a cambiar. Es cierto que el país necesita de créditos y la apertura a inversiones, pero debería ser a unas verdaderas inversiones. Si quieren invertir, que lo hagan en algo concreto, pues hasta hoy, los gobiernos de turno a lo que se han prestado, bajo el nombre de lo que sería "la inyección", es a entregarles la nación en bandeja, a cambio de nada. Igual pasa con los créditos. Y, lo último, la justificación de que se dolarizó para pagar la deuda externa.
PS: A propósito, ¿cómo les está golpeando la deuda externa?
BCH: El 54 por ciento del presupuesto del país ha sido destinado para el pago de la deuda externa al Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, la deuda crece... ¿Cómo justifican que sacrifiquen al pueblo, y la deuda lo que haga es subir? Hace como 20 años, nuestra deuda era aproximadamente de 8 000 millones de dólares, y hoy está por los 16 000 millones.
Los de abajo siguen en "guerra"
PS: El presidente que entrega, Gustavo Noboa, ha declarado que "pacificó" al país. ¿Qué tiene que decir a eso?
BCH: Esta ha sido otra etapa y otras condiciones. Y es muy diferente que el movimiento indígena y otros sectores no le hayamos hecho un levantamiento similar al que le realizamos a Jamil Mahuad para derrocarlo inmediatamente. Pero la lucha del movimiento indígena, no ha parado nunca. Nos hemos seguido movilizando. Con otros mandatos: contra la privatización de la telefonía, del agua, de la electricidad. Pero no hay pacificación. Más bien podríamos hablar de guerra, porque se reafirma el Plan Colombia.
PS: Lucio Gutiérrez ha dicho que todos los sectores estarán representados en su gobierno. ¿Esperan la CONAIE y Pachakutik formar parte del gobierno?
BCH: Somos nosotros un elemento directo de la alianza y nos sentimos parte de esta ganancia. Pero no será como para 'repartirse la torta', sino una correspondencia. Pero aun no siendo miembros del equipo gobernante, más que la ocupación de cargos, lo interesante será ver cómo fortalecer equipos en términos políticos sobre un plan de gobierno distinto, qué se puede hacer desde ahí.
PS: ¿Cuál puede ser la reacción interna de la derecha? ¿Qué señales se han recibido del gobierno de los Estados Unidos?
BCH: Ya tuvimos la reacción de la derecha: intentaron desacreditar a Lucio, difundir la imagen del 'golpista', del antidemocrático. En cuanto al gobierno norteamericano, yo creo que sí que les va a preocupar, porque Lucio no les ha manifestado una actitud muy abierta. Ellos lo que quieren es lo del Plan Colombia -el apoyo a ese Plan- la base de Manta, y bajo ese paraguas, controlar toda la región andina. Aunque la embajada de EEUU haya sido respetuosa y dijera que apoyaría al que ganara, buscarán mecanismos para no dejarle ejercer a Lucio. Nosotros sabemos que son expresiones diplomáticas pero no tan reales cuando hay un ajuste y una exigencia. No descartamos presiones a través de los organismos multilaterales, y por eso es nuestra preocupación, nuestro llamado a otros gobiernos amigos y a gobiernos de otros países.
PS: Para muchos, la llegada de Lucio Gutiérrez a la presidencia incrementa las posibilidades de que forme un frente común con Lula en Brasil y Chávez en Venezuela, contra el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA).
BCH: Esa es también nuestra esperanza. Hasta ahora Lucio ha dicho que hará una consulta popular, para pedirle la opinión a la gente sobre el ALCA, consulta que no se ha hecho. Eso sería lo más importante de un ejercicio democrático en el país.
(1) Palacio presidencial en Quito, Ecuador