Entrevista al ministro Miguel Rosetto
(REFORMA AGRARIA) EL AMIGO DE LOS "SIN TIERRA"
24 de enero de 2003
Sabina Morandi ("Liberazione")
"A los amigos daré las tareas más pesadas", parece que dijo Lula
nada más ser elegido. Entre sus amigos hay muchos gauchos de Rio Grande
do Sul, que pueden jactarse también de los notables éxitos conseguidos
administrando el ayuntamiento de la capital y el propio Estado y por este motivo,
han sido enviados dirigir los ministerios más complicados, como es ciertamente
el de la reforma agraria.
En realidad el ministerio de Miguel Rossetto, ex vice gobernador con un pasado
de militante en el sindicado de petroquímico, se llama Ministerio del
Desarrollo Agrario pero se ocupa precisamente de la reforma agraria que, desde
hace décadas, debe redistribuir y hacer productivos los grandes latifundios
de los fazenderos. Lo hemos encontrado en el Instituto Nacional de Colonización
y Reforma Agraria, una etapa obligada en el tour nacional que están haciendo
los ministros "lulisti" para verificar la buena disposición de las agencias
técnicas que los ayudarán a gobernar.
Sabina Morandi - SM - Ayer se ha abierto la primera Asamblea Mundial Campesina
que anuncia la participación de las organizaciones de Vía Campesina
en el III Foro Social Mundial. ¿Cuáles serán vuestras relaciones
con los movimientos sociales? Miguel Rosetto - MR - Obviamente tenemos muchísimo
interés en mantener vivo el diálogo con la sociedad civil y con
los movimientos sociales, y un profundo respeto por los miembros de Vía
Campesina y los Sem Terra. Es obvio que los papeles tienen que ser distintos,
estamos dispuestos a escuchar todos los puntos de vista, por más radicales
que parezcan, pero no tenemos que olvidar nuestra función que es mediar,
en este caso entre las exigencias de los movimientos y la de las otras realidades
sociales del país.
SM - Hay en cosas en que estáis llamados a decir la palabra definitiva,
por ser el gobierno, como por ejemplo en la agricultura transgénica.
¿Cuál es vuestra posición al respeto? MR - No es muy diferente
de la de la mayor parte de los países europeos, comprendida. Ante todo
tenemos la tarea de restablecer la legalidad e interrumpir el contrabando de
soja transgénica que, en los últimos años, ha seguido a
atravesando tranquilamente las fronteras brasileños. En según
lugar, incluso no siendo para nada contrarios a la innovación tecnológica
en campo agrícola, creemos que es necesario parar su difusión
hasta que no haya sido valorado suficientemente el impacto que podrían
tener sobre el entorno y sobre la salud humana. Se trata del bien conocido principio
de precaución, inaugurado en Rio en 1992, que por lo demás anima
el debate mundial sobre la biotecnología. Por fin hay una consideración
puramente económica, Brasil tiene enormes potencialidades como productor
y como mercado para lo no-transgénico. Desde el punto de vista económico
sería de veras un error renunciar a estas potencialidades y condenarse
a un régimen de total dependencia del extranjero en cuánto concierne
a un bien primario como los alimentos.
SM - En Rio Grande do Sul, tanto los fazenderos como los Sem Terra están
muy bien organizados, y el nivel de conflicto es muy alto. ¿Qué quiere
hacer el gobierno? MR - Creo que nuestro papel principal, en este Estado como
en otro lugar, es desbloquear la situación de bloqueo en que se ha encontrado
la reforma agraria. Tenemos entre 60 y 80 mil familias acampadas en tierras
improductivas de las que tenemos que ocuparnos. Ante todo tenemos que darles
seguridades básicas, luego tenemos que ayudarlos a ponerse en contacto
con las nuevas tecnologías agrícolas y con la distribución,
y por fin ayudarlos a transformarse en unidades productivas autónomas.
SM - Pero habéis tenido que suspender el crédito inmobiliario
que fue el instrumento principal de la reforma agraria...
MR - Uno de los motivos por que la reforma agraria esté obstaculizada
es indudablemente la corrupción. En los créditos inmobiliarios
hemos hallado tal cantidad de irregularidades, que van desde las cuotas a los
precios inflados, que hemos debido parar todo en espera de que la investigación
sea llevada a cabo. Creemos pero que, una vez limpias, instituciones como el
Banco de la Tierra serán óptimos instrumentos que acercar la reforma
agraria.
SM - ¿Se considera satisfecho con su gira nacional? ¿Ha encontrado disponibles
a los técnicos y los funcionarios con los que tendrá que trabajar
su ministerio? MR - Decididamente. La gente cree en las reformas de Lula y quiere
echar una mano. Tengo que decir que no tuve dudas de encontrar la máxima
disponibilidad al volver a Rio Grande do Sul, que es mi Estado y esto por un
motivo muy simple: creo que buena parte del éxito electoral de Lula se
apoya justo sobre los éxitos conseguidos por el PT en la administración
del Estado y del ayuntamiento de Porto Alegre.