Wilson García Mérida
Datos & Analisis

El primer impulso de los militares al tomar las calles de Cochabamba fue subirse a los techos, tal cual mandan los manuales del Pentágono. Una vivienda del coronel Faustino Rico Toro (ex colaborador de la dictadura de García Meza), frente al cuartel policial, sirvió para controlar y vigilar a los amotinados. Los ministros Sánchez Berzaín y Teodovic estimularon un proceso sedicioso que puso a Goni al borde de su caída..

La estrategia de los generales de las FF.AA. bolivianas, hombres de hecho subordinados a los ministros Carlos Sánchez Berzaín y Freddy Teodovic, contemplaba un estallido en Cochabamba con las mismas proporciones sangrientas de La Paz. Y aquí también jugaron su rol los francotiradores asediando a los policías..
El primer impulso de los militares al tomar las calles de Cochabamba fue subirse a los techos, tal cual mandan los manuales del Pentágono. Pero a diferencia de los francotiradores de La Paz que vestían de civil, este personal en Cochabamba actuó sin despojarse del uniforme militar y tomó arbitrariamente edificios del Ministerio Público y de la Municipalidad, en la Plaza 14 de Septiembre, para apostarse en los tejados apuntando sus metralletas con dirección al cuartel de la Policía..
Otro punto que los francotiradores ubicaron provocativamente fue justamente frente al cuartel de la Guardia de Seguridad Pública, sobre la avenida Heroínas, donde los policías amotinados se concentraron atentos a las noticias de La Paz. Un hecho que nos sorprendió fue constatar que la vivienda utilizada como punto de vigía por los militares, pertenece a la familia del coronel Faustino Rico Toro, quien colaboró con la dictadura del general Luis García Meza tras el golpe de 1980..
Tratamos infructuosamente tomar contacto con el coronel Rico Toro a fin de conocer su versión al respecto. ¿Por qué permitió que su domicilio sea usado como un punto de vigilancia y hostigamiento militar contra los policías amotinados? Hasta la media noche del miércoles, parecía inminente la toma militar del cuartel policial en Cochabamba. Los amotinados se prepararon para esa eventualidad y tomaron posiciones en puntos también estratégicos del entorno urbano. El general Gustavo Gandarillas, comandante de la Séptima, recibió instrucciones precisas del comandante en jefe del Ejército (es decir de Sánchez Berzaín y Teodovic) para abrir fuego al menor tic nervioso de los policías..
Los francotiradores del loco Rumsfeld .
Los incidentes sangrientos del 12 y 13 de febrero fueron la oportunidad esperada por las Fuerzas Armadas de Bolivia para poner a prueba los "métodos antiterroristas" que forman parte de la instrucción impartida por oficiales norteamericanos del Pentágono. Los ejercicios multinacionales que el Comando Sur desarrolla periódicamente en países como Argentina y Chile, donde funcionan varios campos de adiestramiento, involucran el uso de francotiradores y otras tácticas operativas enmarcadas en el concepto de "guerra psicológica"..
La tenebrosa demostración de fuerza con que se lució el Ejército durante los últimos días fue un anticipo de lo que le espera al país en próximas coyunturas de crisis general nacional. El imperativo norteamericano, las alertas tempranas de la CIA y del Pentágono, indican que las Fuerzas Armadas deben restituirse activamente a la vida política como un nuevo y determinante factor de poder en Latinoamérica..
Este imperativo es particularmente apremiante en Bolivia, donde acaba de verse que la vía insurreccional para la conquista de reivindicaciones ciudadanas como el derecho a un justo salario, con el apoyo de fuerzas armadas como la Policía, es un hecho histórico acaso irreversible. A ello se añade la problemática de la coca y la perspectiva inminente de una mayor y más directa militarización de las tareas erradicadoras y etnicidas en el Chapare. Según la visión norteamericana, llegó la hora prometida para la "institución tutelar de la patria"..
El pasado 18 de noviembre el general Donald Rumsfeld, jefe del Pentágono, reunió en Santiago de Chile a ministros de Defensa del hemisferio interamericano, entre ellos el boliviano Freddy Teodovic. En aquella reunión, Rumsfeld expuso un documento donde se garantiza un incremento de la asistencia norteamericana para aquellos ejércitos que demuestren "ser capaces de liderar la defensa de la democracia ante la amenaza terrorista, con un ascendente protagonismo en la vida interior de cada país"..
Parte de aquella estrategia militarizadora es reducir a la Policía a su mínima expresión y subordinarla a un nuevo esquema de mando castrense..
Sánchez Berzaín y Teodovic, los ministros palaciegos de Goni, están llevando al país hacia ese cadalso con que sueñan verdugos como el loco Rumsfeld..
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