Econoticiasbolivia.com (La Paz, Febrero 12 de 2003). Goni, el millonario presidente neoliberal de Bolivia está más solo que nunca. Los regimientos policiales, el instrumento represivo que le permitió controlar la convulsión social de enero de cocaleros y campesinos, se ha dado la vuelta y apunta sus armas contra él. Hoy, al mediodía, policías amotinados vestidos de civil y estudiantes de secundaria atacaron palacio de gobierno.
Durante varios minutos, sobre el corazón del poder político, en la plaza Murillo, llovieron piedras, gases y carajazos contra el impuestazo, que reduce los salarios de trabajadores, empleados y funcionarios del sector público y privado.
Inerme ante la ira popular que crece como espuma entre los sindicatos, organizaciones laborales, campesinas y clases medias empobrecidas, el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada ordenó retomar el control de la plaza Murillo y así defender su palacio. Efectivos militares del Regimiento Colorados de Bolivia cumplieron parcialmente la orden presidencial, en medio de un profuso intercambio de gases y algunos balines.
Aproximadamente unos 300 conscriptos del Colorados, armados con fusiles y ametralladoras livianas, se pusieron al frente de policías y civiles que apoyan a los amotinados. A la una de la tarde, los militares, casi todos ellos jóvenes de 18 años muy nerviosos y tensos, controlaban la Plaza Murillo, pero no los alrededores que están bajo el dominio de los regimientos policiales que continúan disparando gases lacrimógenos a palacio de gobierno.
La tensión va en aumento, aunque el ministro de la Presidencia, Carlos Sánchez Berzaín, aseguró en palacio de gobierno, en medio de una nube de gases, que los efectivos militares no utilizarán sus armas en contra de los policías y de la población virtualmente alzada en contra el gobierno neoliberal.
La revuelta policial ha concitado un creciente y masivo respaldo popular, que está empujando para que los rebeldes retomen el control de la plaza Murillo.