En menos de dos semanas, se han retirado cuatro: Marie Carmèle Austin, ministra de educación; Martine Deverson, ministra de turismo; Charles Emile Hérard, Director General del Ministerio de Salud, y Guy Alexandre, embajador de Haití en República Dominicana.
El asalto sangriento de partidarios del presidente Jean Bertrand Aristide contra los locales del Instituto Nacional de Administración y de Gestión (INAGHEI) y la Facultad de Ciencias Humandas el 5 de diciembre 2003 y la represión brutal a través de la policía, ayudada de bandas armadas, a las manifestaciones estudiantiles serían las principales causas de las defecciones.
Estos retiros afectan igualmente la formación política del Jefe de Estado. Dos senadores muy influyentes, Dany Toussaint y Prince Pierre Sonson, que se habían habituado a criticar abiertamente los excesos del poder, anunciaron oficialmente su salida de "Fanmi Lavalas". Es más, ellos han participado estos últimos días en las manifestaciones anti-Aristide conducidas por los estudiantes de la Universidad de Estado de Haití. Sonson y Toussaint denuncian la "demencia del régimen lavalas".
A nivel de la policía nacional, agentes frustrados por la sobrepolitización y avasallamiento de esta institución por parte del poder participan en las manifestaciones antigubernamentales, reclamando incluso la salida del poder de Jean Bertrand Aristide.
El caso más espectacular se produjo recientemente en Jacmel, donde policías-estudiantes de la Facultad de Derecho de la metrópoli del Sudeste, presintiendo una emboscada, no acataron una convocatoria de la dirección de la policía local. El 17 de diciembre se produjo en esta localidad una nueva protesta anti- gubernamental (17 diciembre), en la cual los manifestantes - estudiantes y miembros de otros sectores- coreaban entre otras consignas: "No tenemos miedo, la policía está con nosotros". Posteriormente la manifestación fue dispersada por la policía con gases lacrimógenos.
En Puerto Príncipe, un agente 2, que participó en la manifestación del 12 de diciembre, guardando el anonimato, ha denunciado no haber sido ascendido de grado en ocho años, mientras otras personas poco recomendables, provenientes del Palacio Nacional, han sido designadas a puestos de responsabilidad en la institución policial por su lealtad a Jean Bertrand Aristide.
Entre los "chimères" (grupos de choque), se ve que la determinación disminuye tras la acción bárbara del 5 de diciembre. El pasado 10 de diciembre, partidarios de lavalas fueron obligados a replegarse y huir ante la actitud firme de manifestantes estudiantiles, particularmente en los alrededores del hospital de la Universidad de Estado de Haití (principal centro hospitalario de la capital haitiana).
El líder de "Fanmi Lavalas" ha buscado arengar a millares de sus partidarios reunidos el 16 de diciembre en el local de la "Fundación Aristide para la Democracia", con ocasión de la clausura del congreso del partido y del 13º aniversario de su primera elección a la presidencia. Aristide convocó a sus seguidores a la "movilización sin repliegue frente a las maniobras tácticas que ensucian la dignidad del país".
Frente al desgaste de la operación "escudo", desencadenada hace algunos meses por los grupos lavalas para desarticular toda manifestación antigubernamental en el país, la policía haitiana, institución destinada a "proteger y servir", se encuentra obligada a recurrir a la "imaginación" para neutralizar las protestas.
Camiones colocados al través en ciertas arterias para impedir que las personadas motorizadas lleguen a los lugares de protesta, lanzamientos sin contemplación de gas lacrimógeno, ráfagas de tiros al aire, detención de manifestantes y agresión física contra ellos, intervención concertada con civiles enmascarados y armados de revólveres y machetes que circulan en vehículos de ciertas empresas públicas como Teleco (compañía nacional de telecomunicaciones). La policía no escatima medio alguno.
En un comunicado con fecha 15 de diciembre de 2003, el Consejo de la Universidad de Estado de Haití (CUEH) recordó a los comandantes y responsables de las unidades de la policía que "los actos groseros de intimidación y de represión contra los profesores, estudiantes y particulares son infracciones graves según el código penal y el código de instrucción criminal".
"Cuando llegue el momento , ningún agente de la fuerza pública podrá poner el pretexto de la ignorancia de la ley para sustraerse a los castigos previstos tanto en la legislación internacional como en los instrumentos jurídicos internacionales de los que el Estado haitiano es parte", enfatizó el CUEH.
Diversas voces de la jerarquía católica, como la de los obispos Pierre Raymond Dumas y Louis Kébreau, han demandado recientemente la renuncia de Jean Bertrand Aristide, calificando al poder actual de mafioso, corrompido y sanguinario.
El 16 de diciembre, sacerdotes de la región sudeste de Haití han llamado igualmente al presidente Aristide a tirar la toalla para facilitar una solución a la crisis. Ese mismo día, se paralizaron el gran comercio y las escuelas acatando el llamado a huelga general lanzado por una plataforma que reagrupa a las organizaciones de la sociedad civil, entre ellas el Grupo de los 184, representantes de los estudiantes y de los partidos políticos de la oposición.
Una manifestación antigubernamental convocada al día siguiente por la misma plataforma reunió en Puerto Príncipe varios miles de personas de todas las categorías sociales. Esta manifestación fue dispersada brutalmente por la policía y los "chimères" armados que circulaban a bordo de vehículos matriculados como "servicio de Estado".
Además de Gonaives, Port-au-Prince, Petit Goâve, la movilización anti-Aristide gana estos últimos tiempos ciudades como Léogane (Oeste), Jèrémie (Grande Anse), Jacmel (Sud Este) y Saint Marc (Artibonite). Las manifestaciones anti-Aristide, han tenido lugar igualmente en las comunidades haitianas de Miami (Estados Unidos), París (Francia) y Cayenne (Guyana).
Los apoyos del presidente Jean Bertrand Aristide en el plano internacional se diluyen igualmente. Jacques Lang, antiguo diputado socialista francés, ministro de cultura bajo Francois Mitterrand y ministro de educación nacional del gobierno Jospin, que había apoyado firmemente el "retorno al orden constitucional" después del golpe de Estado de 1991, cree ahora "que las autoridades haitianas deben ser reprobadas por las exacciones y atentados a las libertades cometidas en el país".
Por su parte, el organismo canadiense "Entraide Missionnaire", en una carta dirigida al Primer Ministro Paul Martín (10 diciembre), ha pedido al gobierno canadiense que dé su apoyo a los movimientos ciudadanos que reclaman la salida del poder de Jean Bertrand Aristide.
"La salida de Aristide no debería tardar. El país está en rebelión. Aparte del lumpen, todos los sectores reclaman su salida y los americanos se han dado cuenta que Haití es ingobernable con Aristide", ha señalado el ex Primer ministro haitiano, Rosny Smart, en una entrevista con el cotidiano Le Monde.
Estados Unidos ha deplorado, el 15 de diciembre último, a través del portavoz del departamento de Estado, Richard Boucher, la represión violenta de las manifestaciones políticas en Haití. "El gobierno haitiano ha actuado en contubernio con pandilleros armados que trabajan a sueldo para reprimir con violencia estas manifestaciones, provocando de esta manera heridos e incluso pérdidas de vidas humanas", ha dicho Boucher.