NEGOCIO SUCIO: LAS LANGOSTAS DE LA "CAPITALIZACION"
Andrés Soliz Rada, especial para Econoticiasbolivia.com
Econoticiasbolivia.com (La Paz, diciembre 3, 2003).- Los "capitalizadores" llegaron como langostas. Devoraron a su paso todas las empresas estratégicas. Sus enormes patas traseras les permitieron dar grandes saltos, así pudieron engullir YPFB, ENTEL, ENDE, el LAB, los ferrocarriles y las fundiciones. Con sus poderosas tenazas, largas antenas debajo de sus ojos pedunculares y órganos auditivos adheridos al abdomen, arrasaron el patrimonio público. La especie cosmopolita, integrada por empresas inglesas, norteamericanas, francesas, alemanas, españolas e italianas, tuvo como agentes infiltrados en el Estado nacional, a Gonzalo Sánchez de Lozada (GSL) y Alfonso Revollo.
Los centros de poder mundial aplaudieron los operativos. Los organismos financieros calificaron de estatistas, antidemocráticos y pre modernos a los que combatían las plagas. De la retaguardia emergieron los langostinos nativos, quienes engordaron sus cuentas bancarias con contratos de consultoría suscritos con Revollo, el Ministro de Capitalización y cajero del MNR, en las elecciones de 1997, en cuyas cuentas, y no en las del Tesoro General de la Nación (TGN), se depositaron los impuestos de los contratados. No obstante, los contratos más rentables, cuya suma global ascendió a $US 180 millones, estuvieron reservados a Bancos extranjeros.
El ex ministro de Víctor Paz Estensoro, Juan Cariaga, se embolsilló $US 350.000 por buscar socios para el LAB en Asia, EEUU y Europa y diseñar un impuesto adicional a las petroleras (el surtax). No halló ningún socio. La empresa aérea fue entregada a delincuentes brasileños y el impuesto resultó incobrable. Cariaga dice que con $US 50.000 organizó una fundación que lleva su nombre. Curiosa forma de recordar su anguria.
Claude Bessé, además de cobrar su suculento sueldo de Superintendente, firmó contratos de consultoría por $US 263.000. Olvidó las incompatibilidades inherentes a su cargo y que nadie puede cobrar, al mismo tiempo, dos emolumentos del Estado. El ex Superintendente de Hidrocarburos, Mario Miranda Pacheco, se benefició con $US 70.000 por aportar ideas que estrangularon a YPFB. De manera paralela, escribía notas periodísticas en las que aparentaba defender el interés nacional. Cayetano Llovet cobró $US 14.000 por un informe cuyo texto no aparece, en tanto simulaba ser un analista independiente y objetivo.
La "Capitalización" no tiene nada que ver, en teoría, con Bancos quebrados. Sin embargo, el tecnócrata del Banco Mundial, Javier Nogales, cobró $US 20.000, en 30 días, por sugerir la forma de "reflotar" al Banco Hipotecario, de Fernando Romero, ex Ministro de GSL. Nogales, ahora de Ministro, ha destinado $US 14 millones para salvar al Banco Unión del ex senador chileno Beltrán Urenda, del diputado del MNR Jorge Valdez y del ex Ministro Andrés Petrisevic. Pese a esas sangrías, el Presidente Carlos Mesa y Nogales incrementarán el precio de las garrafas de gas, a fin de disminuir el incontrolable déficit fiscal.
Jorge Canelas, director del Semanario "Pulso", encubre estas trapacerías, al afirmar que todo se reduce a saber si los contratados cumplieron sus compromisos (4-12-03), así evita pronunciarse sobre la ilegalidad e inmoralidad de los mismos. A propósito, ¿no debería decir algo sobre estos temas la delegada presidencial para la lucha contra la corrupción, Lupe Cajías? ¿No dirá nada la Asociación de Periodistas sobre "solicitadas" pagadas por Revollo y publicadas como noticias y reportajes?
¿No sería útil que una comisión parlamentaria (como sucedió en el caso del LAB), establezca los alcances de las estafas en las consultorías citadas? ¿No debería el Colegio de Abogados señalar las violaciones legales de las mismas? ¿No sería conveniente que el Colegio de Economistas (o de Auditores) precise los daños ocasionados al país por los descapitalizadores y sus beneficiarios? ¿Es que preferimos seguir pidiendo limosnas foráneas a vivir con dignidad?