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Latinoamérica


FRANCISCO MORAZÁN: patriota y revolucionario
Su proyecto sigue vigente en C.A.


Redacción Bartolo Fuentes
Revista Vida En La Maquila
La Fogata

DOS "INDEPENDENCIAS" SIN CAMBIOS


La llamada independencia de 1,821 no significó ninguna transformación en las sociedades centroamericanas. No se tocó los inmensos latifundios en manos de los terratenientes y la iglesia, herederos de la colonia. Se alejó la corona española, pero sus servidores siguieron gozando de los mismos privilegios.

La opresión continuó: pago de diezmos y primicias a la iglesia, cobro de impuesto de importación de una región a otra llamado alcabala, eran legales los castigos con azotes y el garrote, la pena máxima era la decapitación y la cabeza hervida en aceite.

Buscando protección imperial, los llamados "próceres de la independencia" el 5 de enero de 1822 anexaron Centroamérica a México, en ese entonces gobernado por el emperador Agustín de Iturbide y la oligarquía colonial mexicana. Iturbide fue derrocado en 1823 y la oligarquía centroamericana tuvo que elaborar una nueva acta de independencia el 1 de julio de 1823.otra vez quedó todo igual.

Los dirigentes políticos decidieron organizar la República Federal Centroamericana y en abril de 1825 se elige a Manuel José Arce como primer presidente de la misma.

En lugar de encaminarnos a la real independencia, durante el gobierno de Arce se dan las primeras formas de penetración norteamericana a través de la firma del "Tratado de Paz, Amistad, Comercio y Navegación", y el capital inglés establece sus primeros vínculos con la economía centroamericana a través del otorgamiento de un empréstito de la casa Barclay and Herring para organizar las finanzas de la República Federal.

La exigencia del pago de la deuda se va a convertir en un pretexto del gobierno inglés para chantajear política y diplomáticamente a los gobiernos centroamericanos. El embajador inglés Chatfield, verdadero procónsul, junto a la armada inglesa se tomó numerosas aduanas de Centroamérica para presionar por el pago de la deuda, entre ellas la de Trujillo, Omoa y Amapala. También en ese momento Inglaterra va a inundar a Centroamérica con sus productos manufacturados.

SURGE LA LUCHA DE MORAZÁN


En diciembre de 1826, Arce, aliado a la oligarquía colonial guatemalteca, intenta dar un golpe de Estado convocando a otro Congreso Federal con el objetivo de imponer a la sociedad centroamericana los intereses de la oligarquía guatemalteca y de los grandes terratenientes de Centroamérica.

Lo anterior dio lugar a la guerra civil en Centroamérica, y surge en la escena histórica el hombre que condensa el pensamiento más avanzado de aquella época, uno de los mejores hijos de Centroamérica: Francisco Morazán; a quien se le ha proyectado nada más como excelente jefe militar, pero poco se divulga su pensamiento y cualidades de gran conductor político.

La guerra civil concluye en 1829 con la entrada triunfal de Morazán a la ciudad de Guatemala, reducto del poder colonial, tras la capitulación de las tropas de la oligarquía guatemalteca, la fuerza más retrógrada y reaccionaria de aquella época.

LA REVOLUCIÓN MORAZANISTA


Morazán gobernó Centroamérica durante diez años, divididos en dos períodos presidenciales.

A diferencia de la mayoría de liberales centroamericanos, Morazán era enemigo del latifundio, por ser un pequeño comerciante que era golpeado por el monopolio comercial y los abusivos impuestos. Pertenecía a la pequeña burguesía en formación, que durante los movimientos independentistas levantaron las banderas de la independencia con revolución, es decir, con profundas transformaciones de la sociedad colonial.

Morazán expresaba las corrientes políticas más avanzadas de aquel momento. Fiel heredero de los movimientos revolucionarios de Centroamérica y formado en la ideología liberal revolucionaria se propone transformar radicalmente la oscura y atrasada sociedad colonial centroamericana y construir la nación burguesa soberana e independiente, constituir el estado nacional centroamericano, destruir el latifundio y toda la herencia colonial. Esto en aquella época era una acción profundamente revolucionaria.

Grandes sectores populares participaron de esta lucha porque era el combate por liberarse del pago de los tributos y por el reparto de la tierra.

Por eso no es casual que Morazán fuera apoyado por un ejército de campesinos centroamericanos, provenientes en el caso de Honduras de Texíguat, Curarén, Alubarén, Reitoca, Goascorán, Sulaco, Ilama, que con gran sacrificio, recorrieron Centroamérica combatiendo a los grandes terratenientes y a los grandes comerciantes "enemigos de la independencia y de la libertad", tal como los llamara el mismo Morazán.

Mientras, Estados Unidos e Inglaterra se disputaban el dominio de Centroamérica para construir y controlar un canal que uniera el océano Atlántico con el Pacífico. En ese momento la intromisión inglesa era más fuerte: ocupaba militarmente Belice, controlaba las Islas de La Bahía y amenazaba con acaparar la costa atlántica de Honduras y Nicaragua.

A través de su embajador Chatfield, Inglaterra pretendía someter a su control toda la vida de nuestros países. Es por eso que el imperialismo inglés es el otro enemigo que enfrentó la revolución morazanista.

Pero la revolución morazanista no golpeó con la suficiente fuerza el poder económico de la oligarquía. Hizo falta una base económica que unificara la Federación Centroamericana, una clase social que ocupara el lugar de los terratenientes e impulsara el desarrollo de la nación.

La oligarquía desplazada del poder político inicia una sólida contrarrevolución, primero desde México, luego desde algunas islas del Caribe, hasta que se toma la ciudad de Guatemala, en el año de 1839, quedando derrotada la revolución morazanista.

El proyecto de Morazán era anticolonial, revolucionario y patriótico, de ahí la férrea oposición de las oligarquías y del imperialismo inglés que no descansaron en su lucha hasta lograr su aniquilamiento físico, asesinándolo la triste noche del 15 de septiembre de 1842.

Morazán es el forjador de la lucha por la auto determinación de nuestros pueblos frente a las potencias imperialistas extranjeras, por la integridad territorial y por el derecho de los centroamericanos a construir una nación soberana e independiente. Su proyecto es totalmente vigente en Honduras y Centroamérica y sólo puede ser impulsado por los pueblos y no por quienes se entregan a las ordenes de los nuevos colonialistas para gozar de sus beneficios mientras disfrutan del espectáculo montado cada 15 de septiembre.

Los proyectos integracionistas de los gobiernos actuales de Centroamérica son la negación del pensamiento de Morazán y reflejan mas bien el pensamiento de quienes asesinaron al héroe y se aliaron a las potencias imperialistas.

Acciones durante la revolución morazanista
Igualdad de los hombres ante la soberana majestad de la República, la esclavitud desaparece de su suelo.
Eliminación de los diezmos. Se dictan nuevas leyes de hacienda.
Declarada la libertad de comercio, de imprenta y de cultos.
La educación básica fue declarada gratuita y obligatoria.
Separación de la iglesia del Estado. Se expropian de los bienes y tierras eclesiásticas.
Expulsión de Centroamérica a los colonialistas más recalcitrantes.
Se adoptó el sistema de juicio por jurados y se suprimió el cadalso político.
Fomento a la agricultura y de la industria nacional dándole facilidades.
Apertura de nuevas vías de comunicación y habilitación de otros puertos.
Se iniciaron los esfuerzos para recuperar Islas de la Bahía, lucha por la soberanía de Belice y demás territorios centroamericanos en manos inglesas.
Decisión de construir el canal interoceánico con fondos centroamericanos, oponiéndose a los designios del imperialismo inglés.

"Si consultamos la historia veremos que el derecho de las grandes naciones se ha fundado, en algún tiempo, en causas de tal naturaleza que sólo hubieran excitado la burla y el desprecio, sino hubiesen sido sostenidas por las armas, y este abuso funesto para los pueblos débiles, que la ambición ha sancionado tantas veces y legitimado el derecho del más fuerte, se ha repetido por desgracia en nuestros dias".
Manifiesto de la Unión, El Salvador, febrero de 1841