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Latinoamérica

La hora del adiós


Andrés Cabanas
La Fogata


Y el General se fue. Se fue al primer intento legal de acceder a la Presidencia desde 1974. Se fue sin poder legitimar en las urnas su poder mediático, militar, violento, vertical, polarizador y excluyente. Se fue porque sólo el 10% del censo y el 5% de la población votó el domingo nueve de noviembre por él.

El tercer lugar obtenido en las votaciones presidenciales, supone una derrota personal y es de suponer que el fin de la presencia política pública de Ríos Montt. Su insistencia en presentarse a las elecciones aún a costa del retorcimiento de la ley, convirtió aquellas en un plebiscito sobre su figura. Plebiscito que Ríos Montt y sus allegados seguramente no esperaban perder de manera tan rotunda. Pero el cuarto dedo de la famosa manita-símbolo del Frente Republicano Guatemalteco, FRG, es el dedo del no, o el dedo del hasta aquí, o el dedo del no va más, o el dedo del marchate, por favor. Algunos dicen que se fue dignamente y aceptó su derrota como un caballero, pero otros temen su regreso (¿asesor principal de la bancada del FRG?). Un regreso, como fue toda su estadía, por la puerta de atrás de la política.

Asimismo, hay que analizar su derrota no sólo en clave individual, sino como la esperada derrota de una generación política y sobre todo la de la cultura política autoritaria y violenta que representa. En este sentido, la lectura que la sociedad guatemalteca ha realizado de la manifestación de fuerza del 24 y 25 de julio parece haber caminado en dirección contraria a las expectativas del partido gobernante. Tarea para sociólogos: analizar el cambio de mentalidad de una sociedad hastiada y no cautiva de la violencia, especialmente entre la generación joven, la mayoritaria.

No obstante, la derrota de Ríos Montt se ve matizada por un escenario político incierto y carente de propuestas de nación integradoras. En primer lugar, el poder local, eje de la participación y la democratización, no ha podido ser renovado ni legitimado: alcaldes electos con menos del 20% de votos de electores (en Cobán el candidato ganador obtuvo 9,402 votos sobre 46,856); la debilidad de las leyes de descentralización; la carencia de recursos económicos conforman una democracia débil en el ámbito más cercano a la población.

En segundo lugar, el hecho de que la lucha electoral se centró en personas (carácter plebiscitario) y no en propuestas, y que las tres opciones triunfadoras (Gran Alianza Nacional, GANA, Unidad Nacional de la Esperanza, UNE y FRG, las dos primeras en la carrera presidencial y la segunda en el Congreso)g defienden básicamente intereses empresariales, ya sea de ricos o de nuevos ricos, y no han articulado respuestas a los principales retos del país.

El tercer elemento negativo se basa en el riesgo de que la movilización ciudadana del nueve de noviembre no se traduzca en movilización social frente al próximo gobierno, cualquiera que sea, para exigir la transformación de la sociedad, y dar inicio a una nueva, y esperamos que última, fase de transición a la democracia.

Un cuarto factor es la escasísima representación de indígenas (menos del10%) en el Congreso y la todavía menor y decreciente de las mujeres, reflejo de su exclusión general.

El quinto elemento negativo se refiere a los resultados obtenidos por los partidos de izquierda que se presentaban a las elecciones. Aquí, no es tanto hora de lamentos como de reflexiones profundas. La Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, URNG, debe detenerse en un análisis que tenga en cuenta no sólo los factores externos de los malos resultados (medios de comunicación, falta de recursos, violencia, voto útil) sino también los internos (falta de claridad en las alianzas con el FRG, poca legitimidad de los liderazgos, desconocimiento del proyecto actual de la izquierda). Asimismo, urge que la URNG construya su referente político no en oposición a otras fuerzas de izquierda, sino de la derecha. Y, por último, la URNG debe sobrepasar la tendencia a cerrar filas en momentos de crisis y apostar por la renovación y la innovación.

Tampoco es hora de triunfalismo para la Alianza Nueva Nación, ANN, que debe acompañar la buena posición lograda en la votación en la capital con madurez, capacidad conciliatoria, humildad, proyección estratégica, trabajo de base, promoción de nuevos liderazgos, autonomía, articulación horizontal con el movimiento social, apertura a sectores ausentes de sus filas (indígenas, mujeres, campesinos). Es decir, todo aquello que la izquierda ha descuidado en los últimos años y que constituye su identidad más profunda y su razón de ser.

Para ambas, URNG y ANN, conviene detenerse a observar el potencial de izquierda existente en el país, muchos de cuyos votos fueron a opciones conservadoras y otros engrosaron las filas de los votos nulos, en blanco y la abstención. ¿O no es real y potencialmente transformadora la actitud de aquellas y aquellas que esperaron un promedio de dos horas sólo para anular su voto o dejarlo en blanco, porque conscientemente no apoyaban ninguna de las opciones presentadas, ni de izquierda ni de derecha? ¿No es esa una actitud profundamente cívica, profundamente consciente, democrática y ética, es decir, profundamente de izquierdas? Y fueron en la elección a presidente y vicepresidente 120,000 votos; en el listado nacional, más de 300,000.

No te vayas todavía
En fin, a pesar de todo Ríos Montt se fue de la política, por lo menos de aquella que precisa refrendo popular para ser ejercida. No obstante, no deseamos que se vaya de todo, General. Antes de irse, General, todavía tiene que rendir cuentas de muchos de sus actos. Todavía tiene que aclarar qué pasó con los cientos de aldeas arrasadas durante su mandato (sólo en el norte del departamento de Quiché se produjeron 32 masacres, según datos proporcionados por Victoria Sandford en "Violencia y genocidio en Guatemala"). Es necesario que explique qué sucedió con los miles de millones robados durante el gobierno del FRG, que usted de manera tan autoritaria y/o carismática preside. También queremos saber dónde se encuentra la catedrática universitaria Mayra Gutiérrez, desaparecida en los primeros meses del gobierno de su partido (abril de 2000). Y después, sólo después, le daremos el adiós final y para siempre.