Por: Alejandro Gómez

La desmovilización hoy de 800 integrante del paramilitar Bloque Cacique Nutibara (BCN) genera serías dudas en la sociedad colombiana y analista locales, pues se desconoce quiénes son en realidad las personas que entregarán las armas.

Salvo los tres decretos presidenciales que avalan ese proceso, poco se sabe de la logística y los acuerdos previos entre el Gobierno y el grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), del que hace parte el BCN, para llegar a este punto.

De acuerdo con fuentes oficiales, los 800 integrantes del BCN se concentrarán hoy en el poblado La Ceja, del noroeste departamento de Antioquia, donde estarán unas tres semanas antes de reincorporarse a la vida civil, que es lo mismo que retornar a sus hogares.

El único antecedente se encuentra en el Acuerdo de Santa Fe de Realito, firmado entre el Gobierno y las AUC, el 15 de julio pasado y en el cual los paramilitares se comprometieron a iniciar su desmovilización antes de finalizar 2003.

Analistas locales consultados coinciden en que en este proceso tienen puesto los ojos muchas organizaciones e instituciones internacionales, sobre todo de derechos humanos, por la posible impunidad en que podrían quedar los delitos de lesa humanidad cometidos por los paramilitares.

Los grupos paramilitares surgieron en la década de los 80 del pasado siglo al amparo de las autoridades oficiales, terratenientes y algunos sectores militares como contrapartida de los grupos guerrilleros colombianos.

¿Si algún proceso tiene ojos internacionales es el de los paramilitares, donde si el Gobierno pasa de ´agache´ con un delincuente que haya violado los derechos humanos se nos viene encima la comunidad internacional?, explicó una fuente que prefirió el anonimato al diario El Colombiano, de Medellín.

Por su parte, la columnista del diario El Tiempo María Jimena Duzán asevera que ¿todo está preparado para que mañana en Medellín 800 paramilitares, muchos de los cuales son, al parecer, sicarios a sueldo y miembros de las bandas asesinas que han asolado al país, se entreguen sin ton ni son?.

Se entregarán simplemente así, sin que hubiera mediado un proceso de paz, sin que hasta ahora sepamos a cambio de qué se están desmovilizando; sin que nos hayan dicho si van a dejar las armas o cuáles van a ser los controles para impedir que una vez desmovilizados muchos de ellos sigan a sus anchas manejando el negocio de la droga en sus barrios, sostiene Duzán.

Asimismo, otros expertos han expresado su preocupación porque aún no está claro quiénes son las personas que van a desarmarse en la ciudad y a qué actividades se dedicarán una vez concluya la fase de reincorporación a la vida civil.

El temor de esos analistas se fundamenta en que, según señalaron, ¿la política de seguridad democrática del presidente Alvaro Uribe deja abierta una puerta al reciclaje del paramilitarismo?