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Latinoamérica

MESA PIDE DONACIONES, PERDÓN DE DEUDAS Y NUEVOS CRÉDITOS

Econoticiasbolivia.com (Gabriel Tabera)
Santa Cruz, noviembre 13, 2003.- Saqueada por las trasnacionales y exprimida a fondo por sus gobernantes y su voraz tecnoburocracia, Bolivia, el país que entregó a precio de regalo sus ingentes riquezas de gas, petróleo y minerales, se ha convertido por obra del neoliberalismo en un país pedigüeño que implora la caridad internacional.
Incapaz de recuperar la propiedad sobre las riquezas naturales, hoy en manos de las transnacionales, el presidente boliviano, Carlos Mesa, un exitoso periodista neoliberal y ahora próspero empresario, se alista a pasar el sombrero entre los asistentes a la XIII Cumbre Iberoamericana. Perdida la dignidad, sin rubor ni vergüenza, todo es bienvenido: donaciones a fondo perdido y de libre disponibilidad, perdón de las viejas deudas y nuevos créditos a cualquier precio, atados a nuevos compromisos para vender el gas y profundizar más el libre comercio.
Al gobierno boliviano le urge obtener recursos frescos para salir de la insolvencia y la quiebra fiscal, por lo menos temporalmente. "Voy a pedir, específicamente a las naciones grandes, ayuda económica fuerte y una respuesta a corto y mediano plazo", anunció Mesa, poco antes que comenzaran a llegar a la ciudad oriental de Santa Cruz de la Sierra, sede de la Cumbre, los presidentes de Iberoamérica.
Los visitantes ya han adelantado su predisposición para apoyar política y económicamente a Mesa. Nadie quiere que le ocurra lo mismo que a Gonzalo Sánchez de Lozada, el millonario ex presidente que fue derribado por una insurrección popular. Nadie quiere, tampoco, que el ejemplo de Bolivia cunda por el resto del continente, aquejado en mayor o menor grado por los mismos problemas: deuda externa, crisis económica, empobrecimiento de la población y un profundo malestar social, que crece a pasos agigantados.
REDUCCIÓN DE LA DEUDA
Las señales de apoyo hacia Mesa ya han comenzado por el lado de Brasil. En un gesto de buena voluntad, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció días atrás la condonación de la deuda bilateral de 47,5 millones de dólares, equivalente al uno por ciento del total de la deuda externa boliviana, y el incremento de las compras de gas boliviano de 11 a 18 millones de metros cúbicos diarios, que reportarán un poco más de ingresos a las desfallecientes arcas fiscales del Altiplano.
La "concesión" de Lula ha sido bien recibida en esferas gubernamentales. "Algo es algo", dicen cuando los periodistas acreditados en Palacio les recuerdan, con datos oficiales en mano, que en los últimos tres años la exportación de gas al Brasil generó algo más de 500 millones de dólares, que pagados por el gobierno de Lula fueron a parar en su mayor parte a las arcas de Petrobras, la petrolera estatal brasileña que se ha hecho del control de muchos y ricos pozos de gas y petróleo de Bolivia, al amparo de excesivas y onerosas concesiones hechas por los gobiernos neoliberales de Sánchez de Lozada y del ex dictador Hugo Banzer.
Por las exportaciones de gas al Brasil, el Estado boliviano recibe anualmente un promedio no mayor a los 35 millones de dólares, la quinta parte de lo que obtiene Petrobras.
Pese a ello, el embajador de Brasil en Bolivia, Antonio Mena, no dudó en declarar que "la cooperación a favor de Bolivia se la aplicaría sin condiciones, merced a la necesidad que tienen los pueblos para cooperarse mutuamente".
Voceros de otros gobiernos también han adelantado la posibilidad de reducir la deuda bilateral boliviana, además de interceder ante el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para que se dé un mayor apoyo a Mesa.
DONACIONES, CRÉDITOS Y GAS
El gobierno boliviano también aguarda que los presidentes reunidos en Santa Cruz puedan proporcionar o gestionar donaciones y nuevos créditos. "Bolivia pedirá un fondo de donaciones con recursos de libre disponibilidad para realizar inversiones en proyectos de alto impacto social", adelantaron voceros oficiales al matutino La Razón.
Hay expectativa y negociaciones avanzadas para la concesión de donaciones y nuevos créditos, aunque sujetas a decisiones muy comprometedoras para el nuevo Presidente, que asumió el cargo el 17 de octubre, tras la convulsión social desatada por la intención de Sánchez de Lozada de impulsar la exportación de gas a Estados Unidos, proyecto que reportaría un ingreso anual de 1.300 millones de dólares para las petroleras extranjeras y solo entre 50 a 70 millones para el Estado boliviano.
Según adelantó el presidente de la Corporación Andina de Fomento (CAF), Enrique García, el gobierno de Mesa obtendría apoyo financiero internacional siempre y cuando dé vía libre a la exportación del gas.
"Es clave que Bolivia defina su política relacionada con los hidrocarburos, con claridad y rápido", dijo al señalar que sería "un suicidio nacional" poner trabas a la exportación de gas.
Las exigencias internacionales son tan claras que el propio Mesa advirtió, a través del matutino El Deber, sobre las consecuencias de no aprobar el proyecto. "En el mundo hay la idea de que si Bolivia decide no vender el gas, las condiciones de relacionamiento, de financiamiento del crédito, van a cambiar radicalmente".
A pesar que se había comprometido a convocar a un referéndum sobre el tema del gas, Mesa ya adelantó su intención de aprobar la exportación, sin entrar a debatir ni resolver el eje del problema que es dilucidar quién debe ser el propietario y beneficiario de la riqueza hidrocarburífera: el Estado o las transnacionales.
MÁS LIBRE COMERCIO
Otro tema clave en el relacionamiento internacional es la profundización del libre comercio. Tomando como propia la perspectiva de los países desarrollados, las autoridades bolivianas plantearán en la XIII Cumbre una mayor apertura comercial y la reducción de aranceles, para abrir mercados y acrecentar ingresos de los grandes empresas agroexportadoras que operan en la región oriental del país. En la lista de beneficiarios están las empresas azucareras, los exportadores de soya y los madereros. En la de los afectados están los pequeños agricultores y campesinos del Altiplano y los valles, que cada día pierden mercados e ingresos por el masivo ingreso de productos más baratos de los países vecinos.
"Hay la posibilidad de acordar un programa para favorecer las exportaciones bolivianas con la liberación de aranceles", adelantó el viceministro de Relaciones Económicas Internacionales de Bolivia, Isaac Maidana.
La propuesta boliviana, de abrir mercados y bajar aranceles, ya había sido presentada en la frustrada reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y rechazada por las organizaciones campesinas y sociales del país.