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Latinoamérica

22 de octubre del 2003

Cuzcatlecos alertan a los ticos
Salvadoreños pagan hasta 300% más que en Costa Rica por servicios telefónicos
Alonso Gómez Vargas
Los pobres de la tierra.org
A criterio de muchos salvadoreños, si se diera la privatización de las telecomunicaciones en Costa Rica, el pueblo tico deberá pagar hasta un 300 % más por los servicios telefónicos, como les sucede a ellos.

El tema de la privatización de las telecomunicaciones en Costa Rica es, sin lugar a dudas, el principal motivo de comentarios no solo en el territorio nacional, sino en nivel centroamericano, dado que ya los representantes de Estadios Unidos han dado un ultimátum, en el sentido de que si no se da la apertura no se firma el Tratado de Libre Comercio (TLC).

Ante esta situación, las corrientes interesadas en la aprobación del TLC están promoviendo, por todos los medios de comunicación, la privatización de los monopolios estatales, principalmente del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y del Instituto Nacional de Seguros (INS).

En lo que respecta a otras naciones del área, y en especial a El Salvador, donde la privatización ha golpeado muy fuerte a las clases menos privilegiadas, hay sectores que ven con buenos ojos la posición del presidente Abel Pacheco, quien ha defendido a capa y espada el patrimonio del país, contra las ambiciones foráneas e internas, y se ha echado encima intereses poderosos.

No obstante, parece que esas presiones podrían hacer que el mandatario dé marcha atrás; y esto, a criterio del pueblo cuzcatleco, traería serias consecuencias.

La privatización de la empresa de telecomunicaciones (Antel), en El Salvador, se dio, y la de la distribución de la energía (Caess), también; asimismo, vendieron la generación de electricidad por plantas térmicas movidas por diesel o búnker, aunque no así la generación hidroeléctrica y la geotérmica, pero ya están listas.

Al privatizar telecomunicaciones, había 200.000 líneas listas para ponerlas en funcionamiento, con un coste de tan solo 30 millones de dólares y, al final, los privatizadores se saludaron con sombrero ajeno.

En la campaña de privatización, dijeron que iban a abaratar las tarifas y las aumentaron 1.300% (sí, mil trescientos por ciento), vendieron edificios, plantas, oficinas, agencias y controlaron más del cincuenta por ciento de las telecomunicaciones; paralelamente, a los sindicalistas los engancharon, les dieron la indemnización y les vendieron acciones.

Recientemente, llegó a El Salvador la transnacional mexicana Telmex, la cual compró el 51% de France Telecom, en 417 millones de dólares, y a los inversionistas, ex empleados de Antel, los han dejado abandonados.

"Hoy tenemos unas tarifas leoninas y aumentan a cada rato", manifestó un conocido empresario salvadoreño, quien pidió mantener su identidad en el anonimato, y agregó que las tarifas telefónicas de El Salvador llegan a alcanzar hasta un 300% más que en Costa Rica.

A manera de ejemplo, y de acuerdo con la moneda costarricense, la tarifa telefónica básica residencial, que en Costa Rica es de ¢1.650,00 (más 150 minutos gratis), en el El Salvador cuesta ¢3.847,45 (y cero minutos gratis), lo cual significa un 274 % más caro.

Algo similar ocurre con la tarifa básica comercial, y peor aún con los impulsos o minutos adicionales que el ICE cobra a ¢3,25 durante el día, mientras en El Salvador esto cuesta un 294% más caro.

En El Salvador, cuando se habla del área metropolitana al resto del país, y viceversa, cuesta el minuto de tarifa plana ¢16,00 y tarifa reducida ¢11,65, o sea es más caro en El Salvador 43% y 720%, respectivamente, que las tarifas costarricenses.

Otro dato interesante es que en Costa Rica el ICE cobra el segundo en las llamadas, mientras en El Salvador, aunque se pase un segundo, cobran el minuto completo.

La telefonía celular es bastante eficiente en El Salvador, con diferentes planes de telefonía y en algunos servicios hay facilidades de financiamiento de teléfonos, pero en términos generales las tarifas son dos y tres veces más caras que en Costa Rica, recalcó el empresario cuzcatleco.