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Latinoamérica

EL CAMINO DEL INCA, EL MAS LARGO DEL MUNDO

Por: Odalys Buscarón

Al desandar por los míticos valles, que parecen empinarse hacia las cumbres de los Andes, reaparece bajo nuestros pasos una cadena de empedrados hilvanados en cientos y miles de kilómetros, los mismos que recorriera el Inca en la expansión del Imperio del Sol.

 

Entre acantilados rocosos, sierras y páramos yace como inerte en el tiempo el Camino del Inca, una de las monumentales obras de la arquitectura vial precolombina que hizo inmortales a los habitantes de las tierras del Tahuantinsuyo, en un vastoterritorio desde Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia, Argentina y Chile.
Cuando llegaron las huestes del conquistador Francisco Pizarro a la ciudad de Machupichu en 1532, el imperio se había extendido hacia el este y sur de los Andes, cubriendo cordilleras, valles, semidesiertos, sierras y tupidas selvas hasta la llanura chaqueña de Argentina, descendiendo los cuatro mil metros de altitud.
Allí, como abrazada a las nubes, esta civilización levantó sus templos sacros para adorar al astro rey y a la divinidad responsable de la fertilidad.
Los vestigios arqueológicos testimonian esa historia, la cual conservada, reposa entre las rocas pulidas y escarpadas, y que la madre Naturaleza tan a bien nos entrega.
Estas piedras empotradas en lo más profundo del suelo sirvieron de descanso y brújula durante muchos siglos atrás a las caravanas de pueblos, dueños de antaño del canto del cóndor y de las llamas andinas: los protagonistas de un esplendor jamás imaginable por estas tierras.
Recorrer la Ruta del Inca, como también se le conoce, es toparse con una de las grandes cumbres de la historia americana, levantada siempre 'mirando la salida y puesta del Sol'.
'Los incas construyeron el camino más importante y más largo del mundo, desde el Cuzco a Quito, y además, desde Cuzco a Chile, por unas 800 leguas. No creo que nunca se haya construido algo tan grandioso en el curso de la historia humana, que pueda compararse con este camino?¦' escribiría en uno de sus pasajes sobre Perú, el cronista español Pedro Cieza de León.
Para el llamado segundo descubridor de América, el científico alemán Alexander Von Humboldt, fue 'la mayor hazaña de la humanidad'.
La impresionante red de caminos, resultado de la savia de los emperadores incas y jefes militares, se usó en la mensajería y el control de todos los súbditos del imperio, según estudiosos del tema.
En hileras de piedras, los senderos incaicos cubren unos 25 mil kilómetros hasta las provincias argentinas de Salta, La Rioja, Jujuy, Mendoza, San Juan y Catamarca.
Pero se sabe que, a la llegada de los conquistadores españoles, las rutas estaban ramificadas en una longitud de 40 mil kilómetros, a punto de tocar el corazón del subcontinente.
Inka Ñan
El Qhapaq ñan o Inka ñan (Camino del Inca), además de ser uno de los mayores aportes de esta civilización, como lo fue el calendario maya, simbolizó el poder y la cohesión alrededor de un sistema político y social que imperó por siglos a lo largo de esta porción geográfica.
La columna vertebral del Camino del Inca -según los historiadores- fue la arteria conocida como Capacñam, de unos dos mil 500 kilómetros, con su nacimiento en el Cuzco y numerosas bifurcaciones hacia el Sur.
Junto al tráfico humano, las llamas transitaron también estos parajes, como animales de carga empleados para transportar a distancias minerales y productos de todo tipo, con lo cual el comercio fue también una de las virtudes desarrolladas por esos pueblos.
Si algo deja perpleja la mirada del hombre post-moderno es la curiosa pertinencia de unir dos puntos geográficos con la menor distancia posible.
Esto sin obviar las fuentes de agua o la inclinación de la topografía del lugar, tan agreste en ocasiones, pero que denotan cómo las técnicas aplicadas minimizarían cualquier esfuerzo físico de los viajeros.
Así, los senderos líticos aparecen por tramos mezclados unas veces en línea recta o zigzag, auxiliados de puentes fijos, voladizos, de madera o roca; colgantes sobre lagos; escalinatas, rampas y altísimas paredes erguidas sobre precipicios y abruptas laderas.
En las fatigosas marchas a través del policromo paisaje andino, los caminantes encontraron reposo nocturno en varias de las fortalezas edificadas a mitad de camino, algunas de cuyas ruinas se conservan en pie.
Hace casi un año, un equipo de arqueólogos argentinos desenterró de la maleza, casi intacto, un estrecho tramo del Camino del Inca, en la cordillera de los Chicas en Bolivia, a cuatro mil metros de altura, construido unos 500 años atrás.
El mismo grupo de investigadores descubrió en abril de 2001 el único puente que preserva su estilo original, con nueve metros de alto y 2.5 metros de ancho, en la región boliviana de Tarija.
Cerca de Potosí, otro antiguo viaducto de 15 metros de largo, tres de alto y seis de ancho, con tres alcantarillas en buen estado de conservación, sería avistado por los 'buscadores de la huella incaica'.
El vasto corredor trasandino, que hoy recorren turistas de diferentes latitudes atraídos como un imán por la maravillosa ciudad del Sol, guarda celoso enigmas de un pasado edificado por soberanos y pueblos.
Tal como suele ocurrir con la herencia cultural y arqueológica precolombina, el Camino del Inca peligra si no se apura una definición como Patrimonio de la Humanidad, a instancias de la Organización de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO), con vistas a su conservación para generaciones futuras.