VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

Ecuador: Pensando en la unidad

Edgar Isch L.
Quincenario Tintají / Quito

El Congreso de los Pueblos se va constituyendo en un importante espacio de integración y unidad de amplios sectores de los trabajadores y los pueblos del Ecuador. La presencia en su seno de organizaciones sociales junto a los partidos y movimientos de izquierda, plantea una configuración ideológica común y básica sin la que un proceso unitario a largo plazo no es posible.
Cierto que allí no están todos los que deben estar, pues a pesar de haber sido convocada, falta la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador) y la importante vertiente popular que representa con el Movimiento Pachakutik. Cierto también que esa integración es necesaria en un país como el nuestro. Pero igualmente es verdad que la unidad de los sectores populares no responde solo a las actitudes o posiciones de los actores y menos a la de un solo sector.
¿Qué nos diferencia del Brasil o Uruguay con importantes procesos unitarios? Mucho, historias distintas, una diversidad étnica con mayor trascendencia nacional, una composición de fuerzas diferente. En fin, en este caso, si no se consideran los contextos específicos cualquier comparación quedará corta y lo peor, puede llevar a consideraciones como que "los ecuatorianos somos así, incapaces de unirnos".
Esto no significa pesimismo frente a las posibilidades de unidad. Al contrario, es desearla y estar dispuestos a trabajar por ella pero desde la base que la realidad del país y los pueblos del Ecuador presentan y que nos obligan, a todos, a partir desde el reconocimiento del otro, de su presencia tanto como de su accionar, de los puntos en los que coincidimos y de los que mantenemos visiones distintas pero que no justifican confrontación.
Y eso lleva a la segunda condición: el debate franco y de cara a los que cada quién representa. Poner en cuestión, por ejemplo, si la unidad debe incluir a oligarcas como Joice Ginatta o debe privilegiar acercamientos entre los sectores claramente identificados con la lucha contra el neoliberalismo; o sobre la experiencia de participación en el gobierno nacional, no parcialmente desde el ángulo de cada fuerza sino desde el significado que tuvo para el conjunto del movimiento popular en el Ecuador; o el ejercicio de gobierno local que deja réditos y avances para la gente, pero que no afecta en la esencia del sistema de dominación.
A esto hay que sumar la lucha por los objetivos comunes. Hemos estado tantas veces compartiendo las plazas, calles y comunas, lanzando las mismas consignas con la misma fuerza y ánimo, que cabe recordarlo para valorar lo que hemos logrado cuando todos hemos estado juntos, tanto para tumbar gobiernos o para tener significativos triunfos electorales.
No se trata de una fórmula para la unidad. Son simplemente algunos requerimientos, tal vez los principales, que nos pueden permitir acercamientos a largo tiempo, más allá de las discrepancias puntuales y que pueden darse tanto en lo local como en lo nacional. Tan solo unas ideas desde el anhelo y compromiso unitario.
Por eso, nuevamente, la importancia del Congreso de los Pueblos como ejercicio unitario sobre el que todos hemos insistido y al que muchos le apuestan y la urgencia de lograr la confluencia entre el Congreso de los Pueblos y la CONAIE. Por eso y porque la nueva ofensiva neoliberal nos obliga a plantear la alternativa integral para el Ecuador y su destino.
_________________________________________
ECUADOR: Bianca Jagger respalda juicio contra la Chevron-Texaco Kintto Lucas QUITO, 10 octubre 2003 La activista por los derechos humanos Bianca Jagger constató este jueves y viernes la contaminación petrolera producida por la empresa Chevron-Texaco en las provincias nororientales de Sucunbíos y Orellana y respaldó el juicio contra la petrolera que llevan adelante los afectados.
La representante de Amnistia Internacional y Human Rights Watch señaló que "el honor de Ecuador y de toda América Latina esta en juego" en el juicio que se iniciará el 21 de octubre en la ciudad de Nueva Loja, capital de Sucumbíos.
Bianca Jagger, se vistió de luto para visitar las comunidades indígenas y campesinas afectadas por la contaminación ambiental de Texaco.
La activista, quien ha luchado contra la pena de muerte en los Estados Unidos, recordó que en la Corte de Nueva Loja, se condenarán los crímenes ambientales cometidos por una empresa transnacional.
La activista que nació en Nicaragua, rescató la importancia sobre lo que denominó que será el "juicio del siglo", donde, por primera vez, una compañía petrolera estadounidense será sometida a las resoluciones de una corte en América Latina.
"El desafío del Ecuador será representar a los intereses de toda América Latina", declaró Jagger al sostener que su visita "independiente" tiene como objetivo mostrar al mundo los crímenes ambientales cometidos por la Chevron-Texaco.
"Las prácticas de sondeo de Chevron-Texaco en el Ecuador constituyen un crimen ambiental", aseguró la mujer que ganó el premio por el Día de la Tierra en 1994.
Este mensaje es el que, según Jagger, debe quedar claro para que en ninguna nación se vuelva a descargar petróleo y derivados de alta toxicidad en las vías fluviales y ecosistema.
"La petrolera tendrá que asumir su responsabilidad. Debemos poner fin a los días en que las compañías petroleras consiguen actuar con impunidad en las naciones en desarrollo", afirmó Jagger quien dijo que en Ecuador se creará un precedente de la lucha contra la contaminación ambiental provocada por las grandes transnacionales.
Al comentar el balance de su recorrido por las zonas afectadas afirmó que le ha "impactado mucho la devastación ecológica", aunque ya conocía los reportes científicos.
"La visita me permite constatar directamente la contaminación y recoger información sobre los efectos de la explotación petrolera realizada por la Texaco", aseguró la ex esposa del Mike Jagger, líder de los Rolling Stone.
El dirigente campesino Luis Yanza señaló que la denuncia contra la firma estadounidense es una buena oportunidad para que los jueces ecuatorianos demuestren que en un país pequeño también se puede administrar justicia, "aun cuando al frente se encuentra un monstruo económico como Texaco".
La demanda derivada el 7 de mayo por la justicia de Estados Unidos, donde fuera iniciada hace más de nueve años por representantes de 30.000 indígenas y campesinos afectados, fue aceptada el jueves por la Corte Superior de Justicia de la septentrional ciudad de Nueva Loja, fronteriza de Colombia.
Según Steven Dozinger, abogado de los afectados quien acompaña a Jagger, este caso que fue presentado originalmente en Nueva York en 1993, ha sido demorado por años debido a que Texaco se rehusó a aceptar la jurisdicción de la corte estadounidense.
Sin embargo, según Dozinger, en un giro de los hechos la corte ordenó a Chevron-Texaco aceptar la jurisdicción del Ecuador y la obligó a pagar cualquier pena impuesta por la corte ecuatoriana.
La Corte acogió la querella "por ser clara, completa y reunir los requisitos" que requiere la ley, y pidió a la cancillería ecuatoriana que tramite la comparecencia del presidente ejecutivo de ChevronTexaco, David O'Reilly, quien reside en el sudoccidental estado estadounidense de California.
"La petrolera tiene la obligación de acogerse a la jurisdicción de los juzgados ecuatorianos, porque así lo dictaminó la Corte de Apelaciones de Estados Unidos", comentó a IPS Paola Delgado, integrante del equipo legal de los querellantes.
"La demanda en contra de ChevronTexaco es de importancia nacional y por eso presionaremos a la petrolera para que asuma la posibilidad de reparar el daño que causó por utilizar tecnología obsoleta", apuntó ante IPS Esperanza Martínez, de Acción Ecológica, una de las organizaciones sociales querellantes.
Por otra parte, Yanza, portavoz de una de las organizaciones sociales que litigan a la compañía, precisó que los indígenas piden la reparación de los daños ambientales ocasionados por Texaco en las nororientales provincias de Sucumbíos y Orellana, debido a la "explotación irracional de petróleo".
Desde 1994 se han acumulado pruebas que demuestran el impacto nocivo de la inadecuada tecnología petrolera utilizada en el país, agregó a IPS Yanza, del Frente de Defensa de la Amazonia, que representa a 30.000 miembros de los pueblos sionas, secoyas, cofanes y huaoranis.
El dirigente acusó a la entonces compañía Texaco (más tarde fusionada con Chevron) de destruir el ambiente de las selváticas tierras ancestrales al arrojar miles de millones de litros de desechos y crudo entre 1967 y 1990.
También indicó que la compañía abrió vertederos de desechos hidrocarburíferos a pocos metros de sus viviendas, provocando enfermedad y muerte de cientos de personas y de animales en las últimas tres décadas.
Por su parte, Toribio Aguinda, delegado de la nacionalidad cofán, comentó a IPS que aún se observan decenas de estanques donde la empresa enterró el crudo que ahora fluye en fincas y comunidades de la región.
El juicio a ChevronTexaco pasó de tribunales estadounidenses a Ecuador a raíz de que la Corte de Apelaciones del Circuito Sur de Nueva York se declaró fuera de competencia para el caso, explicó a IPS el abogado de los litigantes Alberto Wray.
"Esa es la herramienta por la cual podemos demandar a la empresa en el país (Ecuador). Antes no era posible porque Texaco no tiene domicilio local", agregó.
Wray también aseguró que, antes que dinero, "lo que importa es la remediación (limpieza) ambiental de todas las fuentes de contaminación que matan a la población".
La empresa no negó la contaminación, pero en su alegato argumentó que no intervino directamente sino que el asunto fue responsabilidad de Texaco Petroleum Company, su subsidiaria en Ecuador, por lo cual los reclamos debían dirigirse a esa firma.
Además, la ahora denominada ChevronTexaco, con sede central en California, insistió en que cumplió con todas las obligaciones que establece la ley ecuatoriana al pagar las tareas de limpieza que concluyeron en 1998.
"Las declaraciones de los abogados demandantes son atroces e irresponsables y carecen de base", dijo el portavoz de la empresa, Chris Gidez.
"Desde que iniciaron sus acciones legales hace un decenio, los querellantes no presentaron ninguna evidencia creíble e independientemente substanciada para respaldar sus alegatos", agregó Gidez.
Las organizaciones indígenas y campesinas de la Amazonia presentaron el 3 de noviembre de 1993 la primera demanda ante un tribunal de Nueva York.
El 4 de mayo de 1995, Texaco y el gobierno ecuatoriano llegaron a un acuerdo por casi 15 millones de dólares, con destino a ejecutar "trabajos de reparación medioambiental y liberación de obligaciones, responsabilidades y demandas".
A fines de septiembre de 1998 se suscribió el acta final del convenio.
Sin embargo, organizaciones ambientalistas como Acción Ecológica y los propios afectados denunciaron que el trabajo de descontaminación había sido insuficiente y los problemas continuaban.
A casi una década de la primera querella, el 16 de agosto de 2002, el tribunal de apelaciones neoyorquino la remitió ante la justicia ecuatoriana alegando falta de competencia, pero el alegato de la empresa retrasó el traspaso del juicio a Ecuador.