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Latinoamérica

29 de octubre del 2003

El gobierno español destinó 90 millones de dólares, que debían ser transferidos al ejército en diciembre

España alentó la represión en Bolivia, denuncia Osvaldo Peredo,
líder del MAS

La Jornada
La compañía ibérica Repsol tenía la concesión para importar gas de ese país. Durante las protestas varios oficiales se negaron a enfrentar a los manifestantes, dice.

El líder boliviano Osvaldo Peredo, uno de máximos dirigentes del Movimiento al Socialismo (MAS), denunció ayer aquí que no sólo fue el gobierno de Estados Unidos el que alentó y contribuyó con la respuesta represiva del derrocado gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada.

Madrid, dijo, también quiso participar en el mantenimiento del derrocado mandatario en el poder cuando el jefe de Gobierno español, José María Aznar, aprobó una partida de 90 millones de dólares en recursos para las fuerzas armadas bolivianas. Este recurso debía ser transferido a Bolivia el próximo diciembre.

Se pretendía -denunció Peredo- "potenciar la capacidad del aparato represivo" con miras a un eventual incremento de votos en favor de los movimientos sociales de oposición en los comicios municipales de noviembre. Y ante la eventualidad de una nueva victoria electoral de estas fuerzas insurrectas, darle al país "una especie de salida al estilo Fujimori", acusó este dirigente de la región de Los Yungas, uno de los bastiones del MAS, que encabeza Evo Morales.

Cabe recordar que intereses económicos españoles fueron afectados directamente con la caída del régimen de Sánchez, ya que la corporación petrolera hispana Repsol es el consorcio que obtuvo la concesión de importación del gas boliviano, que fue el detonante de esta última y definitiva crisis.

Peredo, hermano menor de los guerrilleros Coco e Inti Peredo, compañeros de armas del Che Guevara y caídos en la derrota del brote revolucionario de Ñacahuasú, reconoció que en el momento más crítico de la confrontación entre la oposición popular y el régimen de ese país, en septiembre y octubre, varios oficiales del ejército se negaron a obedecer las órdenes de reprimir a fondo que dio el mandatario conocido popularmente como Goni.

A vuelapájaro, en el lapso de 10 minutos que le permitió su intervención en el foro En defensa de la humanidad, Peredo expuso el desarrollo histórico de su partido, el MAS, que junto con otras fuerzas sindicales, campesinas e indígenas protagonizó la nueva insurrección civil del continente.

Refirió que hacia 1995 -cuando los Sin Tierra brasileños tenía ya rato caminando, los zapatistas en Chiapas habían logrado sentar al gobierno federal en San Andrés Larráinzar y los actuales piqueteros aún no adivinaban su destino- los sindicatos agrícolas de Bolivia, reunidos en un congreso, llegaron a la conclusión de que los partidos políticos, aun los que llevaran nombres sonoros como el Movimiento Nacional Revolucionario, que terminó en manos del derechista Gonzalo Sánchez de Lozada, y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, de Jaime Zamora, ex guerrillero que terminó siendo el último y más tenaz aliado del mandatario destituido, ya no podían ni representarlos ni cumplir sus reclamos.

"Veíamos ya entonces que el protagonismo de los cambios vendría del movimiento social, no de los partidos políticos, Pero nos hacía falta un instrumento y nos lo dimos, el Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos."

Sobre las perspectivas del futuro inmediato, Peredo expuso que el pueblo boliviano "con gran madurez" logró el relevo en la Presidencia sin romper el hilo constitucional y la institucionalidad, y aspira a ampliar sus márgenes de poder dentro de la democracia electoral. En noviembre, recordó, habrá comicios municipales y el movimiento popular, MAS y otras instancias, aspiran a obtener más de 60 por ciento de votos en los 315 municipios para impulsar su programa de convocar una nueva asamblea constituyente y derogar leyes restrictivas y neoliberales del régimen anterior.

Desde ese poder municipal, dijo el dirigente, el MAS apuesta por poder reactivar la economía desde una nueva plataforma, sin esperar las elecciones presidenciales del año 2007.