Latinoamérica

Una marea humana clamó otra vez hoy por el fin del mandato presidencial de Goni Sánchez de Lozada, el millonario que gobierna el país más pobre del sur de América y que minimizó las protestas y amenazó con la cárcel a sus opositores.
"No voy a renunciar a la presidencia porque mi mujer quiere seguir siendo la primera dama de la nación", dijo burlón Sánchez de Lozada en un mensaje televisivo difundido a todo el país en las últimas horas, marcadas por el aumento de las protestas en su contra, masivas marchas callejeras en las ciudades y nuevos bloqueos carreteros en el centro y sur de Bolivia.
Según el presidente boliviano serían apenas unas ocho mil personas las que estarían exigiendo su renuncia y generando conflictos artificiales, vulnerando las leyes y la democracia. A este reducido grupo de personas les prometió la cárcel, si proseguían en sus afanes por desestabilizar su gobierno y derrocarlo.
Sin embargo, los que claman por su renuncia son cada vez más.
En La Paz, por ejemplo, una gigantesca marea humana de más de 50 mil personas se descolgó desde la ciudad de El Alto exigiendo su cabeza y la re-nacionalización del gas y del petróleo, hoy en manos de poderosas transnacionales.
La ululante multitud, convocada por la Central Obrera Boliviana (COB) del minero Jaime Solares, marchó por más de seis horas, en cumplimiento del cronograma de movilizaciones definidas en el último ampliado laboral, que ha decidido estrechar el cerco sobre Sánchez de Lozada hasta lograr su caída.
"Las organizaciones sociales de la ciudad más combativa del país ya no piden atención a sus demandas, ahora piden la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada. El tiempo ya se ha acabado, el plazo ya se ha terminado, el sol ya se ha entrado para este gobierno, por eso este levantamiento popular de El Alto, para pedir al gobierno que abandone el Palacio si no quiere que haya sangre y muerte en nuestro país", dijo a radio Panamericana el ejecutivo de la Central Obrera Regional de El Alto, Roberto de la Cruz.
Hay más bloqueos Otros reportes del interior de la República daban cuenta que en las primeras horas de este lunes se habían intensificado los bloqueos carreteros en el altiplano, especialmente en Huarina, Batallas, Achacachi, en el camino al Lago Titicaca y a Oruro. Otros cortes de ruta se produjeron en los Yungas de La Paz, donde existen más de 200 camiones y flotas varadas.
Dirigentes campesinos también confirmaron que las rutas del trópico cochabambino y de los valles de Chuquisaca y Potosí quedaron parcialmente cortadas por cocaleros y campesinos leales al diputado Román Loayza, uno de los dos dirigentes de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB).
El otro ejecutivo, el "Mallku" Felipe Quispe mantiene una huelga de hambre por más de tres semanas en la ciudad de El Alto, junto a 200 dirigentes provinciales exigiendo la salida de Goni y la anulación del proyecto de exportación de gas a Estados Unidos por un puerto chileno.
Este proyecto, que es impulsado por el consorcio transnacional de Pacific LNG y respaldado por el gobierno de Sánchez de Lozada, reportará un ingreso anual de 1.300 millones de dólares para las petroleras y apenas entre 40 a 70 millones de dólares para el Estado boliviano.
La protesta también ha recibido el respaldo de las organizaciones sociales del norte de Santa Cruz que se declararon en estado de emergencia en respaldo a las determinaciones de la COB y exigiendo al gobierno desistir en su intención de exportar el gas natural a Estados Unidos por un puerto chileno.
Otro sector que ha comenzado a movilizarse es el de los mineros.
Ante la imposibilidad de realizar bloqueos en las carreteras por la presencia militar, los mineros de Huanuni y otros distritos iniciarán una marcha desde Oruro hasta la ciudad de La Paz, informó la radio Fides.
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