Stella Calloni / LA JORNADA
Buenos Aires, 4 de octubre.
La rebelión popular en Bolivia por la nacionalización del gas y contra los intentos oficiales de exportarlo, así como por exigencias sociales impostergables en un país que ha tocado fondo, ha colocado al presidente de ese país, Gonzalo Sánchez de Lozada, en una dramática posición: o renuncia, o gobierna y dialoga, dando un vuelco a sus planes de neoliberalismo tardío.
"Podemos afirmar sin dudar que prácticamente no existe gobierno en Bolivia. En este momento la situación ha llegado a un punto sin retorno, pues el pueblo ha acumulado mucha bronca‚ y frustraciones durante demasiado tiempo. El gobierno se caracteriza por decir 'no' al diálogo necesario y burlar cada acuerdo, imponiendo la represión que ha dejado ya 70 muertos en este año", sostiene el médico Osvaldo Chato Peredo, histórico dirigente político sobreviviente de la guerrilla que impulsó Ernesto Che Guevara a mediados de los años 60.
En entrevista telefónica con La Jornada, Peredo, uno de los dirigentes del Movimiento al Socialismo (MAS), habló desde Santa Cruz de la Sierra. "La situación es grave, con una voluntad represiva del gobierno, bajo fuerte influencia de la embajada de Estados Unidos sobre Sánchez de Lozada. Hay una enorme movilización escalonada y acciones como los bloqueos, pero lo que en este momento une a todos los sectores es la rebelión contra la apropiación del gas que se quiere concretar.
"El presidente trata de desviar el eje de la cuestión, como si sólo se tratara de una demanda popular acerca de si el gas se vende por puertos chilenos o peruanos. Es mucho más que esto, porque lo que se está pidiendo es que el gas debe ser para los bolivianos, cuando las trasnacionales con sus ofertas están dando un zarpazo mortal a la maltrecha economía nacional.
"Por eso la embajada de Estados Unidos interviene descaradamente y decimos que la reciente matanza de Warisata (Altiplano) ha sido ordenada por (el enviado especial de la Casa Blanca) Otto Reich, quien dio pretexto para la represión advirtiendo que entre la gente que no podía salir del pueblo de Warisata había un estadunidense. Entonces el ejército habló de una toma de rehenes que nunca existió. El bloqueo sólo impedía la salida y el ingreso, como sucede con bloqueos de rutas en cualquier parte del mundo. Inventaron la toma de rehenes provocando la represión y el enfrentamiento con los campesinos, y ante la brutalidad represiva hubo respuesta de éstos y así puede escalonarse también el enfrentamiento."
Peredo se refiere a la represión que dejó siete muertos y numerosos heridos el pasado 20 de septiembre, en la zona del Altiplano ante un bloqueo decretado por la Confederación Sindical Unica de Campesinos Bolivianos, encabezada por el líder indígena Felipe Quispe.
Ahora se exige al Ejecutivo el diálogo inmediato o la renuncia; las organizaciones y movimientos políticos y sociales no están dispuestos a tolerar más muertos ni más represión. En agosto pasado, fuerzas del ejército y policía, como las que actuaron en Warisata, reprimieron brutalmente una protesta en la zona rural de Santa Rosa -cuyos pobladores cerraron las válvulas de un oleoducto de la trasnacional Transredes (Enron-Shell) en la región oriental del país- dejando un muerto y decenas de heridos y detenidos. También entonces la intervención de las fuerzas armadas fue solicitada por los directivos de la petrolera. El gobierno mantiene un vínculo cerrado de intereses con las trasnacionales del petróleo y gas; y por eso, denuncian los campesinos, estas empresas se han apoderado de la propiedad y control de millonarias reservas hidrocarburíferas, incluyendo áreas protegidas y parques naturales.
Como este hecho, muchos similares han sucedido este año en Bolivia, pero las petroleras no cesan en su demanda para que el gobierno decida las rutas por las que saldrá el gas. Peredo considera que "el gobierno se encuentra entre la espada y la pared. Debe tomar una decisión y no parece dispuesto a hacerlo por el pueblo boliviano".
El consorcio que se ha conformado para la exportación de gas, Pacific LNG, está integrado por Repsol-YPF, British Gas y British Petroleum, y ya tiene el compromiso de venta a la empresa californiana Sempra Energy. Peredo advierte que "el gobierno ha resucitado elementos de la guerra fría y apela a todos los trucos. Inventan guerrillas, y de tanto inventarlas parece que están haciendo una publicidad para que algunos sectores desesperados se organicen y entonces esto les daría más argumentos para incrementar la represión y acabar con los movimientos sociales que son hoy una extraordinaria realidad en Bolivia".
Añade que el gobierno tiene muchos temores porque existe un debilitamiento en las Fuerzas Armadas y trata de copar y comprar a las cúpulas militares. "No existe ahora la posibilidad de que se pronuncie la mayoría de militares en retiro. Estoy en un comité cívico militar contra este gobierno. Soy presidente de esta Convergencia por la patria y la soberanía, y hay en este movimiento militares y sacerdotes, como uno de los tantos movimientos que muestran la otra Bolivia, que el presidente no quiere aceptar y que hoy está en movimiento y actuando coordinadamente ante ejes muy claros para todos."
Sostiene que lo que existe de nuevo en Bolivia "es algo que yo planteaba hace 10 años. Es la hora de los movimientos sociales. Los partidos políticos cumplieron un ciclo histórico. Es la hora de estos enormes movimientos como los indígenas, para los que la contradicción fundamental es entre la vida y la sobrevivencia, por un lado, y por otro, el exterminio que significan las políticas que quieren imponerse. Son los que mayor interés tienen -desde una perspectiva muy distinta y muy rica- de recrear la vida y Bolivia es fundamentalmente indígena y mestiza.
"Ahora la propuesta no sale del movimiento obrero ni de los intelectuales, sino de estos movimientos que impusieron una dinámica increíble. Proponen una asamblea constituyente. Evo Morales es un líder surgido de estos movimientos con gran reconocimiento aquí y en el mundo. Las comunidades indígenas-campesinas proponen tierra y territorio y la refundación del país. Las tesis de los partidos eran las que antes se imponían en los movimientos obreros, en los congresos mineros: la pelea se daba a partir de los partidos políticos. Ahora con los movimientos sociales nacen otras formas de lucha, las grandes marchas, y vemos a miles y miles atravesando, hasta 900 kilómetros, los Andes, en una protesta increíble. Es la marcha de días como método de lucha y presencia, y en ese camino va creciendo lo nuevo. Es muy dificil reducir esto, y además es muy abarcativo como acción. Y ahora la unidad de todas estas fuerzas es un hito en Bolivia."
Peredo recuerda que en estos momentos el MAS marcha en solidaridad con el pueblo de Warisata , y que son miles que vienen desde el Chapare y otros lugares. "Es una visión única ver estas marchas, movilizaciones, y los bloqueos que proponen las organizaciones campesinas y la Central Obrera Boliviana, que había sido tan debilitada por el neoliberalismo y que emerge en estas circunstancias y otros movimientos".
Señala que de la movilización social surgieron propuestas como la coordinadora que une a todos los sectores en estos días, con la perspectiva de la renuncia del gobierno y lograr que lo remplace un régimen de transición y unidad nacional, cuya específica labor sería llamar a una asamblea constituyente y elecciones generales.
"Ahora nosotros tenemos una ventaja. Ya no es Bolivia una voz solitaria. Tenemos una enorme solidaridad mundial y la necesitamos. Nuestro pueblo tiene un historia muy rica, pero también ha sufrido y sufre mucho. Estamos agotando todas las posibilidades políticas para obligar al gobierno a un diálogo. Sería importante en este momento la solidaridad internacional y que se conforme una lista de observadores, de personajes, movimientos e instituciones de América Latina para que vengan aquí y traten de quebrar esa posición insostenible del gobierno que debe sentarse con un pueblo que lo está interpelando.
"No confiamos en la Organización de Estados Americanos en estas circunstancias y tenemos un momento extraordinario con una dirección unica nacional formada el 19 de septiembre a raíz de las movilizaciones. Si hay algo de descoordinación en algunos momentos es por la gran cantidad de organizaciones incluidas en esta unidad, donde está casi toda la sociedad interpelando al gobierno."
Recuerda que este 6 de octubre comienza otra serie de acciones en continuidad con lo hecho hasta ahora, en lo que llamó "un escalamiento a la luz de un momento decisivo para el futuro. Necesitamos que el mundo, pero esencialmente América Latina, mire hacia Bolivia".