Redacción de Econoticiasbolivia.com

(La Paz, octubre 16, 2003 hrs. 11:00).-

Multitudinarias columnas de vecinos de todos los barrios de El Alto han comenzado a descolgarse hacia el centro de la ciudad de La Paz. Nunca se ha visto tanta gente junta. Todos van al cabildo abierto. Todos van a sacar al aún presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, el "matagente", "el gringo maldito", como ya lo llaman en los barrios ensangrentados por la metralla y los tanques. En la Paz, otra multitud canta: "ya va a caer, ya va a caer".
Anoche en El Alto no han pegado los ojos. Han sufrido y penado toda la noche, sometidos a la tortura psicológica emprendida por militares carapintadas que hacían explotar dinamita y bombas, que disparaba metralla al aire para amedrentar a los vecinos.
Querían quebrarlos, querían reventarlos psicológicamente, pero no han podido. Ahora están bajando, lentamente, desde los cuatro mil metros de altura a los 3,600 de la sede de gobierno. Son más de 12 kilómetros, que transitan gritando, enfervorizados, van en busca del millonario presidente que hizo su fortuna en las minas de Oruro y Potosí, hoy sumidas en la más negra pobreza.
UNA MANIOBRA TRAMPOSA
Entre los vecinos de El Alto, y los miles que se les van acoplando desde los cerros y laderas de la ciudad de La Paz, no ha tenido el menor efecto la desesperada y tramposa maniobra de Sánchez de Lozada, que se comprometió anoche ante las cámaras de televisión a llamar a un referéndum de consulta (pero no decisorio) sobre la política del gas, a revisar la Ley de hidrocarburos en consulta con las transnacionales (pero no a cambiarla) y convocar a la Asamblea Constituyente (pero para después del 2007). Estas promesas no han logrado distraerlos ni confundirlos.
Solo los grandes medios de comunicación, los periódicos y canales de televisión le han dado una gran cobertura a la maniobra presidencial y la presentan como una concesión a las masas insurrectas. "Ha cedido en casi todo", dicen.
Pero eso no importa porque nadie les cree. Incluso los empresarios no le prestan la menor atención. "Es irrelevante", dice Carlos Calvo de la Confederación de Empresarios de Bolivia. Los dirigentes de la rebelión espontánea de los pobres y humildes tampoco se han dejado sorprender. "Es una mamada", "es un engaño", han dicho el minero Jaime Solares de la Central Obrera Boliviana (COB), el "Mallku" Felipe Quispe de la Confederación Sindical Única de Campesinos (CSUTCB), el diputado cocalero y jefe del Movimiento al Socialismo (MAS) Evo Morales y el hombre duro de la rebeldía alteña, el periodista Roberto de La Cruz de la Central Obrera Regional de El Alto.
Es claro que ha fracasado la maniobra presidencial. De nada le ha valido a Sánchez de Lozada presentar su propuesta, flanqueado por los jefes del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR) el ex presidente Jaime Paz Zamora y del jefe de la Nueva Fuerza Republicana (NFR) el ex capitán Manfred Reyes Villa, convertidos ya en cadáveres políticos, otro resultado de la sangrienta masacre que ya dejó más de 74 muertos y por lo menos dos centenares de heridos a bala.
La marcha sigue su camino. "Es pacífica", dice Roberto de La Cruz. La multitud va caminando, se ve donde comienzo pero no donde termina. Están llegando de todos lados.
CRECE LA HUELGA DE HAMBRE
En el centro de ciudad de La Paz, hay otra multitud de trabajadores y vecinos que acuden al llamado de la COB. Los mineros, dinamita en mano ya están presentes, también los gremialistas No hay policía, no hay militares.
"No vamos a dialogar nada con nadie. Sánchez de Lozada y el embajador de Estados Unidos deben salir de inmediato del país", dice el minero Solares en la histórica Plaza de San Francisco, en el centro de la ciudad de La Paz..
La ciudad sigue paralizada, en huelga por cuarto día, no hay transporte, no hay clases, no hay comercio. En la puerta de los cerrados mercados, hay carteles que exigen la salida del Presidente. Lo mismo que en más de una decena de Iglesias, en las que se han declarado en huelga de hambre vecinos de las clases medias altas y aristocráticas. Todos piden que se vaya el gringo.
El ayuno voluntario se expande rápidamente. Se instalan piquetes en Tarija, en Cochabamba y en otras ciudades. Parece el preludio de la huelga de hambre de miles, una huelga contundente como el paro total que ya rige en cuatro ciudades capitales del occidente (La Paz, El Alto, Oruro, Potosí) y parcialmente en Cochabamba en poblaciones menores del altiplano y los valles.
MÁS PRESIÓN
Los empresarios también han dicho su palabra. "El Presidente debe abrir los ojos", dice Calvo, el ejecutivo de la Confederación empresarial, un gremio donde "hay posiciones divididas" sobre el destino de Sánchez de Lozada.
"Lo único que pedimos es mantener la institucionalidad", dice al abrir la compuerta para la sucesión presidencial y la salida de Sánchez de Lozada. Afuera, en la calle ya se escucha a la multitud ululante: "ya va a caer, ya va a caer.