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Latinoamérica

Casos de fascismo en Colegios privados de Venezuela

jl Monzant Gavidia

Universidad Católica Cecilio Acosta

Apamates y Claret violan la libertad de expresión, el derecho a la educación y otros derechos ciudadanos
JL Monzant Gavidia*

El día jueves 09 de enero de 2003, en el Colegio "Los Apamates" —localizado en Maracaibo, Estado Zulia— se llevó a cabo una reunión para "decidir" si se suspendían las clases o no. Lo grave no es que la mayoría de los representantes presentes haya decidido sumarse al paro, sino la arbitrariedad que caracterizó a la asamblea. Que se hayan sumado al paro puede ser considerado como normal ya que se trata de un colegio cuya mensualidad es una de las más caras de la ciudad y, en consecuencia, el producto académico que allí venden sólo es asequible a la clase media y alta, es decir, los sectores más irracionalizados como consecuencia de la propaganda de guerra que, desde el lunes 2 de diciembre de 2002, transmiten Venevisión, Globovisión, RCTV, Televen y diferentes canales regionales, así como gran parte de la prensa escrita nacional. Que hayan violentado el derecho de los padres, representantes y estudiantes que no estén de acuerdo con el paro también es comprensible, pues de esa forma trabaja, a nivel nacional, la Coordinadora Opositora, políticamente representada por Carlos Ortega y los Fernández, entre otros de menor importancia; pero siempre en nombre de Gustavo Cisneros, la máxima figura de la oposición en Venezuela y el principal financista de la multimilmillonaria campaña mediática que pretende justificar este nuevo golpe de Estado contra Chávez y contra la nación, pues, simultáneamente al derrocamiento de Chávez, el principal objetivo de la oposición es vender PDVSA a las transnacionales petroleras.
Lo más grave, en definitiva, fue la arbitrariedad y la intimidación mediante la amenaza de la violencia institucional que caracterizó la asamblea. Cuando, inicialmente, algunos representantes se disponían a comenzar el debate habitual en casos como éstos, la propuesta de la Sociedad de Padres y Representantes, con la anuencia de los directivos del Colegio "Los Apamates", fue votar sin derecho de palabra, sin derecho a discutir las causas de la suspensión de clases, ni dar la posibilidad de presentar otras alternativas ante la situación. Impuesta esa norma y, obviamente, la suspensión de clases y adhesión al paro, hubo un grupo de representantes que se opuso a la imposición antidemocrática de impedir el debate, pero las sorpresas no habían terminado en el Colegio "Los Apamates" esa tarde ya que, para mayor sorpresa de quienes defendían el derecho a la educación de sus hijos, justo en el momento en que los representantes comenzaban a exponer sus criterios, provenientes de una habitación contigua entraron a la reunión 2 funcionarios uniformados de la Policía Regional con el fin de "someter" por la fuerza a los "chavistas".
El representante que me reveló los hechos —y que está dispuesto a dar su testimonio frente a las instancias y autoridades pertinentes— se le acercó a la Directora del Colegio y a quien encabezaba la reunión, y les preguntó —molesto y decepcionado con las personas que dirigen la educación escolar de su hijo— "¿éste es el tipo de democracia que vamos a tener cuando saquen a Chávez?". Y esto se está repitiendo en muchos otros colegios de la ciudad con el visto bueno de las autoridades gubernamentales y educativas en la región.
Esta situación, sin embargo, no es una consecuencia circunstancial de la profundización de la guerra social que vive Venezuela desde diciembre pasado, pues existen casos de totalitarismo antichavista en planteles privados que datan de principio del 2002. Del mismo modo que el representante del Colegio "Los Apamates" de Maracaibo; soy testigo y objeto de diversas arbitrariedades llevadas a cabo por algunos directivos de colegios privados en el pasado inmediato. El viernes 26 de abril de 2002, el sacerdote claretiano, Padre Crescencio García —rector del Colegio Claret de Maracaibo— durante la Asamblea de Docentes o Consejo de Profesores, violentó todos los derechos que tengo como docente, como trabajador y como persona, y que están estipulados en la Constitución y las leyes. Meses atrás —debido a que dicto clases de Ciencias Sociales (Historia, Geografía Económica) fui censurado de manera sistemática por la Directora del Colegio Claret de Maracaibo, Lady Mary Rodríguez.
Quiero hacer énfasis en el riesgo que, para la Coordinadora Opositora y el sector empresarial subversivo-terrorista, representan los docentes de Ciencias Sociales en la medida que mantengan una posición crítica frente a la guerra mediática y de calle que hoy se desarrolla en Venezuela; particularmente en Caracas, aunque expandida al resto del país mediante 24 horas de televisión adoctrinadora y extremista hasta incentivar la violencia. Los docentes de historia están siendo silenciados y amenazados con ser despedidos —tal como sucedió en mi caso— de sus centros de trabajo si se atreven a problematizar y teorizar desde la perspectiva crítica de la ciencia acerca de la actual realidad económico-política del país. Si los docentes de historia no adoctrinan a sus estudiantes según los principios económicos y políticos de la oposición antichavista, curiosamente son acusados de adoctrinadores por las autoridades directivas de los planteles. Fue en bajo esa perspectiva que comencé a ser perseguido dentro del Colegio Claret de Maracaibo durante los 2 últimos años que laboré allí.
Bajo órdenes directas de la Directora del Colegio Claret de Maracaibo, Lady Mary Rodríguez, en mis funciones docentes no podía hacer uso de la fotocopiadora del plantel, por ejemplo, sin que los materiales a reproducir (artículos publicados en la prensa regional y nacional, así como en la digital o ensayos escritos por mí) pasaran bajo su censura y, por lo tanto, coincidieran con su particular visión de la historia, de las ciencias y de la política venezolana llevada a cabo por la oposición antichavista. Sin embargo, la imposibilidad de la Directora Lady Mary Rodríguez de emitir y sostener argumentos coherentes que le permitieran justificar frente a mí —de manera científica e incluso legal— la magnitud de su arbitrariedad, obligó al Padre Crescencio García a prohibirme, bajo cualquier circunstancia, discutir dentro del salón de clases acerca de lo que estaba sucediendo en Venezuela. Varios representantes se quejaron posteriormente ante el Padre García dado que hice pública su prohibición en las diferentes aulas; así como muchos lo apoyaron en su arbitrariedad.
Tanto el rector como la Directora censuraron el ejercicio académico de un docente de Ciencias Sociales comprometido con el análisis crítico de la realidad, pero debido a su obcecación antidemocrática y antichavista, cualquier discurso que no criticara al gobierno unilateralmente y elogiara a la oposición de la misma forma, carecía de validez. Quiero destacar, nuevamente, que mi posición teórica y académica parte de una crítica permanente a los vicios y errores que también existen en el actual gobierno de Hugo Chávez, por lo que no puedo ser considerado como un chavista en sentido estricto; por el contrario, me propongo estimular en los estudiantes el ejercicio del análisis crítico de la realidad que los programas de educación de Venezuela recomiendan mucho antes del actual gobierno y a elaborar planteamientos de construcción de la justicia social contenidos en las enseñanzas del humanismo cristiano o no.
¿Cómo pueden esas 2 personas y otros directores como ellos, así como la Directora de "Los Apamates", criticar a Hitler o a los maliciosamente denominados Círculos del terror, si, simultáneamente, son capaces de imponer sus criterios con la fuerza de la policía y con el chantaje del despido laboral. Hoy exijo, frente a la opinión pública nacional e internacional, que los colegios Apamates, Claret y todos los centros educativos de los cuales haya denuncias o sospechas de conductas antidemocráticas y totalitaristas por parte de sus directivos, sean investigados por la Fiscalía del Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo y todos los organismos competentes. Exijo, además, se mantenga el respeto que como personas, como trabajadores y como académicos tienen los docentes de Historia y Ciencias Sociales.
La invitación es extensiva a la UNESCO, organismo que debe evaluar la violación de los derechos humanos a que la autodenominada Coordinadora Democrática está sometiendo a la población estudiantil venezolana. Venezuela está siendo aniquilada económicamente bajo el poder subversivo y terrorista de gran parte del sector empresarial, que pretende dejar sin democracia, sin educación, sin hospitales y hasta sin comida a millones de niños, adolescentes, adultos y ancianos mientras Chávez permanezca en el poder y los Colegios, llamados a ser centros de debate científico y académico, no sólo no cuestionan esta situación si no que la avalan, la justifican y la reproducen, en evidente violación de todas las leyes y de los más elementales principios de convivencia humana y política.
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*Datos Personales:
Lic. José Luis Monzant Gavidia.
C.I. V-9.745.634.
Lic. en Educación, mención Ciencias Sociales, Área Historia (Egresado de LUZ en 1995). Cursante de la Maestría en Historia de Venezuela de LUZ.
Actualmente me desempeño como docente y como Director del Programa de Educación (Sistema Presencial) de la Universidad Católica Cecilio Acosta. Facultad de Ciencias de la Educación.
jlomonzantg@hotmail.com